EL PELUQUERO (Humor amargo de fin de semana)

Sé manifestará el lobby fimini-nazi contra loss asesinatos de mujeres em Irán atacarñan al Islam como lo hacen contra la Iglesia Católica?, ¿Sé quedaráb desnuda del torso en una Mezquita, protestarán delante de una Mezquita?

Buenas a todos,

El cuento muestra el mal que consiste en especular con las libertades de otras personas.

Si bien en el cuento se pone a los políticos como el ejemplo.

Ese es el nivel en gran parte de la sociedad. Y por eso existen esos políticos, porque salen de ahí. El sistema logra que los políticos representen a la sociedad, pero no políticamente, si no moralmente.

La actitud especulativa es oportunista y quejica, considera derechos los privilegios, y se escandaliza ante las pequeñas imperfecciones de esos privilegios. Es un comportamiento infantil, muy acorde al trato infantilizador de los políticos y el propio ejemplo que dan.

El comportamiento especulativo, es un ejemplo de planteamiento de resultados que produce la eliminación del principio que lo produce.

Así pues los diputados del cuento harían inviable que el peluquero volviese a regalar cortes de pelo. Pero, ocurre que incluso a pesar de ello, el principio sobrevive porque sea la única manera de soportar la vida o el orden social.

Ejemplo de esto sería, cuando los niños abusan de las atenciones de sus padres u otros adultos, como profesores en un colegio, sabiendo que estos tienen que seguir queriéndolos hagan lo que hagan y que están limitados en su capacidad de castigarles.

De esta manera es como seguramente se establece esa actitud en la sociedad.

Pero también podría ser a la inversa, los padres pueden maltratar a sus hijos, aprovechando que estos no encontrarán a otros padres. Y no habiendo límites ni legales ni culturales a los castigos posibles de un padre a su hijo, o de un profesor al alumno.

En el caso de los políticos es similar, saben que la sociedad necesita políticos, sabiendo que les apoyarán con tal de evitar el caos, el vacío de poder, de autoridad, de leyes.

Y serán unos u otros, pero políticos al fin y al cabo. Luego seguirán lucrándose ilegítimamente aprovechando su posición.

Como vemos en España, llegamos a un punto en el que el caos existe y prolifera a pesar de los políticos, tenemos muchos de ellos, y la corrupción sigue, la delincuencia en las calles aumenta, la inmigración ilegal sigue, la economía sigue a peor. El paro no se soluciona. La educación cada vez peor. La pérdida de soberanía, de respeto internacional, el separatismo, etc. Todo a peor.

Los políticos se pasaron de rosca lucrándose ilegítimamente al punto de descuidar su función, eso es lo que les convierte en personajes nauseabundos que se suben el sueldo, dicen tonterías, pero que mucha gente traga, y roban el dinero público con excusas peregrinas y surrealistas. Riéndose en la cara de todos los contribuyentes.

Cuando, concretamente, el socialismo, el epítome de todo esto, no funciona, que es siempre, empobrece a la sociedad, pero esto lejos de ser un problema para los políticos, lo convierten en otra oportunidad para especular con ello.

Convertir la pobreza, en principio debemos suponer que inesperada, porque en la mentalidad del socialista el socialismo tiene que funcionar, pero luego al no funcionar convertir el resultado en un beneficio de clase, y en deseada, creando nuevos esclavos de un estado opresor, haciendo a las personas dependientes de cualquiera de sus sistemas de ayuda sobre esa sociedad empobrecida. Y sometidas por leyes arbitrarias y que persiguen al disidente.

El orden social necesita de una cultura en principios lo suficientemente fuerte para prevenir que crezca la tendencia especulativa y otros vicios que perjudican a todo el mundo.

A veces las religiones suplen esa función en la sociedad, promoviendo diversas retóricas de principios. Pero también tienden a perder fuerza o corromperse o corromper a la sociedad llevándola a fanatismos, que luego sirven para justificar guerras, violencia, persecución y toda clase de actitudes miserables, que no deberían tener nada que ver con los propósitos de una religión.

El hombre no tiene límites claros a la hora de perseguir su propio beneficio individual, por lo que se vuelve necesario que desarrolle una cultura con elementos que pretenden recortarle sus libertades, como el estado de derecho o la religión.

Sin esos recortes producto del convenio social, la libertad de una sola persona aplacaría a las de las personas que la rodean, y todo sería como una guerra entre tribus.

Si una persona es libre de mentir, robar y matar, por otra parte sabe que no debe hacerlo, eso caracteriza al hombre civilizatorio. Que, por otra parte, no implica que no lo haga. Y por otra, termina siendo víctima de una dictadura del lenguaje y de los símbolos, confundiendo las palabras, símbolos, banderas, con las cosas en sí.

Este hombre civilizatorio tiene que encontrar la manera de superar esa dictadura simbólica y de lenguaje. Desarrollar el derecho activo, en base al derecho pasivo, a fin de unir la voluntad del individuo con su pueblo, de este modo evitaría siquiera la tentación de desear infringir el derecho.

Un saludo