Y así está ocurriendo.
"Podemos" pudo haber sido un partido "atrapatodo", reivindicativo, capaz de congregar a gente de izquierdas y de derechas, todos unidos por el deseo de Justicia y de una democracia verdadera, un partido de valores y de derechos, mas que de de ideologías, una agrupación de nuevo tipo donde la participación ciudadana se impusiera a las élites, en la que el poder estuviera en manos de un binomio equlibrado e interactivo: el pueblo organizado y los equipos directivos, siempre bajo control de las bases ciudadanas.
Pero los que queríamos aquel otro "Podemos", fuimos derrotados por ser demasiado escrupulosos y esperar a que el poder se decantara tras largos procesos de auténtico debate. Los "bolcheviques", profesionales del poder, siempre son mas listos y mas prácticos, aunque también menos puros, y saben llevarse el agua a su molino. "Podemos" nació a principios de 2014 y tuvo un enorme éxito en las elecciones europeas de mayo, pero a muchos de los que habíamos participado en sus orígenes aquel éxito nos parecía escaso porque existían condiciones objetivas para haber obtenido tres veces aquella masa de votos, si en lugar de un partido hubiéramos construido una agrupación demócrata de ciudadanos y si en lugar de unas ideologías que combinaban el populismo con la izquierda leninista se hubieran impuesto la honradez, la ciudadanía, la verdadera democracia, la justicia y el deseo irrenunciable de construir un mundo mejor, en el que las ideologías, el partidismo y los politicastros cedieran el espacio a los derechos humanos, la Justicia, la unidad y la limpieza, siempre bajo control del ciudadano y no bajo el secuestro de los siempre peligrosos partidos políticos.
En la etapa de creación de Podemos conocí a gente de inmenso valor, a tipos maduros en política capaces de sacrificio y entrega, a activistas curtidos en miles de debates y batallas y a ciudadanos normales, movidos por la ilusión de construir una sociedad mas justa y decente. Desde entonces, Podemos, aunque se haya convertido en un partido donde no puedo navegar, me merece gran respeto y siempre destaqué que su presencia en la política española sería positiva porque removería las aguas e instalaría el miedo en el corazón del corrompido bipartidismo. La gente que conocí allí era, probablemente, el núcleo mas limpio y decente de España.
"Podemos" ya nació herido y débil, aunque, después de sus victorias iniciales y de su crecimiento fulgurante, sea dificil comprenderlo. Como mucho, al haberse decantado por las izquierdas y por estructuras parecidas a las de los viejos partidos y la odiada "Casta", podrá aspirar a sustituir a la agonizante Izquierda Unida y a arrebatarle al PSOE una cierta hegemonía en la izquierda española, pero jamás conseguirá lo que habría sido posible con un partido capaz de acoger a todos los demócratas, los indignados y a la gente decente de España, sin que importara mucho que fueran de derechas, de izquierdas, ricos, pobres, triunfadores o maltratados.
La única condición para militar en aquel "Podemos" que nunca existió debía ser rechazar a los políticos actuales y a sus miserias, corrupciones, abusos de poder y desprecio por la democracia, la justicia y el bien común. Todos unidos en torno al ideal común de construir un país distinto y justo.
Algunos amigos que conocen esta historia me dicen que aquel "Podemos" era una utopía y yo les digo que es cierto, pero que las utopías son las que hacen avanzar el mundo y las que han logrado las conquistas claves de la raza humana.
Haber construido un "Podemos" democrático, decente, limpio y capaz de acoger a toda la parte sana de España, hoy dispersa, frustrada, desanimada y sin esperanza, habría costado el mismo trabajo que haber construido el Podemos de Pablo Iglesias, pero su capacidad de éxito habría sido triple.
Pero sueños aparte, lo cierto es que mientras el actual "Podemos" se esfuerza por mantener al menos un 15 por ciento del electorado, el "Podemos" que nunca existió habría tenido votos suficientes para conquistar el poder sin alianzas ni pactos, sustituyendo la actual política injusta y corrupta por una democracia en la que cupieran todos, dotando a España de ideales y objetivos comunes, poniendo el énfasis en reconstruir los valores y recuperar el vigor y la decencia, reclutando a los mejores y nutriendo sus filas de luchadores de todos los tipos y clases, unidos por el deseo de construir un mundo mejor, que era el espíritu genuino del 15 M, que hoy sigue diluido y huérfano.
"Podemos" pudo haber sido un partido "atrapatodo", reivindicativo, capaz de congregar a gente de izquierdas y de derechas, todos unidos por el deseo de Justicia y de una democracia verdadera, un partido de valores y de derechos, mas que de de ideologías, una agrupación de nuevo tipo donde la participación ciudadana se impusiera a las élites, en la que el poder estuviera en manos de un binomio equlibrado e interactivo: el pueblo organizado y los equipos directivos, siempre bajo control de las bases ciudadanas.
Pero los que queríamos aquel otro "Podemos", fuimos derrotados por ser demasiado escrupulosos y esperar a que el poder se decantara tras largos procesos de auténtico debate. Los "bolcheviques", profesionales del poder, siempre son mas listos y mas prácticos, aunque también menos puros, y saben llevarse el agua a su molino. "Podemos" nació a principios de 2014 y tuvo un enorme éxito en las elecciones europeas de mayo, pero a muchos de los que habíamos participado en sus orígenes aquel éxito nos parecía escaso porque existían condiciones objetivas para haber obtenido tres veces aquella masa de votos, si en lugar de un partido hubiéramos construido una agrupación demócrata de ciudadanos y si en lugar de unas ideologías que combinaban el populismo con la izquierda leninista se hubieran impuesto la honradez, la ciudadanía, la verdadera democracia, la justicia y el deseo irrenunciable de construir un mundo mejor, en el que las ideologías, el partidismo y los politicastros cedieran el espacio a los derechos humanos, la Justicia, la unidad y la limpieza, siempre bajo control del ciudadano y no bajo el secuestro de los siempre peligrosos partidos políticos.
En la etapa de creación de Podemos conocí a gente de inmenso valor, a tipos maduros en política capaces de sacrificio y entrega, a activistas curtidos en miles de debates y batallas y a ciudadanos normales, movidos por la ilusión de construir una sociedad mas justa y decente. Desde entonces, Podemos, aunque se haya convertido en un partido donde no puedo navegar, me merece gran respeto y siempre destaqué que su presencia en la política española sería positiva porque removería las aguas e instalaría el miedo en el corazón del corrompido bipartidismo. La gente que conocí allí era, probablemente, el núcleo mas limpio y decente de España.
"Podemos" ya nació herido y débil, aunque, después de sus victorias iniciales y de su crecimiento fulgurante, sea dificil comprenderlo. Como mucho, al haberse decantado por las izquierdas y por estructuras parecidas a las de los viejos partidos y la odiada "Casta", podrá aspirar a sustituir a la agonizante Izquierda Unida y a arrebatarle al PSOE una cierta hegemonía en la izquierda española, pero jamás conseguirá lo que habría sido posible con un partido capaz de acoger a todos los demócratas, los indignados y a la gente decente de España, sin que importara mucho que fueran de derechas, de izquierdas, ricos, pobres, triunfadores o maltratados.
La única condición para militar en aquel "Podemos" que nunca existió debía ser rechazar a los políticos actuales y a sus miserias, corrupciones, abusos de poder y desprecio por la democracia, la justicia y el bien común. Todos unidos en torno al ideal común de construir un país distinto y justo.
Algunos amigos que conocen esta historia me dicen que aquel "Podemos" era una utopía y yo les digo que es cierto, pero que las utopías son las que hacen avanzar el mundo y las que han logrado las conquistas claves de la raza humana.
Haber construido un "Podemos" democrático, decente, limpio y capaz de acoger a toda la parte sana de España, hoy dispersa, frustrada, desanimada y sin esperanza, habría costado el mismo trabajo que haber construido el Podemos de Pablo Iglesias, pero su capacidad de éxito habría sido triple.
Pero sueños aparte, lo cierto es que mientras el actual "Podemos" se esfuerza por mantener al menos un 15 por ciento del electorado, el "Podemos" que nunca existió habría tenido votos suficientes para conquistar el poder sin alianzas ni pactos, sustituyendo la actual política injusta y corrupta por una democracia en la que cupieran todos, dotando a España de ideales y objetivos comunes, poniendo el énfasis en reconstruir los valores y recuperar el vigor y la decencia, reclutando a los mejores y nutriendo sus filas de luchadores de todos los tipos y clases, unidos por el deseo de construir un mundo mejor, que era el espíritu genuino del 15 M, que hoy sigue diluido y huérfano.
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