Afirman las crónicas que Zapatero ha dado consejos a Gordon Brawn y le ha explicado como ganar elecciones. Le ha dicho que la clave está en "suerte y trabajo". No ha pronunciado las palabras "acierto" y "eficacia" porque el español las desconoce. Los ingleses, ante la osadía idiota de su líder, que se deja aconsejar por el más desprestigiado y fracasado lider político de la Europa actual, están perplejos.
Lo del "trabajo" es marketing barato, pero la "suerte" sí es el único valor que Zapatero puede ofrecer. Ha tenido suerte porque el pueblo que gobierna está narcotizado por la propaganda, acobardado por la prosperidad y moralmente hundido, sin el brío democrático suficiente para expulsar a los ineptos del poder, pero ha tenido suerte, sobre todo, por tener enfrente a una oposición deleznable, corrupta y sin moral de victoria, encarnada en un PP incapaz de ilusionar, poco fiable, cargado de complejos, una pandilla de frustrados y desnortados que se avergüenzan de ser demócratas, liberales y de derechas.
Si Gordon Brown fuera inteligente, en lugar de pedir consejo a Zapatero para que le diga cómo ganar las elecciones, le pediría consejo a Rajoy, que si sabe como perderlas. Zapatero no ganó las últimas elecciones por méritos propios porque su victoria fue el fracaso de Rajoy y del PP, un partido que fue incapaz de ilusionar y convencer a pesar de que la sociedad española ya era consciente de que estaba siendo gobernada por un inepto sonriente, maestro en falsedades y experto en desprestigios, ruinas y derrotas.
Con casi cinco millones de parados y con miles de españoles avanzando inexorablemente, cada día, hacia las colas de los comedores de caridad y las múltiples facetas de la pobreza, la España de Zapatero, la que se permite la frivolidad de dar consejos al premier británico, en un basurero que hoy ocupa puestos de cabeza en el ranking mundial del desempleo, el avance galopante de la pobreza, el alcoholismo, el tráfico y consumo de droga, la prostitución, el incremento de la delincuencia, la densidad de la población encarcelada, el fracaso escolar, la pérdida de calidad en la enseñanza y el deterioro de la confianza y la fe en la democracia como sistema.
Zapatero es un espectro mortecino que camina de desastre en desastre y que está arrastrando a España hacia su derrota como pueblo. Pero el drama de España consiste, sobre todo, en que Zapatero, que es el peor gobernante de España desde Fernando VII, puede ganar todavía otras elecciones, las del año 2012. Sin embargo, lo que está claro es que después de Zapatero quedará tan poco de España que este país se arrastrará por el barro durante décadas y la izquierda quedará tan desprestigiada que no podrá retornar al gobierno al menos en los próximos 20 años.
La última "fechoría" del líder socialista español ha sido aprobar una subida de impuestos que, tras prometer que afectaría. sobre todo, a los ricos y poderosos, deberá ser soportada por las clases bajas y medias en un 80 por ciento, toda una mentira más que agregar a su enorme ristra de engaños, trampas y falsedades.
Todo esto debería saberlo Gordon Brown, quien, al permitir que Zapatero le de consejos, humilla a los españoles, a los británicos, a los europeos, a los demócratas y a los decentes de todo el mundo.
Lo del "trabajo" es marketing barato, pero la "suerte" sí es el único valor que Zapatero puede ofrecer. Ha tenido suerte porque el pueblo que gobierna está narcotizado por la propaganda, acobardado por la prosperidad y moralmente hundido, sin el brío democrático suficiente para expulsar a los ineptos del poder, pero ha tenido suerte, sobre todo, por tener enfrente a una oposición deleznable, corrupta y sin moral de victoria, encarnada en un PP incapaz de ilusionar, poco fiable, cargado de complejos, una pandilla de frustrados y desnortados que se avergüenzan de ser demócratas, liberales y de derechas.
Si Gordon Brown fuera inteligente, en lugar de pedir consejo a Zapatero para que le diga cómo ganar las elecciones, le pediría consejo a Rajoy, que si sabe como perderlas. Zapatero no ganó las últimas elecciones por méritos propios porque su victoria fue el fracaso de Rajoy y del PP, un partido que fue incapaz de ilusionar y convencer a pesar de que la sociedad española ya era consciente de que estaba siendo gobernada por un inepto sonriente, maestro en falsedades y experto en desprestigios, ruinas y derrotas.
Con casi cinco millones de parados y con miles de españoles avanzando inexorablemente, cada día, hacia las colas de los comedores de caridad y las múltiples facetas de la pobreza, la España de Zapatero, la que se permite la frivolidad de dar consejos al premier británico, en un basurero que hoy ocupa puestos de cabeza en el ranking mundial del desempleo, el avance galopante de la pobreza, el alcoholismo, el tráfico y consumo de droga, la prostitución, el incremento de la delincuencia, la densidad de la población encarcelada, el fracaso escolar, la pérdida de calidad en la enseñanza y el deterioro de la confianza y la fe en la democracia como sistema.
Zapatero es un espectro mortecino que camina de desastre en desastre y que está arrastrando a España hacia su derrota como pueblo. Pero el drama de España consiste, sobre todo, en que Zapatero, que es el peor gobernante de España desde Fernando VII, puede ganar todavía otras elecciones, las del año 2012. Sin embargo, lo que está claro es que después de Zapatero quedará tan poco de España que este país se arrastrará por el barro durante décadas y la izquierda quedará tan desprestigiada que no podrá retornar al gobierno al menos en los próximos 20 años.
La última "fechoría" del líder socialista español ha sido aprobar una subida de impuestos que, tras prometer que afectaría. sobre todo, a los ricos y poderosos, deberá ser soportada por las clases bajas y medias en un 80 por ciento, toda una mentira más que agregar a su enorme ristra de engaños, trampas y falsedades.
Todo esto debería saberlo Gordon Brown, quien, al permitir que Zapatero le de consejos, humilla a los españoles, a los británicos, a los europeos, a los demócratas y a los decentes de todo el mundo.
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