El desgaste del poder y la ineficacia del gobierno en Andalucía

Andalucía no necesita políticos, sino ciudadanos con decencia.

Volvemos siempre a lo mismo, no son los políticos y dirigentes del corrupto y perverso Psoe andaluz, los culpables de nada, sino los ignorantes ciudadanos andaluces que les votan y apoyan. Es muy fácil echar las culpas a los demás cuando somos incapaces de mirarnos a nosotros mismos.

La Andalucía alegre, de sol, flores, ferias, semanas santas y folclores, de carácter guasón y buenista idiosincrático, con ideales políticos utópicos sin consistencia, contradice y está reñida con la otra profunda y amarga Andalucía de ciudadanos nobles, luchadores, serios y responsables, con sentidos e ideas objetivamente vanguardistas, exentos de vinculaciones con demagogias y actitudes conformistas.

La falsa idea goebbelsiana, de repetir mil veces una mentira, para que se haga verdad y realidad, es posiblemente una idea de calado, que una mayoritaria parte del pueblo andaluz ha venido oyendo, creyendo y aceptando, incrédula e inconscientemente, asumiéndolas, como si de una profecía se tratara.

Buena parte de los andaluces nos consideramos y nos creemos y probablemente sea verdad, los mejores folclóricos de mundo, las mejores personas del universo, los que mejores sentimientos ostentamos y sentimos, los más fervientes creyentes fieles y nacional catolicistas de la ICAR, los más voluntariosos, los más graciosos, simpáticos como empáticos. Los mayores ilusos y optimistas, a veces, sin bases ni fundamentos que se sostenga. Masoquistas sin remisión como estrategia y carácter adoptado en la conquista de supuestas ayudas y adhesiones. Vehementes y temperamentales con excesivas imposturas. Abiertos en todo lo que nos convenga, ya sea por intereses idealistas, materialistas como sentimentalistas. Apasionados con tintes “fanáticos” de supuestas verdades inconsistentes. Los mejores y posibles “machistas, gays, homosexuales así como las mejores marujas lesbianas, y sumisas”, con influencias y consecuencias de la vieja y ancestral cultura árabe, que durante siglos predominó en el Al- Andalus, con varios siglos más de permanencia en Andalucía. Consecuentes como inconsecuentes, y un sinfín de valores, virtudes y defectos que nos hace ser únicos y exclusivos etc. etc.

Por el contrario, nos cuesta aceptar los calificativos que desde fuera nos puedan imputar, valoramos en demasía más lo de afuera que lo de dentro, sea positivo o negativo. Engrandecemos con exageración lo propio, sin la menor autocritica. Sea como fuere la realidad, es que seguimos siendo “borregos” de nuestras propias singularidades y filosofías de ver la vida, creyendo que solo las nuestras son las mejores y “To er mundo e güeno”.

Pues no, no todo el mundo es bueno. Y las evidencias, son más que constatable a nivel político, económico y social y formas de afrontar y encarar el futuro y destino de nuestra tierra, siendo esclavos de nuestras propias miserias, y dueños de nuestros nulos riesgos y osadías, para buscar y encontrar horizontes que nos hagan ver la realidad. Por ello, se hace necesario nuevas ideas, valores y catarsis, en las actitudes y espíritus y otras formas y manera para ser mejores andaluces. Porque desde luego ni los políticos desgastados y corruptos actuales, ni las condiciones ideológicas y sociológicas prestablecidas, ni futuros dirigentes políticos, ni siquiera la inercia de los tiempos y su globalización, nos podrá hacer un pueblo mucho mejor, si no es con la mejor revolución cultural objetiva y practica que necesita Andalucía.

Un saludo cordial a todos