Torpedos

Zapatero fuma





A cualquier ciudadano lúcido le importa un carajo que Zapatero fume o no, pero no puede dejarle indiferente el hecho de que el presidente del gobierno no respete las leyes y se refugie en la arrogancia y en los privilegios del poder para contemplar el mundo desde las alturas.

El problema no es que ZP fume o no. El problema es que pueda creerse con derecho a hacer lo que le plazca, a fumar mientras trabaja, desde una superioridad insultante que emana de una concepción errónea de la política, mientras catorce millones de fumadores españoles sufren restricciones y sacrificios en sus puestos de trabajo y en lugares de ocio, que soportan en aras del "bien común", algo que, al parecer, no contempla nuestro presidente.

El Zapatero fumador es un lógico y evidente reflejo de la arrogancia de muchos políticos, que han transformado la democracia en oligocracia y para los que la política es más privilegio y poder que servicio y respeto a las leyes y al ciudadano soberano.

Franky  
Martes, 31 de Enero 2006
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