
Blas de Lezo, probablemente el mejor militar de la Historia de España, también fue maltratado por el poder político de la época.
Sin embargo, a pesar de las represiones y castigos, es mejor ser un héroe marginado que un canalla antidemocrático en esta España injusta y rastrera, gobernada por indecentes y traidores.
Es mejor y más digno, aunque quizás menos rentable, ser un juez imparcial que uno sometido al poder, un fiscal decente que uno corrompido por el gobierno, un periodista independiente y veraz que un cochino esclavo mentiroso al servicio de los que mandan, un político honrado que una piltrafa putrefacta, un profesional honrado que uno vendido a la corrupción y a la maldad reinantes, un monarca valiente y capaz de defender a España que un cobarde sometido que sólo aspira a mantener la Corona, un militar que cumple su juramento de defender la patria que un traidor que sólo obedece a los corruptos que controlan los ministerios.
Al igual que ocurrió en la antigua Unión Soviética, los disidentes que fueron detenidos y enviados a Siberia fueron después reconocidos como héroes, cuando los canallas y asesinos del Kremlin y del partido comunista fueron defenestrados.
España esta tan deteriorada que cada día es más cierto que la dignidad y la decencia son inversamente proporcionales al poder que se posee. A más poder, más indignidad, ignominia y bajeza.
Basta echar una mirada al gobierno y a su entorno para concluir que España está en manos de la peor ralea de corruptos y sinvergüenzas. La lista de investigados e imputados es impresionante y en ella están los familiares más próximos y los amigos íntimos del presidente Sánchez, al que ya hay millones de españoles que señalan como el gran corrupto, el "capo dei capi" o el "número uno".
El resto de los que detentan el poder son miembros de la marea corrupta que degrada y denigra la democracia y que emputece la política y la patria. Carecen de sentido crítico y están en la política para medrar, acumular dinero y privilegios, sin sentido alguno de servicio al pueblo y de lucha por el bien común.
Son indeseables que se han apoderado del Estado y se han atrincherado en él, decididos a hacer cualquier cosa, incluso las más indignas y sucias, para conservar sus privilegios, desde indultar a delincuentes catalanes a ilegalizar a los adversarios que el pueblo apoya, cobrar impuestos confiscatorios hasta mimar a los inmigrantes ilegales que violan las fronteras, demonizar a los adversarios y marginar y aplastar a todos los que piensan diferente.
Uno de los primeros pasos en la regeneración que un día triunfará en España será, sin la menor duda, el reconocimiento a los héroes maltratados por los corruptos y miserables. Ese día brillará la Justicia y caerá la chusma que ha protagonizado todas las barbaridades imaginables para hundir nuestra nación, desde el robo y la rapiña hasta la mentira, el engaño y la estafa, sin excluir la represión y la traición.
En ese día de la Justicia y el resurgimiento, todo el que haya sido perseguido o castigado por el sanchismo será elevado y reconocido como héroe.
Francisco Rubiales
Es mejor y más digno, aunque quizás menos rentable, ser un juez imparcial que uno sometido al poder, un fiscal decente que uno corrompido por el gobierno, un periodista independiente y veraz que un cochino esclavo mentiroso al servicio de los que mandan, un político honrado que una piltrafa putrefacta, un profesional honrado que uno vendido a la corrupción y a la maldad reinantes, un monarca valiente y capaz de defender a España que un cobarde sometido que sólo aspira a mantener la Corona, un militar que cumple su juramento de defender la patria que un traidor que sólo obedece a los corruptos que controlan los ministerios.
Al igual que ocurrió en la antigua Unión Soviética, los disidentes que fueron detenidos y enviados a Siberia fueron después reconocidos como héroes, cuando los canallas y asesinos del Kremlin y del partido comunista fueron defenestrados.
España esta tan deteriorada que cada día es más cierto que la dignidad y la decencia son inversamente proporcionales al poder que se posee. A más poder, más indignidad, ignominia y bajeza.
Basta echar una mirada al gobierno y a su entorno para concluir que España está en manos de la peor ralea de corruptos y sinvergüenzas. La lista de investigados e imputados es impresionante y en ella están los familiares más próximos y los amigos íntimos del presidente Sánchez, al que ya hay millones de españoles que señalan como el gran corrupto, el "capo dei capi" o el "número uno".
El resto de los que detentan el poder son miembros de la marea corrupta que degrada y denigra la democracia y que emputece la política y la patria. Carecen de sentido crítico y están en la política para medrar, acumular dinero y privilegios, sin sentido alguno de servicio al pueblo y de lucha por el bien común.
Son indeseables que se han apoderado del Estado y se han atrincherado en él, decididos a hacer cualquier cosa, incluso las más indignas y sucias, para conservar sus privilegios, desde indultar a delincuentes catalanes a ilegalizar a los adversarios que el pueblo apoya, cobrar impuestos confiscatorios hasta mimar a los inmigrantes ilegales que violan las fronteras, demonizar a los adversarios y marginar y aplastar a todos los que piensan diferente.
Uno de los primeros pasos en la regeneración que un día triunfará en España será, sin la menor duda, el reconocimiento a los héroes maltratados por los corruptos y miserables. Ese día brillará la Justicia y caerá la chusma que ha protagonizado todas las barbaridades imaginables para hundir nuestra nación, desde el robo y la rapiña hasta la mentira, el engaño y la estafa, sin excluir la represión y la traición.
En ese día de la Justicia y el resurgimiento, todo el que haya sido perseguido o castigado por el sanchismo será elevado y reconocido como héroe.
Francisco Rubiales
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