Los políticos han convertido el mundo en un infierno. Son los que imponen las guerras, propagan el odio, apoyan la corrupción, abusan del poder y llenan la vida de miedo, envidia, rencor, codicia y muerte.
Parece que odian que la gente sea buena, que nos ayudemos, que seamos solidarios y respetuosos. Prefieren un mundo poblado por alimañas que se odian. Ellos son basura y se sienten a gusto en un mundo podrido.
Merecen ser erradicados como ratas, cucarachas o serpientes venenosas porque mientras ellos gobiernen el mundo dará asco y las puertas del progreso, el amor y el bien permanecerán cerradas a cal y canto.
Esa chusma maldita se forja en hornos llamados partidos políticos, organizaciones diseñadas para extraer lo peor del ser humano y pervertirlo con ansia de poder, dominio, violencia, egoísmo, opresión y mafia.
Imaginemos un mundo donde los que gobiernan en lugar de ser ladrones y bandidos que construyen pocilgas y letrinas, fueran servidores públicos, propagadores del amor y personas justas que defiendan los valores y la convivencia dentro del apoyo mutuo.
El mundo sería mucho mejor y no me digan que esa utopía no es posible porque son los canallas que detentan hoy el poder los que quieren que creamos que el odio y la muerte que ellos representan son la única opción.
Es como si después de que Dios creara el paraíso, hubiera llegado el diablo y hubiera creado al político, el invento de las tinieblas para emputecerlo todo.
Los partidos políticos son escuelas de corrupción eficaces y mientras esas organizaciones sean la base de la vida política, el mundo será una cochinera, ya sean esos partidos de derecha, de izquierda o de centro.
Dicen los políticos canallas que los humanos somos malos por naturaleza, pero yo les aseguro que los humanos están siendo educados para el mal, para que odien, sientan envidia y se entreguen a la violencia.
¿Habéis visto alguna vez a un político hablar de amor, de amistad, de respeto o ayuda mutua? Esos degenerados solo hablan de dinero, poder, enfrentamiento y de lo malo que son sus adversarios.
El ser humano no es malo, pero los políticos si lo son y consiguen emponzoñar con su maldad asquerosa al mundo entero.
No es fácil entender el fanatismo y la ceguera de unos ciudadanos que defienden con uñas y dientes a partidos políticos sectarios, corruptos, con líderes mentirosos y estafadores, que violan las leyes, asesinan la democracia y, como en el caso del español Pedro Sánchez, eligen como aliados y colaboradores a ladrones, corruptos, golpistas y gente manchada de totalitarismo y sangre.
Francisco Rubiales
Parece que odian que la gente sea buena, que nos ayudemos, que seamos solidarios y respetuosos. Prefieren un mundo poblado por alimañas que se odian. Ellos son basura y se sienten a gusto en un mundo podrido.
Merecen ser erradicados como ratas, cucarachas o serpientes venenosas porque mientras ellos gobiernen el mundo dará asco y las puertas del progreso, el amor y el bien permanecerán cerradas a cal y canto.
Esa chusma maldita se forja en hornos llamados partidos políticos, organizaciones diseñadas para extraer lo peor del ser humano y pervertirlo con ansia de poder, dominio, violencia, egoísmo, opresión y mafia.
Imaginemos un mundo donde los que gobiernan en lugar de ser ladrones y bandidos que construyen pocilgas y letrinas, fueran servidores públicos, propagadores del amor y personas justas que defiendan los valores y la convivencia dentro del apoyo mutuo.
El mundo sería mucho mejor y no me digan que esa utopía no es posible porque son los canallas que detentan hoy el poder los que quieren que creamos que el odio y la muerte que ellos representan son la única opción.
Es como si después de que Dios creara el paraíso, hubiera llegado el diablo y hubiera creado al político, el invento de las tinieblas para emputecerlo todo.
Los partidos políticos son escuelas de corrupción eficaces y mientras esas organizaciones sean la base de la vida política, el mundo será una cochinera, ya sean esos partidos de derecha, de izquierda o de centro.
Dicen los políticos canallas que los humanos somos malos por naturaleza, pero yo les aseguro que los humanos están siendo educados para el mal, para que odien, sientan envidia y se entreguen a la violencia.
¿Habéis visto alguna vez a un político hablar de amor, de amistad, de respeto o ayuda mutua? Esos degenerados solo hablan de dinero, poder, enfrentamiento y de lo malo que son sus adversarios.
El ser humano no es malo, pero los políticos si lo son y consiguen emponzoñar con su maldad asquerosa al mundo entero.
No es fácil entender el fanatismo y la ceguera de unos ciudadanos que defienden con uñas y dientes a partidos políticos sectarios, corruptos, con líderes mentirosos y estafadores, que violan las leyes, asesinan la democracia y, como en el caso del español Pedro Sánchez, eligen como aliados y colaboradores a ladrones, corruptos, golpistas y gente manchada de totalitarismo y sangre.
Francisco Rubiales
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