“Periodistas” y “Agitadores”

Es paradójico, pero fue Fidel Castro quien me enseñó a distinguir entre “Periodistas” y “Agitadores” y a respetar a los primeros con la misma intensidad que debe despreciarse a los segundos.

Víspera del 26 de julio de 1976. Con motivo del 22 aniversario del asalto al Cuartel Moncada, (un grupo de jóvenes cubanos, con ideas revolucionarias y llenos de ansias de librar a Cuba de la represión a que estaba sometida desde el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, liderados por el joven abogado Fidel Castro, decidieron atacar el Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, gesto que se celebra en Cuba como el inicio de la lucha de Castro y sus rebeldes contra el régimen de Fulgencio Batista) el gobierno cubano invitó a toda la prensa extranjera acreditada en Cuba a visitar el famoso cuartel, donde -según anunciaron- podría producirse un "encuentro" con "el comandante".

Estábamos concentrados en las puertas de la vieja fortaleza, en Santiago de Cuba casi un treintena de corresponsales extranjeros, desde los rusos de Pravda, Novosty, TASS y otros, hasta los de las agencias de noticias y principales periódicos de la RDA, Bulgaria, Polonia, Hungría, Checoslovaquia y otros países, sin olvidar a los delegados del italiano L’Unita y del francés L’Humanité, órganos respectivos de los partidos comunistas de Italia y Francia, y los dos únicos representantes acreditados de la prensa libre mundial, los representantes de EFE y Reuter (faltaba el de la AFP, enfermo).

Fidel estaba dentro y todos esperábamos verlo y poder conversar con él, todo un privilegio periodístico en aquella Cuba cerrada y controlada por el poder, donde conseguir información y opinión era prácticamente imposible. De pronto, llega un representante del Minrex (Ministerio de Relaciones Exteriores) y dice que los representantes de las agencias EFE y Reuter (Francisco Rubiales y Francois Reitberger, respectivamente) podían entrar. Los demás se quedaron fuera en silencio, sin emitir protesta alguna.

Cuando entramos, vimos a Fidel que estaba sentado, esperándonos, en el centro del gran patio del cuartel. Le saludamos y le recordamos, con espíritu solidario, que fuera había decenas de periodistas que también querían entrar.

Jamás podré olvidar la respuesta de Fidel: “Periodistas sólo hay dos. Vosotros. Por eso os he llamado. Para ser periodista hay que ser libre. Los demás son “agitadores” de sus respectivos partidos comunistas. ¿No conocéis la diferencia?”.

No respondimos (tampoco era necesario) y comenzó la entrevista, una de las más distendidas y agradables que recuerdo con un Fidel pletórico, quizás porque las cosas le iban bien en Angola, donde sus tropas luchaban con éxito. Coriosamente, aunque hablamos durante más de media hora de muchos temas, lo único que nunca podré olvidar es aquella cruel y certera distinción entre “periodistas” y “agitadores”.

Hoy, treinta años después, me pregunto cuantos somos “periodistas” y cuantos “agitadores” en esta España donde la mal llamada "democracia" ha conseguido erradicar la vieja independencia y libertad de la profesión, “encuadrando” a miles de profesionales en las filas de un partido o de otro, “domesticando” la antigua rebeldía periodística y convirtiendo masivamente a los informadores en propagandistas (agitadores) de una causa política o de otra.

Francisco Rubiales