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El PSOE ya no existe y ha sido sustituido por "la banda de Sánchez"



El lamento del presidente de Extremadura, el socialista Guillermo Fernandez Vara, que acaba de afirmar que siente asco ante la estrecha alianza del PSOE con BILDU, el partido de los asesinos etarras, refleja dos hechos claros: que el viejo PSOE ya no existe y que el actual, la banda de Sánchez, es un partido corrompido y envilecido, capaz de cosas inicuas y perversas hasta hace poco inimaginables en el socialismo español.

El viejo PSOE ya no existe porque ha sido sustituido por "la banda de Sánchez", una amalgama de políticos ambiciosos, sin valores ni principios, asquerosamente pragmáticos y adictos al reparto del botín del poder, que se ha apoderado del viejo partido y lo ha envilecido hasta el extremo de destruirlo.
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Pérez-Reverte, sobre Sánchez: “Es un ‘killer’, los ha matado a todos, y a los que no ha matado los va a matar”
Fernández Vara dice que ante la política de su partido tiene que ir a la farmacia para buscar un antiemético (medicamente contra el vómito) y que la relevancia que la banda de Sánchez otorga a BILDU es "un fracaso colectivo" de los españoles. En realidad, lo que quiere decir y no dice porque teme, como otros muchos viejos socialistas, caer en desgracia y ser fulminado por el sanchismo, es que el PSOE nuevo, el que está férreamente dirigido por Sánchez, le produce nauseas.

Sánchez ha arrasado en su batalla interna para hacerse con el partido. Como dice el académico Perez Reverte, es un "killer" que ha asesinado a todos sus adversarios, desde Felipe González a Alfonso Guerra, a Susana Díaz, a toda la vieja guardia socialista y a cualquiera que tuviera principios. Ha matado, además, las viejas ideas y los antiguos valores (teóricos) del partido, que eran la honradez, la socialdemocracia, sensibilidad ante el sufrimiento y la debilidad y un cierto amor a España.

El nuevo PSOE de Sánchez, su banda, es un partido de poder, sin valores ni principios, capaz de todo, cien por cien versátil, sin un ápice de ideología, mentiroso, totalitario y tan cruel y despiadado que es un killer puro, cuchillo en mano.

Esa banda es la que gobierna hoy España, aliada a otros malvados que odian a España y quieren destruirla, como los independentistas vascos y catalanes, los comunistas de Podemos y los herederos del terrorismo asesino de ETA.

Ante esa monstruosidad, que cada día golpea a España para arruinarla y destruirla, es lógico que Fernandez Vara, si tiene todavía un resto de decencia y vergüenza, sienta asco y ganas de vomitar.

Sánchez, para destruir a su partido y a España se ha basado en la cobardía de los españoles. Ni su partido ha defendido los viejos valores, ni España ha sabido defender su dignidad y decencia. Unos y otros, socialistas y españoles, se han entregado sin resistir al "killer" Sánchez, que no cesa de maniobrar, mentir, engañar, marginar y eliminar a sus adversarios y destruir España, golpe a golpe.

Ciertamente, asistir al crimen de Sánchez y al acuchullamiento de España produce asco, vergüenza y, sobre todo, decepción. ante el fracaso de nuestras instituciones defensivas y elementos que creíamos que eran fuertes y estables.

Ni el rey, ni las fuerzas armadas, ni los jueces, ni los legisladores, ni la prensa, ni la oposición, ni la sociedad civil, ni la universidad, ni la ciudadanía, ni nadie ha sabido resistir o poner freno al "killer" y a su obra de demolición de los valores y principios que hacen fuerte y respetable a toda nación.

La España que está construyendo la "banda de Sánchez" es cualquier cosa menos respetable y se ha convertido en el cáncer de Europa, donde ya muchos se preguntan si les es rentable mantener dentro de la Unión a un país tan indecente, antidemocrático, podrido y poco fiable.

La banda sube los impuestos cuando el resto de los europeos los baja; la banda ha llenado España de cadáveres por su mala gestión de la pandemia; la banda ha propiciado, con su negligencia y mal gobierno, que más de 30.000 ancianos perecieran, abandonado a su suerte, en residencias que eran cementerios infectados; la banda se ha endeudado hasta la locura; la banda ha sido incapaz de dar ejemplo y reducir sus sueldos y privilegios mientras media España está comida por la angustia, teme perder su trabajo y empieza a pasar hambre; la banda es insensible a las colas del hambre, que ya forman parte del paisaje de España, aunque los medios de comunicación comprados no lo reflejen; la banda ha liquidado la esencia de España, un país que ya carece de objetivos comunes e ilusiones y que ya no tiene estímulo alguno para seguir unida; la banda de Sánchez ha acabado con los viejos valores y nos hace vomitar a millones de ciudadanos, desde mucho antes de que Fernández Vara sintiera sus recientes nauseas.

Los que hemos permitido que el killer Sánchez y su banda mentirosa, corrupta y malvada tomen el poder formamos ya una larguísima cola de españoles fracasados. La fila, que casi atraviesa el país de parte a parte, con casi mil kilómetros de vergüenza y remordimiento, está encabezada por los socialistas que han renunciado a sus principios y a los valores de su partido y se han enrolado en la banda, sin otro estímulo que acumular poder, privilegios y dinero, cerrando los ojos ante la ignominia y el deshonor que representa estar matando a España, haber asesinado al socialismo y sustituyéndolo por una banda miserable y desenfrenada, capaz de todo con tal de gobernar.

Francisco Rubiales


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Jueves, 12 de Noviembre 2020
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