España entera está deprimida por la crisis económica y el avance hacia la pobreza, pero José Luis Rodríguez Zapatero niega que los socialistas lo estén y Felipe Gonzalez se refirió al presente como el "mejor momento" en la historia del PSOE. España entera tiembla ante la pobreza amenazante, pero ayer una secta de millonarios alienados, a años luz de la realidad española, se reunió para celebrar con una euforia falsa y un optimismo de teatro el primer centenario del grupo socialista.
El espectáculo ofrecido por los alegres socialistas ante la España que sufre humillada fue decepcionante, preocupante y cruel.
Fue una especie de mesa redonda protgonizada por los dos "presidentes" del socialismo actual, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que lograron sorprender a España al exhibir y escenificar la enorme distancia que separa a la secta de los millonarios socialistas de la actual realidad española. Ellos tienen trabajos, salarios y privilegios envidiados, mientras que cinco millones de españoles carecen del derecho vital a trabajar; ellos afirman estar felices y en su "mejor momento", mientras que España atraviesa el "peor momento" de su historia moderna; la sociedad española se inclina en las encuestas por otorgar ya la mayoría absoluta al Partido Popular, pero Zapatero y González afirman que "lo peor" que le puede ocurrir a España es "dejarla en manos de la actual oposición"; más de la mitad de los españoles sueñan con la dimisión de Zapatero y con unas nuevas elecciones, pero los líderes del socialismo millonario afirman que le quedan dos años para recuperar el favor de los electores y conseguir cuatro años más de poder triturador; los sindicatos son hoy odiados por sus traiciones a los trabajadores y sometimiento al poder, pero Zapatero los alabó ante toda España, a pesar de que le están preparando una huelga general que medio país sospecha que está "amañada".
El acto de exaltación socialista fue una patética exhibición de alienación y un sorprendente derroche de optimismo en una España que, conducida por ellos, se hunde en la pobreza, la tristeza y la desesperación, arrojando por la borda su riqueza acumulada, sus conquistas sociales del pasado y hasta su esperanza de futuro.
Mas que la reunión del partido gobernante, lo de ayer parecía el cónclave de una secta de millonarios alienados, cuyas mentes y vidas están situadas a años luz de distancia de la vida y de las preocupaciones de la sociedad española. Todo un drama patético, retransmitido en directo por el canal "24 horas" de la sometida y amiga Televisión Española.
Como el acto fue un derroche de alienación, fue más importante lo que no se dijo que lo que se dijo. Parece increíble, pero los que mandan ni siquiera mencionaron a los casi cinco millones de desempleados existentes en España. Tampoco hablaron de la humillante situación de "protectorado" que vive España, cuyas decisiones económicas las adoptan la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y los bancos acreedores, ni hablaron del endeudamiento atroz en el que nos ha sumergido Zapatero, ni de la necesidad de adelgazar el Estado monstruoso que han creado, plagado de enchufados y amigos del partido inútiles, todos ellos cobrando del erario público sin aportar nada interesante, ni del rechazo del pueblo al PSOE, plasmado en las encuestas, ni del rechazo ciudadano a "los políticos", también reflejado en unas encuestas que les sitúan como el tercer gran problema de la nación.
El cónclave de los alienados tampoco dijo nada de la pérdida mundial de confianza en España, reflejada en el creciente precio de la deuda española, que ya supera a la de Alemania en dos puntos básicos, ni de la necesaria austeridad, ni del avance de la pobreza en el país que ellos gobiernan, ni de los cientos de miles que están perdiendo las viviendas que compraron en los tiempos prósperos, ni de los que tienen que hacer colas en los comedores de caridad, ni de la enorme ola de tristeza y depresión que atraviesa a España, de parte a parte, consecuencia directa del mal gobierno socialista.
Zapatero, el presidente europeo más rechazado por su pueblo y el peor presidente de la democracia española, según la opinión de sus administrados, parecía un extraterrestre cuando exaltaba las cuatro grandes "aportaciones" del socialismo a la Historia de España:
´1.- La Democracia (como si hubiera sido una obra exclusiva socialista e ignorando que en España no existe democracia, sino una despreciable partitocracia donde la voluntad popular y el papel del ciudadanos son aplastados a diario desde el Estado).
2.- La Educación (ignorando que España es uno de los líderes europeos en baja calidad de la enseñanza y en fracaso escolar).
3.- La Política Social (ignorando la esencia de la política social es el trabajo y que el propio Zapatero acaba de asestar el mayor golpe a la política social en toda la historia moderna de nuestro país).
4.- La adhesión a Europa (falseando la historia, como si el socialismo fuera el único partido europeista existente y afirmando que hasta la entrada en el euro fue mérito del gobierno de Felipe González, "completado" por el PP).
La "orgía" de los alienados terminó con una especie de chiste, anunciando la "Tercera Modernización" de España, que seguirá a la "primera" (hecha por Felipe en su etapa inicial), a la "segunda" (también hecha por Felipe para entrar en el euro, aunque completada por Aznar, según dijo) y la "tercera", que la hará él mismo.
Ojalá esa "tercera modernización de España" no sea como aquella "tercera modernización" que realizó Manuel Chaves en Andalucía, donde seguimos siendo líderes en desempleo, pobreza, retraso, desigualdad, malas prestaciones públicas e injusticia social.
La mayoría de los alienados presentes aplaudía a rabiar, con Leire Pajín a la cabeza, pero otros muchos, con Alfonso Guerra como símbolo, lo hacían con ostentosa lentitud y ausencia de entusiasmo, mientras que otros, representados en el ex ministro de Economías Carlos Solchaga, ni siquiera aplaudieron en los momentos en que las mentiras y los alardes de Zapatero resultaban más escandalosos y crueles.
El espectáculo ofrecido por los alegres socialistas ante la España que sufre humillada fue decepcionante, preocupante y cruel.
Fue una especie de mesa redonda protgonizada por los dos "presidentes" del socialismo actual, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que lograron sorprender a España al exhibir y escenificar la enorme distancia que separa a la secta de los millonarios socialistas de la actual realidad española. Ellos tienen trabajos, salarios y privilegios envidiados, mientras que cinco millones de españoles carecen del derecho vital a trabajar; ellos afirman estar felices y en su "mejor momento", mientras que España atraviesa el "peor momento" de su historia moderna; la sociedad española se inclina en las encuestas por otorgar ya la mayoría absoluta al Partido Popular, pero Zapatero y González afirman que "lo peor" que le puede ocurrir a España es "dejarla en manos de la actual oposición"; más de la mitad de los españoles sueñan con la dimisión de Zapatero y con unas nuevas elecciones, pero los líderes del socialismo millonario afirman que le quedan dos años para recuperar el favor de los electores y conseguir cuatro años más de poder triturador; los sindicatos son hoy odiados por sus traiciones a los trabajadores y sometimiento al poder, pero Zapatero los alabó ante toda España, a pesar de que le están preparando una huelga general que medio país sospecha que está "amañada".
El acto de exaltación socialista fue una patética exhibición de alienación y un sorprendente derroche de optimismo en una España que, conducida por ellos, se hunde en la pobreza, la tristeza y la desesperación, arrojando por la borda su riqueza acumulada, sus conquistas sociales del pasado y hasta su esperanza de futuro.
Mas que la reunión del partido gobernante, lo de ayer parecía el cónclave de una secta de millonarios alienados, cuyas mentes y vidas están situadas a años luz de distancia de la vida y de las preocupaciones de la sociedad española. Todo un drama patético, retransmitido en directo por el canal "24 horas" de la sometida y amiga Televisión Española.
Como el acto fue un derroche de alienación, fue más importante lo que no se dijo que lo que se dijo. Parece increíble, pero los que mandan ni siquiera mencionaron a los casi cinco millones de desempleados existentes en España. Tampoco hablaron de la humillante situación de "protectorado" que vive España, cuyas decisiones económicas las adoptan la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y los bancos acreedores, ni hablaron del endeudamiento atroz en el que nos ha sumergido Zapatero, ni de la necesidad de adelgazar el Estado monstruoso que han creado, plagado de enchufados y amigos del partido inútiles, todos ellos cobrando del erario público sin aportar nada interesante, ni del rechazo del pueblo al PSOE, plasmado en las encuestas, ni del rechazo ciudadano a "los políticos", también reflejado en unas encuestas que les sitúan como el tercer gran problema de la nación.
El cónclave de los alienados tampoco dijo nada de la pérdida mundial de confianza en España, reflejada en el creciente precio de la deuda española, que ya supera a la de Alemania en dos puntos básicos, ni de la necesaria austeridad, ni del avance de la pobreza en el país que ellos gobiernan, ni de los cientos de miles que están perdiendo las viviendas que compraron en los tiempos prósperos, ni de los que tienen que hacer colas en los comedores de caridad, ni de la enorme ola de tristeza y depresión que atraviesa a España, de parte a parte, consecuencia directa del mal gobierno socialista.
Zapatero, el presidente europeo más rechazado por su pueblo y el peor presidente de la democracia española, según la opinión de sus administrados, parecía un extraterrestre cuando exaltaba las cuatro grandes "aportaciones" del socialismo a la Historia de España:
´1.- La Democracia (como si hubiera sido una obra exclusiva socialista e ignorando que en España no existe democracia, sino una despreciable partitocracia donde la voluntad popular y el papel del ciudadanos son aplastados a diario desde el Estado).
2.- La Educación (ignorando que España es uno de los líderes europeos en baja calidad de la enseñanza y en fracaso escolar).
3.- La Política Social (ignorando la esencia de la política social es el trabajo y que el propio Zapatero acaba de asestar el mayor golpe a la política social en toda la historia moderna de nuestro país).
4.- La adhesión a Europa (falseando la historia, como si el socialismo fuera el único partido europeista existente y afirmando que hasta la entrada en el euro fue mérito del gobierno de Felipe González, "completado" por el PP).
La "orgía" de los alienados terminó con una especie de chiste, anunciando la "Tercera Modernización" de España, que seguirá a la "primera" (hecha por Felipe en su etapa inicial), a la "segunda" (también hecha por Felipe para entrar en el euro, aunque completada por Aznar, según dijo) y la "tercera", que la hará él mismo.
Ojalá esa "tercera modernización de España" no sea como aquella "tercera modernización" que realizó Manuel Chaves en Andalucía, donde seguimos siendo líderes en desempleo, pobreza, retraso, desigualdad, malas prestaciones públicas e injusticia social.
La mayoría de los alienados presentes aplaudía a rabiar, con Leire Pajín a la cabeza, pero otros muchos, con Alfonso Guerra como símbolo, lo hacían con ostentosa lentitud y ausencia de entusiasmo, mientras que otros, representados en el ex ministro de Economías Carlos Solchaga, ni siquiera aplaudieron en los momentos en que las mentiras y los alardes de Zapatero resultaban más escandalosos y crueles.
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