ESPAÑA: LA SOLUCIÓN ES DRAMÁTICA, PERO EXISTE

Buenos días Carlos, muy de acuerdo con muchas de tus afirmaciones, sobretodo con que la crisis es moral, y como tal, afecta a toda la sociedad, no solo a los políticos, también a policias, bomberos, maestros, médicos y todo los seres humanos de la tierra. Pero no estoy de acuerdo con meter a todos los poíticos en el mismo saco, ni a todos los médicos, bomberos, etc... , hay que separar el grano de la paja, los políticos en cierto modo son un mal necesario y lo que debemos es desterrar a los malos políticos, los inmorales, los que han hecho de la política una profesión y lo único que pretenden es su interés. Lo difícil es saber separar ese grano de la paja y la culpa de todo la tiene ese relativismo que se ha instalado en todos los ordenes de la sociedad, una sociedad enferma difícilmente va a dar buenos políticos y los que de serán pocos y sin fuerza para hacer las cosas bien, hacer el bien a sus ciudadanos y procurar su prosperidad, deben ser muchos, o al menos, los suficientes para que su acción se note. Volviendo a los problemas morales, causa de esta crisis, que no solo está en España también en el resto del mundo. Estos días se está hablando de las multas que ponen en Barcelona por andar con el torso desnudo por las calles, incluso autobuses, algunos bares y restaurantes se suman a la prohibición e incluso han sido los impulsores por el perjuicio económico que les estaba produciendo. Es una pena que en una sociedad teóricamente "libre" se tengan que estar prohibiendo estas cosas por la falta de respeto y educación que son las que las ocasionan y que hayan sido motivos económicos los que las hayan promovido. En el resto de campos de la sociedad está pasando igual, los problemas económicos son los que están provocando un replanteamiento o una vuelta a rescatar principios morales básicos que habían sido abandonados y que son la raíz del problema. Aunque sea una pena que sean los motivos económicos los que saquen a la luz la gran corrupción moral de la sociedad en su conjunto, es preferible que así sea a que siguiéramos con la degradación moral como si nada. Con la libertad pasa como con casi todo en esta vida, tan malo es pasarse como no llegar, la virtud está en el término medio. Puede ser tan malo la falta total de ella, lo que podríamos simbolizar con la cárcel como el exceso de ella, que degenera en libertinaje y provoca que una sociedad aparentemente libre deje de serlo y se convierta en una cárcel, sin barrotes reales; pero con muchas limitaciones: la falta de trabajo, de vivienda, de acceso a los estudios a la sanidad, la seguridad, con total libertad de movimientos y de acciones pero sin verdaderas oportunidades para desarrollarse plenamente como personas. ¿Qué clase de sociedad estamos construyendo entre todos? y... ¿qué clase de sociedad queremos dejar a los que vengan?, esas son las preguntas que debemos hacernos todos. El mundo está cambiando a velocidad de vértigo y esa velocidad no debe distraernos ni provocarnos eso, vértigo. Debemos mantenernos alerta y comenzar a cambiar nuestros usos y costumbres para adaptarnos a ese mundo y a esa velocidad. La velocidad no es mala en sí, pero si se debe controlar para no acabar estrellados.

España es una nación maravillosa, llena de gente maravillosa, llena de posibilidades, crisol de civilizaciones y en la que hubo ensayos de tolerancia entra razas y religiones como no se había hecho antes en ningún sitio. Se avecinan cambios importantes en el mundo y España es muy necesaria al 100% de sus capacidades. Todo el mundo o prácticamente todo el mundo está pendiente últimamente de España, ya se por motivos económicos, deportivos o de otra índole y es porque España en el orden mundial es muy importante, todas las naciones son importantes y necesarias, pero cada una tiene su sitio y su papel en el mundo y el de España es muy importante en el terreno moral y religioso para con el resto del mundo. Debemos ser una sociedad sana, libre, abierta, respetuosa con todas las razas y religiones y al mismo tiempo exigente con todas esas razas y religiones para que ninguna sea mas que otra, ninguna se crea mas que otra, todos somos hermanos y podemos convivir juntos si media el respeto y la libertad en su justa medida.

No quiero enrollarme mas; pero si decir por último que soy optimista, creo en el ser humano y sus infinitas posibilidades, creo en un ser superior, único, que es Dios de todos, al que unos llamán Alá, otros Jehová, otros padre, otros no lo llaman de ninguna manera porque no creen en él y otros son mediopensionistas como ahora se ha dado en decir pero que para mi humilde modo de ver es el mismo, está con todos nosotros, entre todos nosotros y pendiente de todos nosotros y mas si cabe de los que no aún no creen en él. Para ellos también es padre. El nos ha dado la vida y la libertad y nos ha dejado en el mundo, un mundo que nosotros podremos hacer mejor o peor con nuestras acciones, omisiones y pensamientos.

Gracias padre.

Ese es el problema de España, que siempre pensamos que «alguien» está pendiente de nosotros: los funcionarios, los políticos, Merkel, los sacerdotes o Dios.

Y mientras tanto nos olvidamos, quizás intencionadamente, que tenemos que «saber» para exigir a los funcionarios, que los políticos deberían ser nuestros representantes, que Merkel no tiene la culpa de nuestra desidia, que lo sacerdotes no representan a dios y que dios no esta pendiente de nosotros.

Mientras sigamos inmaduros esperándolo todo en vez de luchar por ello, perderemos lo poco que tenemos.

Creí que todos teníamos claro que el problema es de tipo moral y ue una vez resuelto, el problema económico se resolvería con relativa facilidad. Pero ya veo que no todos estamos de acuerdo.

Cuando se ha vivido cierto número de años, uno recuerda como eran las cosas cuando niño o adolescente y las cosas eran distintas, muy distintas. Había cosas que no se hacían porque eran malas. Había una honradez en la gente. Eso se ha perdido, ahora es dificil encontrar gente honrada, la hay, pero cuesta más encontrarla.

Se me podrá decir que entonces había una represión y la gente se comportaba de forma honrada por miedo. Puede ser. Pero las cosas eran así.

También es cierto que los políticos, en lugar de educar y guiar a la gente para que distingan el bien del mal, se dedicaron a decir que lo bueno era satisfacer las apetencias y ahora nos encontramos con los menores d e50 años a los que nadie les ha dicho lo que está bien o mal, salvo aquellos que en sus familias se lo hayan explicado.

Pero hay más, es que los políticos, previendo lo que vendría (y esto de prever a largo plazo no encaja con los españoles y menos con los políticos que tenemos), pervirtieron los valores e hicieron que lo malo fuera el bien y el bien fuera malo.

¿Y cómo se vuelve? Pues cambiando el paradigma educativo y castigando a los malos, pero ningún político está por la labor, de modo que cuando muera la generación que se educó en unos ciertos valores (y que los aplicó a su vida o no) ya no habrá nadie que recuerde algo y tendrán que inventarlo de nuevo o desaparecer como comunidad. Y creo que será esto último.

Yo pagaría con gusto no un euro, más, cada mes si hubiera alguien que se lanzara a procesar a los políticos. Pero ni lo hay ni lo habrá y si lo hubiera, la demanda se perdería por los polvorientos estantes.

Se creen impunes, no por nada especial, es que son impunes.

Ni uno ni dos ni tres sino tres mil daría yo por exigir responsabilidades. El céntimo justiciero, el copago jurisdiccional, la tasa Tobin para los abogados, copiar el modelo del "sindicato manos limpias". Todo es poco si de lo que se trata es de pretender justicia.

vanlop... lo teníamos claro y creo que lo seguimos teniendo.
Esto no tiene nada que ver con que el grupo que lo tenemos sea "relativamente " insignificante.

De ahí que la solución no pueda ser reponer un valor que tan pocos estimamos
imprescidible.
De la absoluta falta de valores que resultará cuando fallezcamos los de la postguerra, no se enarbolará ninguna demanda de algo ignoto.

Se enarbolará la demanda de un "salvapatrias" pero nadie reclamará lo que ni tan siquiera ha conocido, y aún menos reclamaran algo que significa
esfuerzo.

Es como tener una concesión de agua cristalina en el desierto.
Hasta cualquier idiota sabe que el agua sería el bien más preciado en medio del secarral. Lo que ocurre es que no pasa nadie por nuestro desierto

Nuestro desierto, el desierto de unos pocos (merodeadores de este y otros blogs) es un desierto carente de valores y compromisos.

Pero lamentablemente casi no hay nadie dispuesto a comprar agua (valores) ni en este secarral pese al olor de nuestras propios cadaveres.

...sólo queda saber si estamos dispuestos a ello.
Si estamos dispuestos a hacer esfuerzos, y conseguir el esfuerzo de los que aún no tienen la información suficiente para sumarse.
Entre tanto ánimo para todos.