Todos hablan del fenómeno blog, de la explosión en la blogosfera, de que ya hay casi 30 millones de blogs que se actualizan con frecuencia, pero pocos hablan del verdadero protagonista del fenómeno, que no es el "blogger", sino el "lector de blogs", un tipo que se siente libre, que rastrea la red en busca de calidad, que lee siempre con espíritu crítico, que opina en los foros cuando se siente estimulado y que, desde su indomable libertad, siempre anda buscando en la selva libre de Internet creatividad, enfoques inteligentes y calidad informativa.
Sin esos lectores, el fenómeno blog no existiría y la blogosfera seria un espacio vano más de los muchos que engendra la cultura moderna.
Un lector de voto en blanco decía recientemente en un comentario: "Nosotros somos lectores de blogs, no somos tontos. Así que no nos van a influir plumas pardas como la de las de ........ A nosotros nos da exactamente lo mismo Mao que Stalin, Bush que Bin Laden. Nosotros «leemos, rastreamos y evaluamos», no tragamos sapos, no somos estúpidos trolles".
Imposible plasmar mejor el espíritu del lector clásico de blogs: libre, orgulloso, selectivo, exclusivo con la información, excéptico y siempre cazador de calidad.
Pero hay otro tipo de lector de blog que también tiene su importancia y que casi nadie menciona. Es el cazador furtivo, el que visita diariamente la blogosfera para retroalimentarse, para extraer de ese mundo la riqueza que necesita para destacar en su pequeño mundo. Es un ladrón de ideas y de enfoques que busca y plasma los logros de otros en su propia vida, obteniendo réditos profesionales a costa de los demás y escapando así de su vulgaridad esteril. Muchos son rastreadores de información al servicio del Estado, asesores, miembros de agencias secretas, profesores universitarios, periodistas o escritores, algunos de ellos con cierto éxito, pero en realidad agotados y secos de cerebro porque el triunfo les ha ablandado y desconectado de las trincheras.
Entre esos "furtivos" destacan los periodistas. Las estadísticas dicen que en Estados Unidos cinco de cada diez periodistas en activo leen blogs, generalmente para informarse e inspirarse. Entre los periodistas destacados (columnistas, analistas y comentaristas), el porcentaje se eleva a siete de cada diez.
Ellos, aunque "buitreen" en la red a la caza de inteligencia ajena, son también parte del éxito de la blogosfera, porque contribuyen a difundir la riqueza de la red en los escleróticos espacios donde trabajan y vegetan.
Sin esos lectores, el fenómeno blog no existiría y la blogosfera seria un espacio vano más de los muchos que engendra la cultura moderna.
Un lector de voto en blanco decía recientemente en un comentario: "Nosotros somos lectores de blogs, no somos tontos. Así que no nos van a influir plumas pardas como la de las de ........ A nosotros nos da exactamente lo mismo Mao que Stalin, Bush que Bin Laden. Nosotros «leemos, rastreamos y evaluamos», no tragamos sapos, no somos estúpidos trolles".
Imposible plasmar mejor el espíritu del lector clásico de blogs: libre, orgulloso, selectivo, exclusivo con la información, excéptico y siempre cazador de calidad.
Pero hay otro tipo de lector de blog que también tiene su importancia y que casi nadie menciona. Es el cazador furtivo, el que visita diariamente la blogosfera para retroalimentarse, para extraer de ese mundo la riqueza que necesita para destacar en su pequeño mundo. Es un ladrón de ideas y de enfoques que busca y plasma los logros de otros en su propia vida, obteniendo réditos profesionales a costa de los demás y escapando así de su vulgaridad esteril. Muchos son rastreadores de información al servicio del Estado, asesores, miembros de agencias secretas, profesores universitarios, periodistas o escritores, algunos de ellos con cierto éxito, pero en realidad agotados y secos de cerebro porque el triunfo les ha ablandado y desconectado de las trincheras.
Entre esos "furtivos" destacan los periodistas. Las estadísticas dicen que en Estados Unidos cinco de cada diez periodistas en activo leen blogs, generalmente para informarse e inspirarse. Entre los periodistas destacados (columnistas, analistas y comentaristas), el porcentaje se eleva a siete de cada diez.
Ellos, aunque "buitreen" en la red a la caza de inteligencia ajena, son también parte del éxito de la blogosfera, porque contribuyen a difundir la riqueza de la red en los escleróticos espacios donde trabajan y vegetan.
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