Parte de la "Pandilla de Sánchez" reunida en Consejo de Ministros, hostigando y malgobernando España
La de Sánchez es la pandilla de siempre, la que ha rodeado a los tiranos y dictadores a lo largo de la Historia, la que se burlaba de Casandra en Troya y de Jeremías en Jerusalén, la que condenó a Jesucristo y prefirió liberar al corrupto criminal de Barrabás, la que premia a los malos y castiga a los buenos, la que prefiere gobernar con nacionalistas vascos y catalanes envilecidos y llenos de odio antes que con españoles decentes y llenos de amor por su patria, la que compra periodistas para que mientan y jueces para que prevariquen, la que reparte el dinero como los piratas del Caribe y la que destroza todo lo que huele a decencia en su entorno.
El sanchismo, de tanto acumular bajeza, se ha convertido en un fantasma adicto al fracaso, la corrupción y la traición. La pandilla está infectada de putas, cocainómanos, sinvergüenzas y gente corrompida que se ha unido al coro podrido de aduladores de Sánchez a cambio de promociones y dinero.
Pocos conservan en la España de Sánchez la ilusión y la esperanza. Todos vivimos rodeados de indignación, miedo y asco. La pandilla de Sánchez rebuzna, da coces y asesina el presente y el futuro.
La "Pandilla" ha llenado España de desconfianza y recelo, hacia los políticos, los medios oficiales, los periodistas comprados, los comunicados oficiales, las versiones del poder, los generales, los diplomáticos, los altos cargos y cualquiera que ocupe altos cargos en instituciones y espacios prostituidos por el sanchismo o que respire cerca del capo Sánchez, cuya familia y colaboradores más cercanos ya han sido "cazados" por la Justicia y están con un pie en la cárcel.
España, agobiada por el sanchismo dictador y enfermo, pudo haberse librado de ese cáncer mortal gracias a la rebeldía, pero en lugar de luchar contra el aspirante a tirano que llegó al poder haciendo trampas, se entregó como un cordero al verdugo.
Hoy hay ciertos amagos de rebelión, pero ya es demasiado tarde porque el verdugo se ha puesto una coraza y se ha rodeado de policías, militares y esclavos corrompidos.
Desde el llanto y el fracaso y envueltos en negros nubarrones, los españoles estamos pagando nuestra cobardía, dominados por una "pandilla" siniestra y malvada, la "Pandilla de Sánchez".
Francisco Rubiales
El sanchismo, de tanto acumular bajeza, se ha convertido en un fantasma adicto al fracaso, la corrupción y la traición. La pandilla está infectada de putas, cocainómanos, sinvergüenzas y gente corrompida que se ha unido al coro podrido de aduladores de Sánchez a cambio de promociones y dinero.
Pocos conservan en la España de Sánchez la ilusión y la esperanza. Todos vivimos rodeados de indignación, miedo y asco. La pandilla de Sánchez rebuzna, da coces y asesina el presente y el futuro.
La "Pandilla" ha llenado España de desconfianza y recelo, hacia los políticos, los medios oficiales, los periodistas comprados, los comunicados oficiales, las versiones del poder, los generales, los diplomáticos, los altos cargos y cualquiera que ocupe altos cargos en instituciones y espacios prostituidos por el sanchismo o que respire cerca del capo Sánchez, cuya familia y colaboradores más cercanos ya han sido "cazados" por la Justicia y están con un pie en la cárcel.
España, agobiada por el sanchismo dictador y enfermo, pudo haberse librado de ese cáncer mortal gracias a la rebeldía, pero en lugar de luchar contra el aspirante a tirano que llegó al poder haciendo trampas, se entregó como un cordero al verdugo.
Hoy hay ciertos amagos de rebelión, pero ya es demasiado tarde porque el verdugo se ha puesto una coraza y se ha rodeado de policías, militares y esclavos corrompidos.
Desde el llanto y el fracaso y envueltos en negros nubarrones, los españoles estamos pagando nuestra cobardía, dominados por una "pandilla" siniestra y malvada, la "Pandilla de Sánchez".
Francisco Rubiales







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