La degeneración de España es imparable, empujada por los partidos de izquierda, sobre todo por el PSOE, que bajo el mandato de Pedro Sánchez se ha convertido en un partido sin valores ni principios, sin democracia y sin respeto al ciudadano y a las reglas de la convivencia. Un ejemplo clarificador del drama: el PSOE de Navarra asume el discurso de los amigos del terrorismo, reunidos en BILDU, que equipara a las víctimas del terrorismo con sus verdugos. Una auténtica degeneración ética y una vergüenza para un partido que gobierna a un país miembro de la Unión Europea.
A pesar de que el mensaje del pueblo en las elecciones del 28 de mayo fue que el sanchsmo debe irse y que no quiere que gobierne la coalición de los que odian a España, Sánchez ya ha dicho que se propone reeditarla en un nuevo mandato, si gana las elecciones del 23 de julio. Puro descaro y degeneración antidemocrática.
El PSOE, que cada día se comporta más como un enemigo de España y de la democracia, ha tolerado la inclusión de 44 etarras condenados en las listas de Bildu para las elecciones del 28M, algunos de los cuales fueron condenados por delitos de sangre. Pedro Sánchez calla ante la ignominia para no irritar a sus socios y seguir contando con su apoyo, necesario para conservar el poder.
España entera está bañada por la suciedad y la corrupción, que nunca llegó tan lejos ni fue tan descarada y sucia como en el presente.
En Cataluña, región gobernada por nacionalistas radicales que propagan el odio a España y luchan por la independencia, los políticos antiespañoles cuentan con el apoyo de Pedro Sánchez y su socialismo degenerado. Los catalanes condenados por golpistas y corruptos, han sido indultados por Sánchez y les beneficia con dinero público e inversiones, en detrimento de las regiones españolas mas decentes, cumpidoras y leales.
El socialismo, borracho de poder, está escandalizando al mundo por su bajeza y apuesta por dividir a los españoles en bandos que se odian, como ocurrió en vísperas de la Guerra Civil de 1936.
De todas las fechorías realizadas por el sanchismo, la peor ha sido el nauseabundo estímulo del odio y la división, consagrado como política de Estado por medio de leyes que resucitan el espíritu de la Guerra Civil y que propician la venganza de los que perdieron sobre los que la ganaron. El general Franco, denigrado como dictador, ha sido expulsado de su tumba, al igual que José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, y el general Queipo de Llano, uno de los militares que acompañaron a Franco en su rebelión contra la República.
Los socialistas han convertido a España en un país que apuesta por el retroceso y la pobreza, hostigando a los ahorradores y a las empresas con impuestos insoportables. Algunas empresas, entre ellas Ferrovial, una de las grandes constructoras del mundo, han decidido marcharse de España espantada por los impuestos y por el mal trato que recibe del gobierno socialista-comunista.
España es ya el único país de Europa que cobra el injusto y demencial Impuesto sobre el Patrimonio, abandonado ya por los países de la Europa comunitaria por ser injusto y abusivo. También es uno de los pocos que mantiene vivo otro impuesto humillante, el de Sucesiones, que permite al gobierno apoderarse de buena parte de las herencias.
El cobro de estos dos impuestos es un simple ejemplo, pero ilustrativo de la descomposición, el abuso y la injusticia que impone el gobierno socialista.
Francisco Rubiales
A pesar de que el mensaje del pueblo en las elecciones del 28 de mayo fue que el sanchsmo debe irse y que no quiere que gobierne la coalición de los que odian a España, Sánchez ya ha dicho que se propone reeditarla en un nuevo mandato, si gana las elecciones del 23 de julio. Puro descaro y degeneración antidemocrática.
El PSOE, que cada día se comporta más como un enemigo de España y de la democracia, ha tolerado la inclusión de 44 etarras condenados en las listas de Bildu para las elecciones del 28M, algunos de los cuales fueron condenados por delitos de sangre. Pedro Sánchez calla ante la ignominia para no irritar a sus socios y seguir contando con su apoyo, necesario para conservar el poder.
España entera está bañada por la suciedad y la corrupción, que nunca llegó tan lejos ni fue tan descarada y sucia como en el presente.
En Cataluña, región gobernada por nacionalistas radicales que propagan el odio a España y luchan por la independencia, los políticos antiespañoles cuentan con el apoyo de Pedro Sánchez y su socialismo degenerado. Los catalanes condenados por golpistas y corruptos, han sido indultados por Sánchez y les beneficia con dinero público e inversiones, en detrimento de las regiones españolas mas decentes, cumpidoras y leales.
El socialismo, borracho de poder, está escandalizando al mundo por su bajeza y apuesta por dividir a los españoles en bandos que se odian, como ocurrió en vísperas de la Guerra Civil de 1936.
De todas las fechorías realizadas por el sanchismo, la peor ha sido el nauseabundo estímulo del odio y la división, consagrado como política de Estado por medio de leyes que resucitan el espíritu de la Guerra Civil y que propician la venganza de los que perdieron sobre los que la ganaron. El general Franco, denigrado como dictador, ha sido expulsado de su tumba, al igual que José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, y el general Queipo de Llano, uno de los militares que acompañaron a Franco en su rebelión contra la República.
Los socialistas han convertido a España en un país que apuesta por el retroceso y la pobreza, hostigando a los ahorradores y a las empresas con impuestos insoportables. Algunas empresas, entre ellas Ferrovial, una de las grandes constructoras del mundo, han decidido marcharse de España espantada por los impuestos y por el mal trato que recibe del gobierno socialista-comunista.
España es ya el único país de Europa que cobra el injusto y demencial Impuesto sobre el Patrimonio, abandonado ya por los países de la Europa comunitaria por ser injusto y abusivo. También es uno de los pocos que mantiene vivo otro impuesto humillante, el de Sucesiones, que permite al gobierno apoderarse de buena parte de las herencias.
El cobro de estos dos impuestos es un simple ejemplo, pero ilustrativo de la descomposición, el abuso y la injusticia que impone el gobierno socialista.
Francisco Rubiales
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