La inclusión de asesinos en las listas de BILDU, partido socio del gobierno de Sánchez, el fraude electoral de izquierdas en Melilla y el estallido de racismo en el fútbol son tres hechos que marcarán esta campaña electoral, junto con las mentiras y promesas falsas del sanchismo, ya habituales. El espectáculo es impropio de una democracia europea y refleja más bien la agonía de un país moralmente destrozado por un poder inicuo.
Los montes arden como nunca antes, las listas de espera en los médicos especialistas y en la cirugía son insufribles y causantes de muchas muertes y hasta la naturaleza se hace antisanchista imponiendo a España una sequía letal para los cultivos y ruinosa para la economía.
En la pandemia España batió récords de mala gestión, compras corruptas de materiales y muertes. La gestión del virus en las residencias de ancianos españolas se estudia ya en el mundo como ejemplo de gestión pública fracasada.
El mal gobierno ha impregnado a la economía y a la sociedad entera generando ineficacia, retrasos y complicaciones burocráticas. Todo es más difícil bajo el sanchismo, menos la corrupción, la mentira y el cobro de impuestos. Las empresas, algunas de las cuales huyen de España, han visto como la burocracia y los impuestos sube todavía más que los precios y hasta las cosechas se pierden.
Sánchez, además de un gobernante ineficaz, injusto y corrupto, es una ruina para España, a la que ha convertido en el país de Europa donde menos crece la renta de los ciudadanos y donde más impuestos se pagan en proporción a los sueldos.
El sanchismo es un mal negocio para España y los españoles, pero es una bicoca para los okupas, los corruptos, los antiguos asesinos de ETA y para los que viven del chantaje y del odio a España en Cataluña y Vascongadas.
La campaña electoral que realiza el sanchismo, llena de promesas que, como en ocasiones anteriores, nunca cumplirán, demuestra la enorme podredumbre que ha infectado al gobierno sanchista.
Francisco Rubiales
Los montes arden como nunca antes, las listas de espera en los médicos especialistas y en la cirugía son insufribles y causantes de muchas muertes y hasta la naturaleza se hace antisanchista imponiendo a España una sequía letal para los cultivos y ruinosa para la economía.
En la pandemia España batió récords de mala gestión, compras corruptas de materiales y muertes. La gestión del virus en las residencias de ancianos españolas se estudia ya en el mundo como ejemplo de gestión pública fracasada.
El mal gobierno ha impregnado a la economía y a la sociedad entera generando ineficacia, retrasos y complicaciones burocráticas. Todo es más difícil bajo el sanchismo, menos la corrupción, la mentira y el cobro de impuestos. Las empresas, algunas de las cuales huyen de España, han visto como la burocracia y los impuestos sube todavía más que los precios y hasta las cosechas se pierden.
Sánchez, además de un gobernante ineficaz, injusto y corrupto, es una ruina para España, a la que ha convertido en el país de Europa donde menos crece la renta de los ciudadanos y donde más impuestos se pagan en proporción a los sueldos.
El sanchismo es un mal negocio para España y los españoles, pero es una bicoca para los okupas, los corruptos, los antiguos asesinos de ETA y para los que viven del chantaje y del odio a España en Cataluña y Vascongadas.
La campaña electoral que realiza el sanchismo, llena de promesas que, como en ocasiones anteriores, nunca cumplirán, demuestra la enorme podredumbre que ha infectado al gobierno sanchista.
Francisco Rubiales
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