"Los hijos de las cloacas nunca deben ser exhibidos en público". Lo afirmaba el sabio general De Gaulle, cuyo gobierno tuvo que mantener una guerra sucia con los militares franceses rebeldes y civiles que pugnaron para mantener a Argelia bajo el dominio francés. Para De Gaulle, hay personas que hacen un trabajo sucio, necesario para el Estado, pero que nunca deben ser exhibidas ante los ciudadanos para que éstos no sientan vergüenza.
Elegir a Rubalcaba como líder puede ser mortal para el PSOE ¿Alguien imagina que el jefe de la CIA pudiera ser candidato a la presidencia de Estados Unidos? Una decisión de ese tipo es impensable en democracias avanzadas y en sociedades decentes. Los tipos como Rubalcaba, un genuino príncipe de las cloacas, deben ser escondidos y tapados para el bien de la sociedad y para la salud pública.
Rubalcaba, que se perfila ya como el heredero del nefasto Zapatero, no sólo es un candidato prohibido por su condición de policía del sistema, manipulador experto y artífice vinculado a operaciones encubiertas y oscuras, algunas tan deleznables como los GAL, sino también porque ha sido el mayor corresponsable y cómplice de Zapatero en sus desmanes y daños causados a España, a su unidad, a su entereza moral, a su prosperidad, a su prestigio como nación y a su futuro como proyecto común.
La elección de Rubalcaba como líder supremo socialista, si se produce, no frenará el importante declive del PSOE, que le ha llevado a recibir un inmenso castigo electoral en la jornada reciente del 22 de mayo, sino que acelerará ese proceso y estimulará en la sociedad española el deseo de castigar a un partido que ha dejado de entender lo que es la democracia y la limpieza. Con Rubalcaba como cabeza visibles, las próximas elecciones generales pueden ser una escabechina al toque de degüello.
Aseguran que Rubalcaba es el candidato preferido por los grandes empresarios españoles, cada día con más peso en el PSOE, para vergüenza del socialismo obrero, pero eso es normal porque los empresarios quieren un dirigente firme y resolutivo en el poder, capaz de desmontar lo que queda del Estado de Bienestar, aunque haya que llevarse por delante algún que otro trozo del Estado de Derecho.
Que Rubalcaba es la persona ideal para ese trabajo sucio, nadie lo duda, como tampoco existe duda alguna de que es la peor opción para lo que el PSOE necesita, que es una profunda regeneración ética y un cambio de línea política que devuelva el buen común, el interés general y la decencia al primer plano, del que habían sido desplazados por la corrupción, el abuso y el culto al poder y al privilegio.
Elegir a Rubalcaba como líder puede ser mortal para el PSOE ¿Alguien imagina que el jefe de la CIA pudiera ser candidato a la presidencia de Estados Unidos? Una decisión de ese tipo es impensable en democracias avanzadas y en sociedades decentes. Los tipos como Rubalcaba, un genuino príncipe de las cloacas, deben ser escondidos y tapados para el bien de la sociedad y para la salud pública.
Rubalcaba, que se perfila ya como el heredero del nefasto Zapatero, no sólo es un candidato prohibido por su condición de policía del sistema, manipulador experto y artífice vinculado a operaciones encubiertas y oscuras, algunas tan deleznables como los GAL, sino también porque ha sido el mayor corresponsable y cómplice de Zapatero en sus desmanes y daños causados a España, a su unidad, a su entereza moral, a su prosperidad, a su prestigio como nación y a su futuro como proyecto común.
La elección de Rubalcaba como líder supremo socialista, si se produce, no frenará el importante declive del PSOE, que le ha llevado a recibir un inmenso castigo electoral en la jornada reciente del 22 de mayo, sino que acelerará ese proceso y estimulará en la sociedad española el deseo de castigar a un partido que ha dejado de entender lo que es la democracia y la limpieza. Con Rubalcaba como cabeza visibles, las próximas elecciones generales pueden ser una escabechina al toque de degüello.
Aseguran que Rubalcaba es el candidato preferido por los grandes empresarios españoles, cada día con más peso en el PSOE, para vergüenza del socialismo obrero, pero eso es normal porque los empresarios quieren un dirigente firme y resolutivo en el poder, capaz de desmontar lo que queda del Estado de Bienestar, aunque haya que llevarse por delante algún que otro trozo del Estado de Derecho.
Que Rubalcaba es la persona ideal para ese trabajo sucio, nadie lo duda, como tampoco existe duda alguna de que es la peor opción para lo que el PSOE necesita, que es una profunda regeneración ética y un cambio de línea política que devuelva el buen común, el interés general y la decencia al primer plano, del que habían sido desplazados por la corrupción, el abuso y el culto al poder y al privilegio.
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