Información y Opinión

El pesebre periodístico se rebela



El enorme pesebre periodístico creado por los partidos políticos españoles y ampliado hasta la locura por el gobierno de Pedro Sánchez empieza a desmoronarse.

Algo está ocurriendo para que las ratas corran y cambien de bando. El pesebre periodístico, que ha sido y es la mayor baza del gobierno torpe e inepto de Pedro Sánchez, se está resquebrajando y los que antes caminaban de rodillas y alababan sus actos ahora se alzan y se muestran rebeldes. Ana Rosa Quintana, Pablo Moto, Risto Mejide y muchos otros han pasado en los últimos días a ser sorprendentemente críticos con Sánchez, Iglesias y su inepto gobierno de propaganda y mentira. La Sexta, baluarte de Podemos y de la cultura "progre", pierde colaboradores y hasta Radio Nacional y la SER esbozan pequeñas y atrevidas críticas reconociendo el desastre del gobierno.

¿Qué está pasando? Están pidiendo más dinero o simplemente cambian de bando y toman posiciones porque el gobierno agoniza y se asfixia en el propio fango pestilente que ha creado? La razón más convincente para explicar la pérdida de apoyos mediáticos que son vitales para este gobierno, construido sobre la mentira, la propaganda y la manipulación de las mentes, es que el cúmulo de falsedades, abusos, arbitrariedades y estupideces del gobierno es ya indigerible, incluso para los "perros del poder" sometidos.
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No hay química ni empatía en la pareja clave del poder en España
El mundo mediático que sostiene a Sánchez está generosamente envuelto en dinero publico y privilegios, pero esos regalos no le impiden ver la realidad y estar bien informados. Ellos están viendo, antes que nadie, que los apoyos a Sánchez se están desmoronando rápidamente y que la posición del gobierno, que tiene en contra a la Corona, los grandes empresarios, la Unión Europea, Estados Unidos y un montón de instituciones y organismos internacionales de gran peso, además de gran parte de la sociedad española, es cada día más insostenible.

Si se tratara de una reacción de dignidad ante los intentos del gobierno por implantar la censura sería bonito, pero no muy creíble después del historial acumulado por la enorme cofradía del pesebre. Si fuera saturación, hartazgo y una toma de conciencia porque los errores y barbaridades de este gobierno ya no son soportables, también sería hermoso y esperanzador, pero poco creíble, a juzgar por el cúmulo de errores, burradas y daños a España que han soportado y ocultado en los últimos meses. Las grietas del pesebrismo, que funciona como "coraza" del gobierno, se debe a algo más prosaico y simple: perciben la derrota y huyen a tiempo para salvar el trasero.

Las deserciones que se ven y las críticas que se perciben en el ámbito mediático son solo la punta de un iceberg cuya gran masa, sumergida e invisible, también se desmorona.

¿Perciben ellos, que están muy bien informados, el fin y la ruina del contubernio Sanchez-Iglesias y su corte de enemigos de España? Nadie tiene pruebas de que eso ocurra, pero ante la gestión desastrosa del coronavirus y el océano de muertes que la ineptitud del gobierno está provocando, gran parte de los cuales permanecen tristemente ocultos, las criticas se recrudecen y algunos medios y periodistas, vitales para el férreo sistema de propaganda y confusión montado por el gobierno, están desertando y eso es el mas claro y evidente presagio de que el barco se hunde.

La muerte masiva de los ancianos tiene una carga emocional de enorme fuerza que el gobierno no había evaluado. Hay millones de españoles que sienten su conciencia sucia por haber dejado a sus mayores en las residencias y que ahora, ante su muerte injusta y en abandono, han cogido el hacha de guerra. Y la están alzando contra Sánchez y su gobierno.

La presencia de Pablo Iglesias en el gobierno ha sido un detonante importante en la deserción de muchos. Es difícil en el mundo libre de occidente soportar a un vicepresidente comunista y lleno de ínfulas y ambiciones en un gobierno que se autoproclama democrático. La presencia de Iglesias en el gobierno de España ha acelerado el proceso de deserción en demasiados ambientes, sobre todo en la OTAN y en los ámbitos militares y empresariales, donde algunas de sus ideas y propuestas han caído como cargas de profundidad.

El globo sonda lanzado para imponer la censura e los medios y la estúpida afirmación de que los medios de comunicación privados ne deben existir han colmado el vaso. Los más contestatarios están siendo, precisamente, los medios que siempre han sido afines al gobierno. Algunas estrellas progres de la Televisión han sacado las uñas defendiendo la libertad de expresión. Es una reacción saludable y democrática, pero, pero no motivada por los principios. La protesta y la deserción, en esos ambientes donde el dinero y el privilegio fluye como un torrente, nunca son casuales y gratuitas. Tiene que haber algo que no sabemos.

Si se sondea el ambiente mediático con imparcialidad y mente despejada lo primero que se descubre es que se empieza a creer que al gobierno le queda poca vida, lo que quizás induzca a tomar posiciones ante los cambios que se avecinan.

Los rumores de que el rey se niega a firmar algunos decretos enloquecidos del gobierno no son casuales y circulan por la red de manera inteligente, tocando a los ambientes más influyentes. No sabemos sin son ciertos, pero si sabemos que esos rumores son sintomáticos y reveladores de que el rey está moviendo ficha. Felipe VI ha recibido a muchos ministros, pero ha evitado prudentemente entrevistarse con los ministros de Podemos. Otros rumores más atrevidos hablan ya de que se está buscando a un personaje socialista que asuma el poder que Pedro tendría que abandonar, sin que nadie lo haya encontrado todavía. Quien se atreva a sustituir a Pedro Sánchez sabe que se tendría que enfrentar a la legión de sabuesos subvencionados y esperando botín que el PSOE tiene en sus filas, todos felices disfrutando del "sanchismo". Nadie duda de que hay socialistas horados capaces de presidir un gobierno de técnicos y personas independientes con prestigio, adobado con representantes de los principales partidos, pero el problema, por lo visto, es que nadie se atreve a dar el paso y menos ante la "papeleta" aterradora que le espera, que incluye bregar con el peligroso coronavirus y lidiar con la peor crisis económica en muchas décadas.

El papel que se le ha reservado al pueblo español, recluido y desinformado en sus hogares, es triste y ridículo. Su patria, España, está viviendo momentos cruciales y las piezas del poder que se mueven son las claves, pero la ciudadanía española es mantenido en la inopia y en la desinformación, una marginación antidemocrática e inmoral que ya se está convirtiendo en uno de los grandes rasgos del sistema podrido que el país padece desde hace demasiado tiempo.

Francisco Rubiales

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Domingo, 19 de Abril 2020
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