Bolaños, ministro de Justicia del gobierno de España, se lanzó con furia contra la Iglesia, quizás porque conoce su influencia, acusando a los obispos de situarse al lado del PP y de VOX con su petición de adelanto electoral y pide a la Conferencia Episcopal que se "comprometan con la neutralidad política y partidista" y señala su "voluntad" de diálogo.
Según un Ministro Bolaños visiblemente histérico, la petición de adelanto electoral de la Iglesia Católica se ha hecho en comunión con el PP y VOX.
La reacción histérica del ministro de Justicia demuestra que Sánchez y sus secuaces están muy débiles y al borde del colapso y el fin de la legislatura.
La iglesia se ha movido más por razones éticas que políticas, ya que el espectáculo de la corrupción socialista y de su profunda repercusión en la sociedad española son bochornosos y de extrema gravedad.
La carta del ministro Félix Bolaños es un torpe intento de intimidación política disfrazado de indignación institucional. No busca diálogo ni claridad, sino silenciar la voz influyente de la Iglesia española, que se atreve a decir lo que muchos callan por miedo, cobardía o interés. La reacción del Gobierno no es para defender la neutralidad democrática, sino con pánico a perder el monopolio informativo y el control de las mentes.
Como no pueden someter a la Iglesia, intentan deslegitimarla. Es un comportamiento típico de la mafia sanchista.
El más valiente obispo español, monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, ha rechazado las acusaciones sectarias de Félix Bolaños y ha asegurado que la Iglesia no coincide, en modo alguno, con la derecha española y que es falso que la iglesia esté alineada con partido político alguno. También justifica la intervención de los obispos por "la gravedad de la corrupción del gobierno" y por la situación de crisis del Estado de Derecho creada por los socialistas.
Munilla destaca que la petición de elecciones anticipadas es mayoritaria en España y que está presente incluso en ámbitos afines al gobierno.
Tanto la intervención certera de la Iglesia como la reacción histérica y alienada del gobierno reflejan el momento crucial que atraviesa España, en manos de un gobierno que ha perdido los papeles y el apoyo de la mayoría de los ciudadanos, pero que se empeña en seguir gobernando, aunque al hacerlo cause daños terribles.
En medio de todo este desastre corrupto, la Guardia Civil sigue con su crucial trabajo de buscar pruebas que prueben que el sanchismo es un infierno y que España está gobernada por una pandilla inmoral y sucia.
Francisco Rubiales
Según un Ministro Bolaños visiblemente histérico, la petición de adelanto electoral de la Iglesia Católica se ha hecho en comunión con el PP y VOX.
La reacción histérica del ministro de Justicia demuestra que Sánchez y sus secuaces están muy débiles y al borde del colapso y el fin de la legislatura.
La iglesia se ha movido más por razones éticas que políticas, ya que el espectáculo de la corrupción socialista y de su profunda repercusión en la sociedad española son bochornosos y de extrema gravedad.
La carta del ministro Félix Bolaños es un torpe intento de intimidación política disfrazado de indignación institucional. No busca diálogo ni claridad, sino silenciar la voz influyente de la Iglesia española, que se atreve a decir lo que muchos callan por miedo, cobardía o interés. La reacción del Gobierno no es para defender la neutralidad democrática, sino con pánico a perder el monopolio informativo y el control de las mentes.
Como no pueden someter a la Iglesia, intentan deslegitimarla. Es un comportamiento típico de la mafia sanchista.
El más valiente obispo español, monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, ha rechazado las acusaciones sectarias de Félix Bolaños y ha asegurado que la Iglesia no coincide, en modo alguno, con la derecha española y que es falso que la iglesia esté alineada con partido político alguno. También justifica la intervención de los obispos por "la gravedad de la corrupción del gobierno" y por la situación de crisis del Estado de Derecho creada por los socialistas.
Munilla destaca que la petición de elecciones anticipadas es mayoritaria en España y que está presente incluso en ámbitos afines al gobierno.
Tanto la intervención certera de la Iglesia como la reacción histérica y alienada del gobierno reflejan el momento crucial que atraviesa España, en manos de un gobierno que ha perdido los papeles y el apoyo de la mayoría de los ciudadanos, pero que se empeña en seguir gobernando, aunque al hacerlo cause daños terribles.
En medio de todo este desastre corrupto, la Guardia Civil sigue con su crucial trabajo de buscar pruebas que prueben que el sanchismo es un infierno y que España está gobernada por una pandilla inmoral y sucia.
Francisco Rubiales
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