Cuidado porque el PSOE solo ha ganado una batalla, no la guerra

Vaya. Hacía tiempo que no le leía.
Y observo que - como la mayoría - se ha vuelto a quitar la careta.
Ahora, resulta que el PP puede regenerarse (broma de mal gusto).
Que DEBE gobernar.
Que los que apoyan a Pedro Sánchez, son una militancia contaminada y radical.
Y que Susana Díaz (con el PSOE destrozado) va a imponer a Mariano Rajoy, condiciones ¿de regeneración?
Usted, chochea, Sr. Rubiales. Simplemente, chochea.

En los comentarios anteriores se dan sabios consejos para la regeneración del psoe. Consejos que no van a seguir. No se me ocurre nada que aconsejar que no se haya dicho.

No sé si el psoe ha cumplido su papel y debe desaparecer o es España la que debe desaparecer, estamos en un periodo de transición y nosotros, pobres mortales, no sabemos y no tenemos información de lo que ocurre, de modo que como siempre harán que les de la gana.

Lo que tengo claro es quienes serán los perdedores. Y ya que seremos nosotros, al menos que no seamos solos y que el psoe desaparezca. Aunque no sea más que por higiene. Y ya sé que vendrá otro peor, pero tampoco habrá mucha diferencia con lo que tenemos, que ya es peor.

D. Francisco y otros

El tema de ayer es histórico y no se puede tratar ni en un artículo ni en unos comentarios. De hecho se han escrito miles de libros y no se ha resuelto.

A mi entender, al artículo le faltaban precisiones, igual que a mi comentario, pero no es cosa de escribir un tratado. No era cosa de rebatir, sino de precisar, lo que ocurre es que no conseguí hacerlo bien.

Hay muchas discrepancias sobre si la reforma protestante fue buena o mala y supongo que tendrán que pasar varios siglos para intentar dar una respuesta. Lo que vine a decir es que no fueron tantas luces como se cuenta ni en los países católicos hubo tantas sombras y ponía el ejemplo del inicio de la revolución industrial. Por otra parte, el auge protestante comienza con el declive de España, con lo cual nunca se sabrá si fue un auge propio o fue llenar un espacio que se había quedo vacío.

Y respecto a los privilegios, también se puede debatir durante siglos, sin conseguir nada práctico.

El problema es que cuando las cosas se sacan de su contexto, no funcionan. Los privilegios fueron una solución, ni buena ni mala, la única, en un momento determinado. Se prolongaron un par de siglos y al final desaparecieron. Pero las cosas no desaparecen, cambian de forma.

El poder, sea del Estado o de los privilegiados, necesita un soporte ideológico o el pueblo acaba por destruirlo. La religión siempre ha sido, en todas partes el mejor soporte ideológico. Y recíprocamente, los religiosos se ha apoyado en el poder para extender o al menos asegurar su permanencia. Esto se da en los países católicos y se da en los protestantes y no digamos en los musulmanes.

El problema no es que haya unos millonarios que controlen medio país, porque siempre los va a haber, el problema es si ese control beneficia a la sociedad o unos cuantos. Y está claro que los nuevos ricos, procedentes de la casta y en eso creo que estamos todos de acuerdo, son parásitos.

Salvador

En efecto, cualquier evolución va en el sentido del más adaptado, no del mejor y el más adaptado, en política, es el que da menos miedo.

El psoe ha sido, desde su invención, un partido nefasto para España y para la democracia. Ese partido nació para gobernar la URSI (Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas) que, gracias a Dios (y a Franco), nunca llegó a existir y no vale nada más que para eso.

Hemos tenido un PSOE colaboracionista con Primo de Rivera. Un PSOE golpista en 1934. Un PSOE violento .
El PSOE ha pasado de ser un partido marxista, republicano y defensor de la autodeterminación de las naciones que componen España a ser un partido monárquico, centralista y defensor de la ortodoxia económica y con sus dirigentes bien acomodados en los sillones de los consejos de administración del IBEX. Podemos no ha hecho más que volver a la posición política del PSOE en Suresnes y a ellos han ido en tropel los votantes de izquierdas. El PSOE en su viaje al centro se ha pasado de frenada y ha ido a parar a la derecha del espectro político, y a pactar con PP y Ciudadanos que son en realidad con los únicos que puede pactar.


Para empezar, los partidos estatales de los regímenes europeos, y el español en primerísimo lugar, no son organizaciones "normales", es decir, no son agrupaciones pertenecientes al campo de la sociedad civil: todos sus cuadros son gente que trabaja profesionalmente para un partido cuya fuente de financiación básica es el presupuesto del Estado.

Son, por tanto, partidos que por su naturaleza no pueden ser más que instrumentos de los intereses de los grupos que controlan el Estado. Pero los grupos que controlan el Estado son los propios cuadros de los partidos. El problema de esta colusión por identidad de intereses es lo que da vértigo pensar.

El Estado y el partido, o los partidos, a partir de ahí, son exactamente lo mismo: se comprueba en que todas las funciones públicas, incluso privadas, son intercambiables. Uno es funcionario del partido y acaba siendo funcionario público o cargo electo. Uno empieza siendo funcionario público y acaba siendo miembro de partido.

Todos los periodistas sirven, directamente o indirectamente a un partido, mediado por el oligopolio mediático correspondiente. Todos sin excepción mienten y callan lo que saben. En las cátedras universitarias, en los temas sensibles al régimen de poder, el consenso es la norma: se trata de proteger la ficción institucional. En los artículos y ensayos de tipo periodístico, el silencio sobre los asuntos peligrosos se compensa con la verborrea sobre la insignificante personalidad de los dirigentes.

Y al final, todos estos pájaros de cuenta afirman que "los partidos deben abrirse a la sociedad", con lo cual volvemos al principio: los partidos son contrarios, enemigos y aniquiladores de la sociedad porque ellos son el Estado. Por eso el discurso de los partidos gira en torno al "bienestar" de la sociedad: de algún modo hay que encubrir el hiato misterioso entre un Estado patrimonializado por los partidos y una sociedad patrimonializada por el Estado a través de la añagaza del "bienestar".

LA DERIVA DEL PSOE.

Desconozco hacia qué objetivos y destinos nos lleva la decadente situación política y social de este país. Seguimos instalados en la mediocridad, en las zozobras, las apatías y desesperanzas. Ni siquiera se vislumbra a medios y largos plazos, horizontes que posibiliten la ilusión de seguir luchando en aras de conquistar y conseguir una España mejor y un mundo más justo y ecuánime. Pareciera que nuestro país estuviera maldecido.

Los bochornosos espectáculos a los que hemos asistido, con la deriva del Psoe, no nos ha extrañados a muchos que ya lo veníamos advirtiendo muchos años antes de que sucediera.

Sin dudas la época de Zapatero marcó inicios de la decadencia años antes anunciadas. La perfidia del Psoe, ha venido siendo la historia interminable de demagogias, desvaríos, bandazos e inconsistencias sin bases ni fundamentos que se sostenga lo cual de aquellos polvos estos lodos. Desde el eufórico año del 1982, que dio el triunfo al Psoe de F. González, que contagió e ilusiono a millones de ciudadanos, con o sin convicciones de izquierdas, se han venido dando pasos en falsos según transcurría la inercia evolutiva de los tiempos, obstaculizando la no profundización en el sistema seudo democrático que nos hemos dados. Los usos abusivos de las libertades sin límites, nos convierten a veces, muy a veces, a las personas y al mundo que nos rodea en seres enloquecidos, sin controles, mesuras ni ponderaciones, mal administrando la libertad y la democracia con omnímodas y excesivos sofismas de papanatismos sin consistencias.

Seguimos cultivando la adoración y culto a la personalidad, y a ideas, sin tener firmes convicciones para saber discernir el bien del mal, con total ausencia de pensamientos y análisis reflexivos que nos conduzcan por los caminos de las buenas conductas y obras, con mejores ideas y sentimientos humanos. Haz el bien y no mire a quien, es uno de los lemas que debemos tener en la mente grabados en nuestras vidas y existencias.

La tétrica dimisión y/o derrota, del líder de la oposición Sr. P. Sánchez, y su partido, hace verdad el muy refranero español: “ Cuando las barbas de tu vecinos veas pelar pon las tuyas a remojar”. Tampoco los llantos, lamentos y lágrimas podrían justificar de una manera u otra, los vaticinios que acertados o desacertados, han puesto de manifiesto que nuestro sistema partidocrático viene adoleciendo de múltiples incoherencias, descontroles, falta de democracia interna, ilegal financiación, que hacen de los partidos políticos, clubs de hinchas fanáticos, nidos de oportunistas, mercadeos de perversas corrupciones, prostituyendo los objetivos y fines para la que fueron y están constituidos, que viene envileciendo los nobles valores de sociedades con voluntades democráticas. Con los agravantes de ser responsables de la aniquilación de la sociedad civil, como contrapesos y controles del sistema.

Largos dificultosos y espinosos caminos, tendrá que atravesar y padecer el Psoe, para recuperar créditos perdidos, confianzas amancilladas, y lo que es más importante, pagar los daños y sufrimientos morales que han venido infligiendo a sus más leales seguidores y ciudadanos que en su día confiaron sus anhelos y esperanzas.

La urgente transformación, renovación, y reconversión en los postulados e ideas de un nuevo Psoe, no solo son necesidades imperiosas, sino de obligada adaptación a los nuevos tiempos, que se avecina, con nuevas actitudes, estilos, y formas de proceder, que dignifique las éticas y los compromisos serios y responsables, acordes a las exigencias que los ciudadanos, las libertades, la democracia y la inevitable globalización demandan.

Lo contrario, es permanecer impávidos en los inmovilismos caducos, ambiguos, y desmerecedores de las ansias de libertad y progreso que España necesita. Sin embargo el Psoe, y a pesar de las condescendencias y contemporizaciones de buena parte de su electorado y ciudadanos en general y pese a los vaivenes fraudes, incumplimientos, mentiras y corrupciones, todavía sigue sin pagar la enorme deuda al noble pueblo español.

Alegrarse del árbol caído, manteniendo rechazos, repulsas odios y rencores al Psoe, posiblemente solo nos llevara a los análisis irreflexivos que han sostenidos ellos mismos a lo largo de los 38 años de seudo-democracia. La generosidad y el fortalecimiento de nuestros valores como una de las naciones más vieja y noble del mundo, de ninguna manera ni en modo alguno, puede ser cuestionada ni por unos ni por otros. España como la gran nación que es, está muy por encima de siglas, partidos, personajes e Instituciones. Nuestro presente y futuro en progreso como país, no necesita de iluminados, ni partidos, ni siquiera de las fuerzas y elementos que pretenden imponer y dominar nuestras formas y características idiosincráticas como la pluralidad y diversidad de pueblos unidos que conformamos.

Más que nunca hoy, manque nos agobien y preocupen las injusticas, ignominias y en definitiva las galopantes desigualdades, debemos seguir teniendo espíritus filantrópicos de concordia, paz, fraternidad y progreso que nos garantizara un mejor futuro que por supuesto se merece nuestro inacabado sistema democrático, nuestros compatriotas, y el país que queremos seguir construyendo en libertad.

Un saludo cordial.