Colaboraciones

LA QUINTA GUERRA MUNDIAL



Aunque hubiera surgido espontáneamente de la naturaleza, el coronavirus es la primera ofensiva de la V Guerra Mundial, una confrontación biológica a escala global, mucho más mortífera y despiadada que todas las anteriores guerras. A partir de esta terrible experiencia, los estrategas y los estados mayores de todo el mundo habrán aprendido que un patógeno letal soltado en el campo enemigo puede causar más bajas y daños que cien bombas atómicas. En adelante, el arma más eficaz y mortífera no será un misil balístico cargado de cabezas nucleares, sino un diminuto virus soltado en el campo enemigo.

Lo que nos está ocurriendo en torno al terrible coronavirus es otro capítulo de la eterna lucha entre el bien y el mal, de los poderosos contra los débiles, una confrontación que ha sido el gran motor y la gran tragedia de la Historia Universal. Los verdaderos poderosos del mundo, desde su escondite opaco, quieren asustar a los ciudadanos para que acepten un gobierno universal representante de un Estado inmenso y todopoderoso, sin democracia e invulnerable. Creen que el coronavirus puede obrar el milagro y transformar el mundo, como ellos desean, en una gran cárcel.

Es una lucha desigual entre los que quieren siempre más poder para dominar el mundo y los que quieren conservar sus escasos derechos y libertades para librarse de ser exterminados por los que mandan. Es una lucha que ha existido siempre, la de los poderosos contra los débiles, de los que tienen el poder contra los que tienen poco más que la vida, de los que tienen el dinero que lo compra todo, desde esclavos a medios de comunicación, cerebros mercenarios a todos los recursos del planeta, contra los que se arrastran sobreviviendo, engañados y con sus cerebros lavados, impotentes ante las jaurías que nos gobiernan. La gente está tan derrotada y abducida que hasta votan y bendicen a la casta que los oprime y veneran a sus verdugos, muchos de ellos malvados impresentables disfrazados de líderes que saben hablar bien en público y se exhiben en los canales de televisión.

Ahora, los grandes poderes, enfrentados entre sí por el control del universo, han iniciado la Quinta Gran Guerra Mundial, en la que, como ha ocurrido siempre, el pueblo morirá a chorros y será la víctima principal del conflicto. Es hasta posible que los poderosos, quizás dotados de vacunas secretas y antídotos exclusivos, ni siquiera mueran y asistan a la masacre como si fueran dioses.

Los que sobrevivan a la Quinta, probablemente pocos, pronto se darán de bruces con la Sexta, que será la Guerra Mundial de la Inteligencia Artificial y las máquinas de guerra robotizadas con pensamiento propio. Mejor no vivirla.

A continuación reproduzco, con ligeros retoques, un comentario publicado por Vanlop en el blog Voto en Blanco. Es un análisis lúcido sobre esta terrible Quinta Guerra Mundial y sus preámbulos y primeras batallas. No se lo pierdan porque es la descripción de un mundo que está naciendo.

Francisco Rubiales
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Ha comenzado la Gran Guerra Biológica, portadora de una muerte silenciosa y masiva
Las masas no se mueven espontáneamente, necesitan que un trauma las ponga en marcha, generalmente una guerra, aunque también pudiera ser un desastre natural, pero esto es raro. En estos momentos tenemos el trauma, en forma de guerra, lo que ocurre es que la gente no se ha enterado, que es una guerra. Una guerra moderna, muy asimétrica.

La II Guerra Mundial marcó el fin de las guerras convencionales. Fundamentalmente fue el enfrentamiento de ejércitos regulares, aunque la población se vio involucrada de diversas formas. La III Guerra Mundial fue la llamada guerra fría, en donde los poderosos enfrentaron dos formas de ver el mundo a través de terceros, que eran los que ponían los muertos. Una vez derrotado uno de los bandos, había llegado el momento del mundo unipolar donde la potencia vencedora impondría sus caprichos. Una parte del mundo no estuvo de acuerdo y hubo que empezar la IV Guerra Mundial, que fue la del terrorismo y las revoluciones de color, que en lugar de conducir a los pueblos hasta el redil generaron un rechazo profundo al poder político en la gente, especialmente en ciertos sectores de Occidente, sobre todo en el más sumiso. Como es natural, estas formas de guerra no son absolutas, conviven elementos de las anteriores, con elementos de las futuras.

Y así llegamos a la V Guerra Mundial, en la que parece que serán las armas biológicas las que impondrán la forma de lucha. Pero los ejércitos se seguirán enfrentando, los terroristas matando, etc., siempre de forma localizada. Lo general, lo que marque la naturaleza del conflicto, serán las armas biológicas. Y esta V Guerra será, con gran diferencia, la más terrible, como ya lo estamos viendo.

El concepto de guerra asimétrica se va imponiendo paulatinamente. La 3ª ya fue una guerra asimétrica, pues se enfrentaban grupos pequeños respaldados por los grandes. La 4ª fue totalmente asimétrica, pues los terroristas siempre suponen una ínfima parte de la población a la que atacan. Pero la asimetría es total en las guerras de 5ª generación, en las cuales, un solo hombre puede poner de rodillas a un país, con sólo esparcir un patógeno.

No lo digo yo, lo dijo hace poco Bill Gates, el perejil de todas las salsas. Dijo que las guerras del futuro serán biológicas y en ello estamos.

¿Y quienes son los bandos enfrentados? Porque para que haya guerra tiene que haber dos bandos. Pues uno es el formado por la minoría de los que mandan, con sus ejércitos de mercenarios, políticos y periodistas, fundamentalmente, pero también los abducidos y los bien intencionados, que de alguna manera lo son porque también están abducidos. El otro bando es el resto de la población, que no tiene culpa de la guerra y que ni siquiera se entera de ella. Hasta ahí se ha llegado en refinamiento; uno de los bandos ni siquiera sabe que está en guerra.

Ni siquiera la mayoría del ejército de mercenarios sabe que luchan por uno de los bandos y, llenos de imbecilidad, creen servir a la sociedad, lo que constituye un éxito para los aos, por haber logrado que sus mercenarios asesinos crean que están haciendo el bien.

La ignorancia no exculpa a los mercenarios porque ellos saben que están en contra del pueblo, al que han prometido servir, pero, como buenos psicópatas, su único amo es su ego, al que lo sacrifican todo. Afortunadamente, son gentes que no miran al futuro, las cosas las hacen aquí y ahora y mañana ya veremos, con lo cual los errores son inmensos y tienen que recurrir a la mentira cada vez con más intensidad.

La figura perfecta del mercenario enloquecido es la de un hombre que miente tanto que ni siquiera sabe ya si se llama Pedro.

Para esta gente, una sociedad pacífica es lo ideal, van imponiendo sus ideas y transformándola hasta que alcanzan el poder absoluto. Luego no son capaces de ejercerlo, pero eso ya es otra historia, que suele acabar mal para los de siempre. Tal y como estamos viendo. Es la degeneración ascendiendo. Primero se llegó al zapaterismo, después al sanchismo y pronto quieren imponernos la sucia y criminal sociedad bolivariana.

Claro que las guerras se sabe cuando y como empiezan pero no se sabe cómo van a terminar. pero eso no les importa a los pasicópatas y a sus huestes, como tampoco les importa el dolor que sufra la gente.

Pero nuestros psicópatas del gobierno y de la televisión sólo son peones al servicio de los que de verdad mandan, que son también enfermos mentales, pero de otro tipo. Ellos utilizan los proyectos a largo plazo e imponen siempre la hoja de ruta a nuestros psicópatas visibles.

La gestión desastrosa que están llevando los psicópatas gobernantes españoles representa una ocasión para eliminarlos. Sus errores, abusos y suciedades abrirán los ojos a muchos abducidos, que pedirán justicia, única forma de eliminar a ese enemigo insidioso que tenemos.

Tenemos la crisis y la gran pregunta es se esta vez seremos capaces de salir de ella con un mundo mejor o si pasará como las otras veces, que el mundo sigue igual, sin aprender nada.

Vanlop

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Miércoles, 15 de Abril 2020
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