2023, el año de la rebeldía

Creo que los deseos que expresa los asumimos la mayoría de los lectores, pero hay que ser realistas, no estamos ni siquiera en el fin del principio, pero para llegar al fin de algo, hay que dar unos pasos intermedios y esos creo que se están dando y que muchos, desde nuestro anonimato, colaboramos en ello.

Así que sigamos en la rebeldía haciendo lo que podamos y tengamos claro que aún falta mucho, pero que se llegará aunque no lo veamos. Pero que no disfrutemos del futuro no quiere decir que no colaboremos a él, precisamente nosotros somos los que más debemos colaborar, aunque no veamos la salida.

Este años puede ser el del comienzo del fin del principio o uno más de los necesarios para llegar donde queremos. Seamos optimistas y luchemos como si este año llegara nuestra liberación de la chusma.

Feliz año a todos.

Pasmao

Está claro que la deriva viene de antiguo, ha sido un avance lento hacia una situación que tiene difícil salida, pero no es algo que comenzara ocn los últimos papas, comenzó mucho antes, tal vez a principios del XX, lo que obligó a intentos diversos para solucionar el problema, el más importante, el Concilio.

Pero mientras en el concilio de Trento brillaron muchos teólogos, especialmente, los españoles, en este, no brilló nadie, tal vez por que era un concilio pastoral, no teológico, por eso, las reformas no llegaron a funcionar y se produjo una situación inestable, que ha ido avanzando, aunque se ve un retorno a las buenas formas, pero el daño es inmenso y los papas lo único que pueden hacer es sostener y evitar el desastre.

Pienso que lo mismo que el hundimiento fue cosa de mcuho tiempo, el slair a flote, también lo llevará y nosotros no lo veremos.

Mentalmente

Muy interesante su consideración sobre lo que significa el fin de los tiempos. Yo soy optimista y pienso que será el fin de toda la chusma y la venida de un orden justo. Pero no podemos saberlo.

Buenas a todos,

La gente en cada año desea tiende a desear felicidad, es una costumbre, una tradición, algo que la gente hace sin pensar. Y que yo mismo hago sin darme cuenta. Creo que la gente debería desear menos o al menos desear con responsabilidad.

Ya que tenemos un exceso de dosis de felicidad que realmente no necesitamos para vivir, en forma de alcohol, drogas, de juegos de apuestas, prostitución, y en general toda una cultura del entretenimiento, y también la cultura en general, muy abundante de felicidad, en la que como sociedad, vivimos anegados, apenas tenemos opción de sacar la cabeza para respirar mundo real.

Hay demasiada felicidad en el ambiente, estamos borrachos de felicidad, como para que nadie se tome en serio las cosas. Cuando no es la felicidad, es la tristeza, la gente triste, tampoco es capaz de tomarse en serio las cosas, ni hacer nada.

El deseo de felicidad, es parecido a las drogas. La felicidad es la que hace que las cosas se muevan, por lo que desearla directamente, es como pretender alcanzarla evitando el trabajo que esta produce. La cultura de desear felicidad es coherente a la cultura de las drogas. La felicidad no hace falta desearla, es una redundancia.

El mundo librado de su tendencia a la redundancia deja de negar su existencia y revaloriza la vida. La cultura de la muerte que tenemos, con el aborto, la eutanasia, el suicidio que es cada vez más y más abundante, etc. seguramente también tendrá mucho que ver con todo esto. Si podemos tener directamente la felicidad, de manera abtrascta, no necesitamos justificar vivir ni ninguna otra cosa.

Dejemos de desear felicidad para evitar ser redundantes, para no crearnos complicados laberintos y confusiones, todo el mundo, todos los seres son motivados por aquello que les haga felices.

Un saludo