
Al morir Franco, España gozaba de una posición envidiable en el mundo y estaba:
1/ Reconciliada. Reconciliación que se hizo de abajo hacia arriba durante los años 40-50, y que el régimen se encargó en no obstaculizar o torpedear.
2/ Con una proyección económica clara. Los hijos vivían mejor que los padres y los nietos esperaban vivir mejor que sus abuelos. No hacían falta
estadísticas que lo midieran. era algo real.
3/ Con un Estado de Derecho mas que suficiente para garantizar el imperio de la ley, algo que ahora es imposible.
4/ Con soberanía. Las decisiones que afectaban a los españoles se tomaban mayoritariamente en España. Lo de ahora es un chiste. El problema es que para asegurar la continuidad no del régimen sino de esa reconciliación, de esa economía, de ese andamiaje legal y de esa soberanía, se confío en instituciones que buscaron todo lo contrario, como la Corona y la casta clerical, que traicionaron a la patria para asegurar sus privilegios.
No habría hecho falta, pero les pudo ese deberse a intereses extranjeros, los mismos intereses a los que se concedió el poder del "nihil obstat" democrático.
La España de hoy, creada por políticos corruptos y partidos desleales y traidores, es un drama lleno de carencias y fallos: corrupción, abuso de poder, falta de controles y contrapesos democráticos, privilegios exagerados de los políticos, carencia de sociedad civil, separación de poderes casi nula, dependencia extrajera y una clase política que destaca como una de las mas deficientes, antidemocráticas y corruptas del planeta.
La culpa del drama es, sobre todo, de la clase política española y de sus instituciones. Los políticos han sido corruptos, débiles y mafiosos y han cruzado demasiadas veces la línea roja que representa anteponer sus propios intereses al bien común.
También han fallado con estrépito la Corona, que llegó a ser ejemplo mundial de corrupción y cobardía, las Fuerzas Armadas, que se han dejado corromper por el dinero y se han sometido a políticos sin decencia ni honor, que actúan como enemigos de España, y un océano de profesionales, funcionarios y cuadros que se han prostituido al servicio de intereses bastardos y partidos políticos plenamente deteriorados y sin ética.
Pero el pueblo español tiene también su cuota de culpa, importante, aunque menor, por haberse dejado dominar por dirigentes miserables, canallas y corruptos, a los que ha entregado el poder y a los que sigue votando a pesar de que es evidente que acuchillan a la nación y a sus grandes valores.
Francisco Rubiales
(Este artículo ha sido redactado bajo la inspiración de un reciente comentario de Pasmao, colaborador de Voto en Blanco, algunas de cuyas ideas han sido incorporadas al texto).
1/ Reconciliada. Reconciliación que se hizo de abajo hacia arriba durante los años 40-50, y que el régimen se encargó en no obstaculizar o torpedear.
2/ Con una proyección económica clara. Los hijos vivían mejor que los padres y los nietos esperaban vivir mejor que sus abuelos. No hacían falta
estadísticas que lo midieran. era algo real.
3/ Con un Estado de Derecho mas que suficiente para garantizar el imperio de la ley, algo que ahora es imposible.
4/ Con soberanía. Las decisiones que afectaban a los españoles se tomaban mayoritariamente en España. Lo de ahora es un chiste. El problema es que para asegurar la continuidad no del régimen sino de esa reconciliación, de esa economía, de ese andamiaje legal y de esa soberanía, se confío en instituciones que buscaron todo lo contrario, como la Corona y la casta clerical, que traicionaron a la patria para asegurar sus privilegios.
No habría hecho falta, pero les pudo ese deberse a intereses extranjeros, los mismos intereses a los que se concedió el poder del "nihil obstat" democrático.
La España de hoy, creada por políticos corruptos y partidos desleales y traidores, es un drama lleno de carencias y fallos: corrupción, abuso de poder, falta de controles y contrapesos democráticos, privilegios exagerados de los políticos, carencia de sociedad civil, separación de poderes casi nula, dependencia extrajera y una clase política que destaca como una de las mas deficientes, antidemocráticas y corruptas del planeta.
La culpa del drama es, sobre todo, de la clase política española y de sus instituciones. Los políticos han sido corruptos, débiles y mafiosos y han cruzado demasiadas veces la línea roja que representa anteponer sus propios intereses al bien común.
También han fallado con estrépito la Corona, que llegó a ser ejemplo mundial de corrupción y cobardía, las Fuerzas Armadas, que se han dejado corromper por el dinero y se han sometido a políticos sin decencia ni honor, que actúan como enemigos de España, y un océano de profesionales, funcionarios y cuadros que se han prostituido al servicio de intereses bastardos y partidos políticos plenamente deteriorados y sin ética.
Pero el pueblo español tiene también su cuota de culpa, importante, aunque menor, por haberse dejado dominar por dirigentes miserables, canallas y corruptos, a los que ha entregado el poder y a los que sigue votando a pesar de que es evidente que acuchillan a la nación y a sus grandes valores.
Francisco Rubiales
(Este artículo ha sido redactado bajo la inspiración de un reciente comentario de Pasmao, colaborador de Voto en Blanco, algunas de cuyas ideas han sido incorporadas al texto).
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