El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, tuvo que soportar ayer tarde el abucheo y las pitadas de medio millar de funcionarios públicos, cuando entraba en el palacio de congresos de Sevilla (FIBES) para inaugurar el II Congreso estatal sobre el éxito educativo y la autonomía de los centros, donde exhibió sin rubor los "éxitos educativos" andaluces, ignorando que Andalucía es, junto con Baleares, la región española con más fracaso escolar (37.8 por ciento) y una de las que posee una enseñanza de peor calidad en todo el territorio europeo.
El periódico La Razón dice que "el presidente hizo su entrada en Fibes con una media sonrisa en el rostro para presentar a los congresistas las excelencias de la Educación en Andalucía, que a su juicio «es el mejor motor para avanzar». Un «éxito educativo» cuya cifra más representativa es el 37,8% de fracaso escolar, la mayor tasa en España, tan sólo por detrás de Baleares. Pese a todo, no se libró de una buena pitada de los funcionarios".
Lo empleados públicos andaluces están manifestándose contra la Junta y sus dirigentes en todas las ocasiones posibles, reventando actos públicos, siempre como protesta por el decreto que la Junta, en contra de la opinión pública mayoritaria, pretende aprobar para blindar los puestos de trabajos de 20.000 enchufados que han accedido a puestos públicos a dedo, sin cumplir el requisito de oposición y concurso.
Los manifestantes declararon a los medios que su protesta es «una nueva muestra del rechazo al Decreto 5/mayo 2010» con el que se «consagra el enchufismo del PSOE en la Junta».
Con pancartas, bocinas y octavillas, los manifestantes le esperaban al grito de «No al decreto» y «Griñán dimisión», mientras las Policía nacional trataba de impedirles el acceso al Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes), lugar donde se celebra el congreso, que será clausurado hoy. Sin embargo, Griñán ya tenía su estrategia preparada y el coche oficial en el que accedió al recinto lo hizo por la puerta trasera. Por lo que llegó a la entrada, donde lo esperaban el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y el consejero de Educación andaluz, Francisco Álvarez de la Chica, sin altercados.
Canal Sur, la televisión pública andaluza, una de las más costosas y con menos audiencia de España, censuró el acontecimiento, lógicamente, demostrando así su distancia de la verdad y su sometimiento al poder político.
El periódico La Razón dice que "el presidente hizo su entrada en Fibes con una media sonrisa en el rostro para presentar a los congresistas las excelencias de la Educación en Andalucía, que a su juicio «es el mejor motor para avanzar». Un «éxito educativo» cuya cifra más representativa es el 37,8% de fracaso escolar, la mayor tasa en España, tan sólo por detrás de Baleares. Pese a todo, no se libró de una buena pitada de los funcionarios".
Lo empleados públicos andaluces están manifestándose contra la Junta y sus dirigentes en todas las ocasiones posibles, reventando actos públicos, siempre como protesta por el decreto que la Junta, en contra de la opinión pública mayoritaria, pretende aprobar para blindar los puestos de trabajos de 20.000 enchufados que han accedido a puestos públicos a dedo, sin cumplir el requisito de oposición y concurso.
Los manifestantes declararon a los medios que su protesta es «una nueva muestra del rechazo al Decreto 5/mayo 2010» con el que se «consagra el enchufismo del PSOE en la Junta».
Con pancartas, bocinas y octavillas, los manifestantes le esperaban al grito de «No al decreto» y «Griñán dimisión», mientras las Policía nacional trataba de impedirles el acceso al Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes), lugar donde se celebra el congreso, que será clausurado hoy. Sin embargo, Griñán ya tenía su estrategia preparada y el coche oficial en el que accedió al recinto lo hizo por la puerta trasera. Por lo que llegó a la entrada, donde lo esperaban el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y el consejero de Educación andaluz, Francisco Álvarez de la Chica, sin altercados.
Canal Sur, la televisión pública andaluza, una de las más costosas y con menos audiencia de España, censuró el acontecimiento, lógicamente, demostrando así su distancia de la verdad y su sometimiento al poder político.
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