¿Que información sería esa que es capaz de obligar al partido naranja a traicionar sus promesas electorales de desalojar a los socialistas del gobierno? Los mas atrevidos afirman que el secreto debe ser que cobraron por su apoyo a Susana en la anterior legislatura y temen que eso se sepa.
La verdad es que nadie entiende lo que está pasando con Ciudadanos en Andalucía. Es evidente que sufrirían la ira de los votantes, no sólo en Andalucía sino también en el resto de España, si terminan pactando con los socialistas para apuntalar su imperio y evitar que se derrumbe. Pero ese precio, terrible, que hasta podría provocar su hundimiento como partido, no parece importarles ¿Que razón oculta les empuja a estafar a sus electores?
La ideología de VOX no puede explicarlo porque, salvo pocas excepciones, su programa podría ser asumido perfectamente por Ciudadanos, que comparte muchos de sus puntos. La causa tampoco puede ser una repentina repugnancia a unirse al PP porque ya lo han hecho en otros gobiernos, entre ellos la comunidad de Madrid ¿Donde está, entonces, el misterio?
Muchos andaluces, ilusionados con un cambio de rumbo en el gobierno de Andalucía que saque a la región del atraso y la parálisis, están desconcertados con los titubeos y bandazos de Ciudadanos y empiezan a creer que podrían ser ciertas las acusaciones que señalan a Ciudadanos como un partido franquicia del PSOE, una especie de PSOE 2.0, modernizado y con la herencia socialdemócrata asumida.
Es cierto que todavía no está completamente arruinada la posibilidad de un pacto entre el PP y Ciudadanos, con apoyo externo de VOX, para desalojar al socialismo, como desean la mayoría de los andaluces, pero también es cierto que esa opción no termina de cuajar, cuando el tiempo disponible empieza a acabarse. Ni siquiera hay acuerdo para formar la mesa del Congreso, en la que el PSOE y VOX exigen estar presentes.
¿Será real la hipótesis de que el verdadero sueño de Rivera y Marín, este último con muy buenas relaciones con los socialistas, es gobernar con el apoyo del PSOE, obteniendo la presidencia de la Junta a cambio de no levantar las alfombras ni practicar al gobierno socialistas auditorias de infarto?
Las sospechas empezaron a fraguarse el mismo día 2 de diciembre, al conocerse los resultadosde las elecciones, cuando Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía, dijo que reclamaba la presidencia del futuro gobierno que gobernaría en Andalucía, sorprendiendo a los observadores y analistas porque la presidencia correspondía, en buena lógica, al PP, que obtuvo bastantes más votos que Ciudadanos.
Un día después, la sorpresa aumentó cuando Marín emplazó a Susana Díaz a que apoye un gobierno presidido por Ciudadanos.
La traición a sus electores y la hipótesis del suicidio se abrieron paso desde entonces y hoy ya se especula sobre las razones ocultas que empujan a un partido como Ciudadanos, con un futuro prometedor, a suicidarse en Andalucía, cerrándose las puertas del futuro gobierno de España tras exhibir ante los ojos de todos el engaño a sus electores.
VOX espera con calma, mientras sigue recogiendo votos descontentos, a que PP y Ciudadanos cierren un pacto de gobierno, que VOX apoyaría desde el exterior, sin participar en ese gobierno, pero actuando como conciencia del pueblo y custodio de la democracia.
Los andaluces que han votado por el cambio, llenos de preocupación y sospechas, contemplan a diario el rostro de Albert Rivera y Juan Marín, temerosos de que terminen culminando su inexplicable suicidio, que quizás fuera también una cuchillada al futuro de España.
Francisco Rubiales
La verdad es que nadie entiende lo que está pasando con Ciudadanos en Andalucía. Es evidente que sufrirían la ira de los votantes, no sólo en Andalucía sino también en el resto de España, si terminan pactando con los socialistas para apuntalar su imperio y evitar que se derrumbe. Pero ese precio, terrible, que hasta podría provocar su hundimiento como partido, no parece importarles ¿Que razón oculta les empuja a estafar a sus electores?
La ideología de VOX no puede explicarlo porque, salvo pocas excepciones, su programa podría ser asumido perfectamente por Ciudadanos, que comparte muchos de sus puntos. La causa tampoco puede ser una repentina repugnancia a unirse al PP porque ya lo han hecho en otros gobiernos, entre ellos la comunidad de Madrid ¿Donde está, entonces, el misterio?
Muchos andaluces, ilusionados con un cambio de rumbo en el gobierno de Andalucía que saque a la región del atraso y la parálisis, están desconcertados con los titubeos y bandazos de Ciudadanos y empiezan a creer que podrían ser ciertas las acusaciones que señalan a Ciudadanos como un partido franquicia del PSOE, una especie de PSOE 2.0, modernizado y con la herencia socialdemócrata asumida.
Es cierto que todavía no está completamente arruinada la posibilidad de un pacto entre el PP y Ciudadanos, con apoyo externo de VOX, para desalojar al socialismo, como desean la mayoría de los andaluces, pero también es cierto que esa opción no termina de cuajar, cuando el tiempo disponible empieza a acabarse. Ni siquiera hay acuerdo para formar la mesa del Congreso, en la que el PSOE y VOX exigen estar presentes.
¿Será real la hipótesis de que el verdadero sueño de Rivera y Marín, este último con muy buenas relaciones con los socialistas, es gobernar con el apoyo del PSOE, obteniendo la presidencia de la Junta a cambio de no levantar las alfombras ni practicar al gobierno socialistas auditorias de infarto?
Las sospechas empezaron a fraguarse el mismo día 2 de diciembre, al conocerse los resultadosde las elecciones, cuando Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía, dijo que reclamaba la presidencia del futuro gobierno que gobernaría en Andalucía, sorprendiendo a los observadores y analistas porque la presidencia correspondía, en buena lógica, al PP, que obtuvo bastantes más votos que Ciudadanos.
Un día después, la sorpresa aumentó cuando Marín emplazó a Susana Díaz a que apoye un gobierno presidido por Ciudadanos.
La traición a sus electores y la hipótesis del suicidio se abrieron paso desde entonces y hoy ya se especula sobre las razones ocultas que empujan a un partido como Ciudadanos, con un futuro prometedor, a suicidarse en Andalucía, cerrándose las puertas del futuro gobierno de España tras exhibir ante los ojos de todos el engaño a sus electores.
VOX espera con calma, mientras sigue recogiendo votos descontentos, a que PP y Ciudadanos cierren un pacto de gobierno, que VOX apoyaría desde el exterior, sin participar en ese gobierno, pero actuando como conciencia del pueblo y custodio de la democracia.
Los andaluces que han votado por el cambio, llenos de preocupación y sospechas, contemplan a diario el rostro de Albert Rivera y Juan Marín, temerosos de que terminen culminando su inexplicable suicidio, que quizás fuera también una cuchillada al futuro de España.
Francisco Rubiales
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