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Pablo Iglesias, el mayor desastre político de la España actual



Pablo Iglesias es hoy, junto con Pedro Sánchez, el mayor desastre y el gran fracaso político de España. Sus errores son muchos, pero el mayor de todos es haber convertido en un vulgar partido vertical, autoritario y comunista aquel hermoso y esperanzador movimiento del 15 M, que aglutinó y proporcionó esperanza e ilusión a los demócratas españoles y a los indignados ante la corrupción y la miseria de los viejos PSOE y PP, artífices de la cloaca española.

Iglesias es también un "modelo" casi insuperable de cambios, bandazos y contradicciones sorprendentes. No hace mucho era pobre, pero ahora es rico y propietario de un gran chalet en Galapagar; odiaba a "la casta" y ahora él forma parte de ese grupo; hace meses amenazaba a Pedro Sánchez con descaro “o me das cuatro ministerios o votamos en contra de tu investidura”, pero hoy es su vicepresidente; comenzó dirigiendo un partido democrático y transversal, pero hoy gobierna como tirano, sin democracia interna, un partido tan vertical y rocoso como el derrotado comunismo soviético; logró cautivar a profesionales y miembros de todas las clases e ideologías, pero todos han huido de Podemos, salvo los que se apegan al botín y al poder absoluto, los resentidos y los adictos a los subsidios y al dinero público; por último, sus huestes querían transformar el mundo, pero ahora solo viven para disfrutar del poder, tras haber renunciado a sus ideas iniciales y aprender a convivir con los antes odiados socialistas.

Unidas Podemos, inseguro y nervioso, tras pegar más bandazos que Ciudadanos, no para de perder votantes en cada elección y se está muriendo en el poder, desprestigiándose y llenándose de contradicciones, formando parte de un gobierno que ya es considerado en Europa y el mundo como antidemocrático, antipopular, torpe y ruinoso para los españoles.

Su actual brillo en el poder y su presencia en el gobierno sólo son el canto del cisne que preludia la muerte.
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Pocos políticos han sido tan dañinos como Pablo Iglesias para la democracia española. El líder de Unidas Podemos ha destrozado su propio partido y ha deteriorado y desprestigiado el sistema democrático en tan solo cuatro años. Su biografía ha demostrado ante el pueblo que los políticos se alejan de sus principios y valores y se enriquecen de manera inexplicable cuando alcanzan altos puestos en la política. También demuestra que los comunistas que integran la élite del partido son los que se enriquecen y se atiborran de unos privilegios y ventajas que nunca están al alcance de sus pueblos.

La compra de su chalet de Galapagar, un error de principiante que hirió de muerte su carrera política, ha desvelado que se ha hecho velozmente millonario en la política, en la que disfruta tanto que causa rechazo, tras provocar lástima viéndolo mendigar un ministerio a Pedro Sánchez.

En cuatro años, Pablo Iglesias ha pasado de ser el chico de Vallecas que vivía con su abuela a ser el dueño de una villa en una urbanización de empresarios y millonarios. tras haber aumentado, de manera inexplicable, su patrimonio durante su etapa política. En ese mismo periodo, el partido que él dirige, Podemos, ha entrado en un profundo declive, dividido y desmoralizado, tras perder millones de votos y padecer un liderazgo cargado de errores.

Su partido nació pujante, recogiendo en su seno a los indignados y a los decepcionados por la suciedad de la democracia española y la indecencia de los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, pero Iglesias lo destrozó en poco tiempo, acabando con su universalidad, su impulso ciudadano, su capacidad de despertad ilusión y esperanza y sus valores populares, convirtiéndolo en sectario, vertical, antidemocrático y comunista.

Los viejos indignados que se ilusionaron con el Podemos original, que eran la parte más sana y pujante de la sociedad española, han escapado, decepcionados, de Podemos y se han desperdigado por el espectro. Unos han ido a Ciudadanos, otros a VOX y otros muchos a la frustración, la abstención y el voto en blanco.

Unidas Podemos, bajo la dirección desgraciada de Iglesias, se ha deteriorado tanto que ahora parece un cadáver, víctima del abandono del grueso de sus votantes, del descontento, de la división interna y de un profundo sectarismo que le ha llevado a perder el apoyo de millones de españoles.

Con la credibilidad perdida, con su partido dividido y con sus amigos en desbandada, Pablo Igesias es un cadáver, aunque él no lo sepa y aunque esté temporalmente revestido con el ropaje de vicepresidente del gobierno. Consciente de que sólo el reparto del botín podía salvarle del desastre, por eso pataleaba y mendigaba un puesto en el gobierno. Como cualquier partido de izquierda, sabe que los suyos le mantendrán en el poder y renunciarán a crucificarlo por sus errores si reparte poder y dinero, si consigue controlar parte del presupuesto.

Su actual vicepresidencia es su salvavidas y su único billete para evitar ser despedazado.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 5 de Febrero 2020
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