El burka tiene tantas ventajas que muchos sociólogos y médicos están recomendando su uso obligatorio en todo el planeta.
Las mujeres ahorran mucho dinero en vestidos porque pueden llevar cualquier cosa debajo, nadie las reconoce y hasta pueden pasear con sus amantes delante de sus maridos. Además, es un escudo sanitario tan eficaz que impide contraer muchas enfermedades, entre ellas la gripe estacional y, según acaba de comprobarse, también el peligroso virus Zika.
Se ha demostrado que el burka, en lugar de reprimir el erotismo, lo estimula. Aseguran que desprenderse del burka delante del ser amado es todo un recital de sensualidad fascinante. También aseguran los expertos que las mujeres que usan el burka son más amadas y valoradas. Sus maridos confían más en ellas y, aunque parezca increíble, ellas se sienten más seguras y atractivas.
En casos extremos, te puede salvar de los ataques y atentados yihadistas, lo que no es despreciable en estos tiempos. También te preserva de la agresión de los inmigrantes musulmanes que han invadido Europa, escabrosa y asquerosamente aficionados a violar y vejar mujeres occidentales ligeras de ropa.
Para los ladrones, políticos corruptos y otros facinerosos, el burka es ideal porque les oculta la identidad ante las cada día mas numerosas cámaras que inundan las ciudades, bancos, instituciones, empresas y hasta hogares.
Las feas defienden el uso del burka porque las iguala con las guapas. También parece que es ideal para el hombre porque los expertos aseguran que si el burka se usara en Occidente, casi un 20 por ciento de hombres lo adoptarían.
Sólo la policía y los servicios de seguridad se oponen con vigor al uso de esa prenda porque garantiza el anonimato y dificulta enormemente la identificación de personas y la prevención de delitos, peligros y riesgos.
He leído que hasta la perniciosa y pujante industria del "porno" adora el burka porque trae consigo altas dosis de morbo y erotismo misterioso.
Hasta hay quien dice que el burka será la gran aportación del Islám a la cultura mundial en el siglo XXI.
Las mujeres ahorran mucho dinero en vestidos porque pueden llevar cualquier cosa debajo, nadie las reconoce y hasta pueden pasear con sus amantes delante de sus maridos. Además, es un escudo sanitario tan eficaz que impide contraer muchas enfermedades, entre ellas la gripe estacional y, según acaba de comprobarse, también el peligroso virus Zika.
Se ha demostrado que el burka, en lugar de reprimir el erotismo, lo estimula. Aseguran que desprenderse del burka delante del ser amado es todo un recital de sensualidad fascinante. También aseguran los expertos que las mujeres que usan el burka son más amadas y valoradas. Sus maridos confían más en ellas y, aunque parezca increíble, ellas se sienten más seguras y atractivas.
En casos extremos, te puede salvar de los ataques y atentados yihadistas, lo que no es despreciable en estos tiempos. También te preserva de la agresión de los inmigrantes musulmanes que han invadido Europa, escabrosa y asquerosamente aficionados a violar y vejar mujeres occidentales ligeras de ropa.
Para los ladrones, políticos corruptos y otros facinerosos, el burka es ideal porque les oculta la identidad ante las cada día mas numerosas cámaras que inundan las ciudades, bancos, instituciones, empresas y hasta hogares.
Las feas defienden el uso del burka porque las iguala con las guapas. También parece que es ideal para el hombre porque los expertos aseguran que si el burka se usara en Occidente, casi un 20 por ciento de hombres lo adoptarían.
Sólo la policía y los servicios de seguridad se oponen con vigor al uso de esa prenda porque garantiza el anonimato y dificulta enormemente la identificación de personas y la prevención de delitos, peligros y riesgos.
He leído que hasta la perniciosa y pujante industria del "porno" adora el burka porque trae consigo altas dosis de morbo y erotismo misterioso.
Hasta hay quien dice que el burka será la gran aportación del Islám a la cultura mundial en el siglo XXI.
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