¿Se está suicidando Podemos?

Todo lo que en un principio fue brillante y lúcido, sobre todo aquella capacidad casi milagrosa de conectar con la opinión pública, parece que está desapareciendo en "Podemos", un partido que ahora comete errores tan estúpidos y absurdos que parece dirigirse hacia el suicidio.

De hecho, las encuestas revelan ya un estancamiento de Podemos, un frenazo en el crecimiento, algo que en demoscopia suele ser siempre el preludio de un retroceso.

Es cierto que muchas de las afirmaciones que se le atribuyen a Podemos son falsas y que la campaña para desacreditar al nuevo partido es brutal y sin ética, como corresponde a los partidos políticos podridos que la alimentan, pero no es menos cierto que los jóvenes políticos de Podemos cometen errores de principiantes y que les falta prudencia, malicia y hasta criterio para sobrevivir en una política donde el cuchillo y el veneno se utilizan sin misericordia.

Los círculos de Podemos lanzan ideas y reflexiones tan inexplicables que perjudican notoriamente la imagen del partido. Recientemente, uno de ellos parecía justificar el asesinato de un policía en Madrid por parte de un inmigrante subsahariano, que lo arrastró hasta la vía del tren. La solidaridad con los presos de ETA y la petición de que los liberen son otras de sus notorias meteduras de pata.

En Podemos dicen que son víctimas de una campaña feroz de acoso y derribo y que existe un cierto desorden en los círculos, producto de la libertad que tienen para analizar y opinar, pero los enemigos de Podemos, que no son pocos, entre los que destacan el PP, el PSOE e IU, que sienten amenazado su dominio político en España, aprovechan el caos y la bisoñez para interpretar con malicia, destacar los mensajes estúpidos y desacreditar al partido de Pablo Iglesias.

Otra explicación que esgrimen algunos sectores es que se estaría dejando actuar a los círculos para demostrar a la propia organización de Podemos que el poder centralizado y la disciplina que reclaman Pablo Iglesias y la actual dirección son imprescindibles.

Pero lo cierto es que algunos mensajes de Podemos, auténticos o falseados, son imprudentes y están permitiendo que las viejas y caducas derecha e izquierda españolas agiten el miedo y provoquen un evidente enfriamiento del entusiasmo que despertó en sus primeros meses de existencia, cuando lo que proyectaba a la sociedad era sano inconformismo y críticas compartidas por los ciudadanos a una casta política inepta, desgastada, podrida y alejada de la verdadera democracia y de los intereses ciudadanos.

Los nuevos errores tienen un efecto negativo sobre la imagen de Podemos porque consiguen destacar y agrandar también otros errores anteriores que en la etapa de expansión fueron pasados por alto, como el escaso entusiasmo por la unidad de España, la poco matizada idea de quitar dinero a los ricos para entregarlo a los pobres, la ambivalencia ante el separatismo catalán, la actitud autoritaria frente a los medios de comunicación libres, su cercanía al Partido Comunista, su escaso apego a la democracia, la intención de crear una renta básica para todos y la promesa de cuestionar la deuda pública, entre otros.

Podemos, si quiere mantener su veloz y sorprendente avance hacia el poder en una España cansada de los viejos políticos, expertos solo en errores, corruptelas, abusos y privilegios, debe poner orden en su propia casa, cuidar mucho mas sus mensajes y asumir con todas sus consecuencias, que sus adversarios políticos, para conservar el poder que sienten amenazado, van a prescindir de la ética y de los escrúpulos al desplegar contra Podemos una campaña sin precedentes y poco edificante de descrédito y demolición.