LOS RESULTADOS DE GALICIA SON UN DESASTRE

D. Francisco, no era necesaria la explicación, siempre he tenido claro que si se pierden los comentarios es por causas inevitables. Y es algo que asumimos los que comentamos.

Ante todo, un saludo a todo el blog y, en particular, a nuestro estimado blogger.
Me siento en la obligación moral de tratar de aportar mi granito a colación de las elecciones gallegas, dada mi condición de ciudadano español, gallego de nacimiento, y actualmente residiendo en la ciudad de Pontevedra.
Vaya por delante que no pienso hacer un estudio cuantitativo de los resultados sino analizar en más profundidad la razón sociológica, o la que yo veo, de los mismos. Se ha escrito mucho en las últimas semanas sobre estas elecciones en la prensa, pero siempre en la misma clave lineal, o planar, con el resto de territorios de nuestra querida España. Es un gran error. La realidad sociológica de Galicia, Cataluña, Vascongadas, Andalucía, CyL, etc., etc., no es la misma, tanto desde un prisma social como económico. Pretendo meter el dedo muy dentro de la llaga, siempre con el máximo respeto, y eso se que puede dañar ciertas sensibilidades, aun no siendo ni mucho menos mi intención. También quiero anticipar que soy gallego de, al menos, tercera generación, nacido en Vigo y residente en Pontevedra en la actualidad. Creo que ese bagaje, y mis ya casi 70 años, me da una cierta auctoritas para poder hacer un análisis lo más riguroso posible.
En Galicia hay una realidad que socialmente está totalmente arraigada desde hace mucho, muchísimo tiempo, diría que siglos, y es un enorme sentimiento de “galleguidad”, o si se prefiere de galleguismo territorial y cultural, aunque no tanto en lo político, al menos hasta hace pocos años. Ese sentimiento de “galleguidad” ha sido algo que, me atrevo a decir, trasciende al propio sentido de españolidad muchísimas veces. No trato de decir con ello que Galicia, o muchos de sus ciudadanos no se sientan (y sientan) a España. En absoluto. Pero primero siempre ha estado Galicia, ante todo y por encima de todo, tanto social como en lo cultural. Hay un lema que ha hecho suyo alguna multinacional para penetrar en Galicia y que se ha publicado hasta la saciedad en la TVG, y es el de “vivamos como galegos”. Es toda una declaración de intenciones… y que funciona, porque realmente así se vive en Galicia, en la casi totalidad de ciudades, pueblos y aldeas. De hecho, es algo que a menudo se confunde, el inmovilismo gallego, en ese sentido, con el conservadurismo. El pueblo gallego no es en absoluto conservador, o al menos en la amplitud del término. Lo puede ser en sus costumbres culturales localistas muy arraigadas, pero no en un sentido más amplio de nación o estado. Esto lo han interiorizado muy bien algunos partidos entre los que se encuentran el BNG, porque es su propia naturaleza, el galleguismo puro y duro, y por supuesto el PP que ya desde la época de AP de Manuel Fraga tuvo claro cuál era la cuestión medular en Galicia y que no era otra que ese sentimiento profundo de “galleguidad”. Lo del BNG se explica por sí solo, dado su sentimiento nacional-separatista. Lo triste radica en AP-PP, que lejos de proyectar a Galicia a un ámbito más nacional en lo social y económico, la ha ido sustrayendo, y reduciendo, a ese ámbito localista. Y le ha funcionado porque la propia estructura territorial y social de Galicia, tremendamente rural, se lo ha facilitado. Casi siempre el mensaje era simple de hacer llegar en muchísimas aldeas y pueblos mediante una “xuntanza”, una charla “en galego” y unos vinos. El PP en Galicia ha fomentado ese retroceso a lo rural, en su más amplio sentido, reforzando mucho más ese sentimiento de falsa autosuficiencia. Todo hay que decirlo, y es que un territorio tan rural como Galicia, a veces excesivamente rural, existe todavía un gran nivel de ignorancia y de eso se sirven todos, absolutamente todos los partidos, y me refiero a BNG, PSOE, y por supuesto, PP. De los 2.7M de habitantes de Galicia, cerca de 2M viven en el rural (las ciudades de Vigo, Pontevedra, Coruña, Lugo, Orense y Santiago suman unos 900.000 hab).
Todo esto es una realidad tan incontestable como fácilmente comprobable. Yo mismo, después de haber vivido en seis CCAA y en una ciudad autónoma me quedé sorprendido en mi retorno a mis raíces. Tengo que decirlo, es toda una confesión, con mucha pena y tristeza, que me topé ante mis narices (año 2010) con un retroceso tremendo en lo social y, sobre todo, en lo cultural. El problema reside en que estas cosas no se entienden porque el mentarlas parece que estás llamando tonto a una persona y así lo entienden muchas veces. No ven el localismo en el que viven, eso sí, muchas veces con su carrera o su máster, pero en un localismo, con mucha “galleguidad”, y de ahí no salen y es muy penoso ver como culturalmente los han llevado hasta ahí. Pero insisto, es una de las claves en Galicia y que explotan los partidos, fundamentalmente el PP, que salvo los años del tripartito (tan solo cuatro años), es el que ha gobernado en Galicia. Al PP le ha interesado fomentar ese ruralismo y localismo ya que era muy fácil y dócil de llevar, y con pocas concesiones, fundamentalmente la de la lengua. El problema al que se enfrenta el PP, y la propia Galicia, es que ha seguido unas políticas tan localistas que al final el partido que es realmente localista (además de nacionalista y separatista), como es el BNG, se va a encontrar gran parte del trabajo hecho por el PP en todos estos años. El BNG devorará al PP, y gran parte del pueblo, sumido en una gran ignorancia de haber vivido ese día a día con una política “nacionalista cordial” (como la llamó Feijóo) ni se enterarán realmente de esa transición hasta que empiecen a aflorar otras cuestiones más serias, quizás de orden separatista, o alianzas y co-gobiernos en la Xunta de vaya a vd a saber quién.
El que cría cuervos ya sabe a lo que se arriesga y si se mantiene a una parte importante del pueblo en una humildad absoluta de cultura y servicios, pues el caldo está servido. Mi paisana, e ilustre escritora, Dña. Emilia Pardo Bazán, decía en su obra Pazos de Ulloa: "La aldea, cuando se cría uno en ella y no sale de allí jamás, envilece, empobrece y embrutece".
Y para finalizar, hoy por hoy, partidos con un mensaje homogéneo a nivel nacional, como es Vox, va a tener muy complicado abrir una brecha en Galicia, no tanto por un sentimiento nacional-separatista del propio pueblo, si no por la anestesia de haber vivido, y vivir, con mucha “galleguidad” durante tantos y tantos años. Yo, votante de Vox, creo que va a ser muy complicado. Tendría que ocurrir algo que tirase por los suelos toda la base del sustrato cultural y social de lo que es Galicia.