Los ladrones responsables del envío del oro a Moscú fueron los socialistas. Hace 89 años partieron del puerto de Cartagena 3 buques soviéticos con unas 10.000 cajas cargadas con las reservas de oro y plata del Banco de España; cuatro días estuvieron empaquetando el mayor expolio cometido en España. Esa es la verdadera Memoria Histórica que los socialistas ocultan.
Las políticas del PSOE afirman centrarse en el progreso social, la redistribución económica y, en ocasiones, la descentralización. Sin embargo, miles de críticos argumentan la implantación socialista de medidas como la ley de memoria histórica, los pactos con partidos separatistas o la gestión de la inmigración, como evidencia de una agenda contraria a los intereses nacionales tradicionales.
Los privilegios que concede a Cataluña, los indultos a delincuentes, la compra de votos, la manipulación mediática, las mentiras reiteradas y la marginación de comunidades autónomas gobernadas por la oposición, prueban que el socialismo español, bajo el mandato de Sánchez, daña seriamente a España, a sus valores, unidad y cohesión.
Cuatro partidos plagados de odio a España (BILDU, PNV, ERC y Junt) tienen en sus manos los destinos de España y gobiernan el país gracias al cobarde y vil sometimiento del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y su partido, el PSOE. Entre esos cuatro partidos tienen menos del 6 por ciento de los votos, toda una injusticia ridícula y vergonzante propiciada por el sanchismo.
Políticas impuestas desde el sector del gobierno sanchista, como la memoria histórica, el cuestionamiento de la monarquía, el estímulo del odio y la división, los indultos a delincuentes, el apoyo a referendos de autodeterminación y otras confirman la tesis de que España está gobernada por los que la odian.
Sea cual sea la intensidad real del odio que profesan a España determinados partidos, el sentimiento de estar gobernados por partidos que cuestionan la unidad y las tradiciones y símbolos de la España de siempre refleja una preocupación legítima de ciertos sectores sobre la unidad y la identidad de España.
Además de crear inseguridad y enervar la convivencia, el odio de los partidos independentistas y marxistas, unido a la complicidad del socialismo bajo Sánchez, debilita al país, lo sumerge en la división y el atraso y lo conduce al fracaso.
Francisco Rubiales
Las políticas del PSOE afirman centrarse en el progreso social, la redistribución económica y, en ocasiones, la descentralización. Sin embargo, miles de críticos argumentan la implantación socialista de medidas como la ley de memoria histórica, los pactos con partidos separatistas o la gestión de la inmigración, como evidencia de una agenda contraria a los intereses nacionales tradicionales.
Los privilegios que concede a Cataluña, los indultos a delincuentes, la compra de votos, la manipulación mediática, las mentiras reiteradas y la marginación de comunidades autónomas gobernadas por la oposición, prueban que el socialismo español, bajo el mandato de Sánchez, daña seriamente a España, a sus valores, unidad y cohesión.
Cuatro partidos plagados de odio a España (BILDU, PNV, ERC y Junt) tienen en sus manos los destinos de España y gobiernan el país gracias al cobarde y vil sometimiento del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y su partido, el PSOE. Entre esos cuatro partidos tienen menos del 6 por ciento de los votos, toda una injusticia ridícula y vergonzante propiciada por el sanchismo.
Políticas impuestas desde el sector del gobierno sanchista, como la memoria histórica, el cuestionamiento de la monarquía, el estímulo del odio y la división, los indultos a delincuentes, el apoyo a referendos de autodeterminación y otras confirman la tesis de que España está gobernada por los que la odian.
Sea cual sea la intensidad real del odio que profesan a España determinados partidos, el sentimiento de estar gobernados por partidos que cuestionan la unidad y las tradiciones y símbolos de la España de siempre refleja una preocupación legítima de ciertos sectores sobre la unidad y la identidad de España.
Además de crear inseguridad y enervar la convivencia, el odio de los partidos independentistas y marxistas, unido a la complicidad del socialismo bajo Sánchez, debilita al país, lo sumerge en la división y el atraso y lo conduce al fracaso.
Francisco Rubiales







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