Escuchar a marroquíes que viven en España de las subvenciones y la delincuencia pedir el voto para Pedro Sánchez (Vota al PISOE) enerva y enfurece a la España limpia y decente, la que quiere que exista una inmigración ordenada y que todo el que viole las fronteras de España por la fuerza sea castigado, por lo menos con la expulsión.
Pedro Sánchez, ha favorecido de manera desproporcionada a Marruecos en términos diplomáticos, económicos y de cooperación, a menudo en detrimento de los intereses españoles. Esta percepción ha generado un intenso debate en España, especialmente en medios de oposición y redes sociales, donde se le acusa de “traición” o “sumisión” al reino alauí.
Algunos expertos, entre ellos un ex alto cargo de los servicios de inteligencia israelí, sostienen que Sánchez está sometido al rey de Marruecos, entre otras razones porque el monarca alauí conoce secretos inconfesables de Sánchez, gracias al programa "Pegaso".
Desde 2022, tras una grave crisis bilateral provocada por el ingreso en España del líder del Frente Polisario (Brahim Ghali), Sánchez ha impulsado una “Hoja de Ruta” de cooperación con Marruecos, aprobada en la Declaración Conjunta de abril de 2022 y reforzada en la Reunión de Alto Nivel de febrero de 2023. En esta hoja, España reconoció la “autonomía marroquí” sobre el Sáhara Occidental bajo soberanía de Rabat, un giro que el Gobierno justifica como necesario para la estabilidad regional, el control migratorio y el comercio. Sánchez ha visitado Marruecos en cinco ocasiones desde 2018, destacando en febrero de 2024 que las relaciones “pasan por su mejor momento en décadas”.
Sánchez afirma que las relaciones con Marruecos benefician a las dos partes, pero los críticos argumentan que este acercamiento es unilateral y corrupto: España ha cedido en el Sáhara sin reciprocidad clara, ignorando violaciones de derechos humanos en la región y crisis migratorias provocadas por Rabat (como la entrada masiva en Ceuta en 2021).
El grueso de las acusaciones se centra en las subvenciones y préstamos. Desde 2018, el Gobierno de Sánchez ha destinado al menos 1.000 millones de euros en ayudas, créditos y donaciones a Marruecos, según datos de Hacienda y de la Cooperación Española.
La actitud de Marruecos hacia España no es precisamente agradecida. Nos acosan en las fronteras, cursan amenazas, hablan constantemente de guerra y recuperación de territorios. Nunca hay ayudas de Marruecos cuando España tiene problemas o sufre catástrofes y la inmigración que llega de Marruecos, plagada de delincuentes y tipejos arrogantes y violentos, parece a veces una invasión programada y prebélica.
Cada día hay más españoles, entre ellos muchos militares y expertos en geopolítica, que dan por segura una guerra futura entre los dos países.
La España de Sánchez, como ya advirtió´Churchill a los que buscaban la paz sin honor ni firmeza con Adolf Hitler, corre el riesgo de cosechar guerra, además de deshonra, en su relación con Marruecos.
Francisco Rubiales
Pedro Sánchez, ha favorecido de manera desproporcionada a Marruecos en términos diplomáticos, económicos y de cooperación, a menudo en detrimento de los intereses españoles. Esta percepción ha generado un intenso debate en España, especialmente en medios de oposición y redes sociales, donde se le acusa de “traición” o “sumisión” al reino alauí.
Algunos expertos, entre ellos un ex alto cargo de los servicios de inteligencia israelí, sostienen que Sánchez está sometido al rey de Marruecos, entre otras razones porque el monarca alauí conoce secretos inconfesables de Sánchez, gracias al programa "Pegaso".
Desde 2022, tras una grave crisis bilateral provocada por el ingreso en España del líder del Frente Polisario (Brahim Ghali), Sánchez ha impulsado una “Hoja de Ruta” de cooperación con Marruecos, aprobada en la Declaración Conjunta de abril de 2022 y reforzada en la Reunión de Alto Nivel de febrero de 2023. En esta hoja, España reconoció la “autonomía marroquí” sobre el Sáhara Occidental bajo soberanía de Rabat, un giro que el Gobierno justifica como necesario para la estabilidad regional, el control migratorio y el comercio. Sánchez ha visitado Marruecos en cinco ocasiones desde 2018, destacando en febrero de 2024 que las relaciones “pasan por su mejor momento en décadas”.
Sánchez afirma que las relaciones con Marruecos benefician a las dos partes, pero los críticos argumentan que este acercamiento es unilateral y corrupto: España ha cedido en el Sáhara sin reciprocidad clara, ignorando violaciones de derechos humanos en la región y crisis migratorias provocadas por Rabat (como la entrada masiva en Ceuta en 2021).
El grueso de las acusaciones se centra en las subvenciones y préstamos. Desde 2018, el Gobierno de Sánchez ha destinado al menos 1.000 millones de euros en ayudas, créditos y donaciones a Marruecos, según datos de Hacienda y de la Cooperación Española.
La actitud de Marruecos hacia España no es precisamente agradecida. Nos acosan en las fronteras, cursan amenazas, hablan constantemente de guerra y recuperación de territorios. Nunca hay ayudas de Marruecos cuando España tiene problemas o sufre catástrofes y la inmigración que llega de Marruecos, plagada de delincuentes y tipejos arrogantes y violentos, parece a veces una invasión programada y prebélica.
Cada día hay más españoles, entre ellos muchos militares y expertos en geopolítica, que dan por segura una guerra futura entre los dos países.
La España de Sánchez, como ya advirtió´Churchill a los que buscaban la paz sin honor ni firmeza con Adolf Hitler, corre el riesgo de cosechar guerra, además de deshonra, en su relación con Marruecos.
Francisco Rubiales








Inicio
Enviar
Versión para Imprimir













Comentarios: