Hartos de nacionalistas, maestros del chantaje y disgregadores incosteables

El catalán Artur Mas desentierra el hacha de guerra y bajo el grito mentiroso, victimista, insolidario y rastrero de "España nos roba", amenaza una vez más con la independencia forzada de Cataluña. Millones de españoles estamos cada vez más hartos de que nuestros deficientes políticos nos hablen de Cataluña, del País Vasco, de Andalucía, de Galicia, de Valencia, de Baleares y hasta de Asturias, que siempre fue el ombligo de España, y que nadie nos hable de la patria común, de ideales comunes, de lo que nos une, en lugar de lo que nos separa. A la vista de los resultados, el que invento la España dividida en 17 focos de chantaje y reivindicación fue un "lumbreras" descerebrado que debería estar encerrado en un psiquiátrico. Este país no tiene nada más que un problema grave, el de sus políticos, una casta miserable y nociva que se ha expandido como un cáncer y que ha llenado la nación de identidades falsas, localismos, regionalismos, nacionalismos y todo tipo de miserias reductoras y limitadoras, inciaitivas que sólo han servido para que la gestión del Estado sea cada vez más ineficiente y costosa y para que los políticos vivan cada dia mejor, con más privilegios y lujos.

La solución de España pasa por construir España y abandonar la contrucción de esas entidades pequeñas, reductos artificiales regionales, que sólo sirven a los intereses de unos políticos siempre insatisfechos porque quieren más y mas. Ellos son los que nos llevan a la ruina y los que han convertido a España en un proyecto inviable, sin ilusión ni ética.

Cataluña, que además de ser la autonomía mas corrupta y peor gestionada de España, es también la pionera del victimismo y la maestra del chantaje, acaba de instaurar el copago sanitario, sin que el cobarde y lastimoso Partido Popular se haya atrevido a oponerse, una nueva estafa a los ciudadanos, a los que obliga a pagar dos veces por los servicios sanitarios, sin otro objetivo que mantener el lujo, el poder y el abuso al servicio de una clase política que es culpable de corrupción a gran escala, de negocios inmobiliarios ilícitos y de mil chapuzas que nada tienen que ver con el interés geenral y sí con la avaricia y el deseo irrefrenable de llenar la bolsa.

Mantener vivo y pujante un nacionalismo radical, reivindicativo, victimista e independentista, como el catalán, dentro de un proceso de integración como el europeo y de una cultara mundial de globalización es tan absurdo y obsoleto que sólo puede construirse sembrando odio y envidia entre los catalanes, esgrimiento permanentemente la bandera del agravio, destruyendo todo vestigio de solidaridad, afirmando que "España nos roba" para econder la dura verdad de que los únicos que roban son los politicos catalanes, culpables de haber destruido y castado a una de las sociedades más dinámicas y prósperas de España y europa, transformándola en una cofradia de llorones y de envidiosos frustrados.

Que tipos de tan baja calidad humana y política como Montilla y Carod Rovira, culpables del mayor despilfarro desplegado por la política en España y del espectacular retroceso catalán sigan en la política, sin pedir perdón y sin ser castigados, habla muy mal de una ciudadanía catalana, tan castrada y sometida que ni siquiera sabe ya distinguir entre dirigentes hontrados y piratas en el poder.

El chantaje de los políticos nacionalistas catalanes funciona porque enfrente tienen siempre a políticos débiles, acomplejados y con la conciencia sucia, como Zapatero y Rajoy, sin caraje para afrontar un conflicto y siempre inclinados a ceder y a retroceder ante el chantaje de los sinvergüenzas y disgregadores. Todos los historiadores españoles saben que frente a un tipo duro como Franco, esa burqguesía catalana que hoy retroalimenta el independentismo sin dar la cara, cantó el cara al sol con envidiable fe y se cuadró ante el dictador.