Información y Opinión

Votar al despilfarrador



Las urnas van a abrirse de nuevo y millones de españoles, confundidos, no saben a quien votar porque la oferta de los partidos no convence ni entusiasma sino que avergüenza. Hay argumentos profundos para rechazar a los representantes de los grandes partidos y son todavía más serios y convincentes los que incapacitan, por su comportamiento, al actual presidente,

Ante de acudir a las urnas debemos preguntarnos ?Vamos a votar al despilfarrador, al tipo que arruinó la caja de la Seguridad Social y ha puesto en serio peligro el cobro de las pensiones? ¿Vamos a votar a Rajoy?

Votar de nuevo a Rajoy es como si las cuatro gallinas supervivientes de un gallinero masacrado volvieran a votar al zorro que destruyó su hábitat.
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Solo en un país tan desquiciado como España es posible que las gallinas voten de nuevo al zorro que ha destruido el gallinero. Sólo en España las víctimas votan a sus verdugos y les premian eligiendolos para que vivan, como políticos, una existencia de poder y lujo que no merecen. España es un país de imbéciles desmemoriados y suicidas.

Hasta el ex presidente José María Aznar, que fue quien lo designó a dedo, para que le sucediera al frente del Partido Popular, considera a Rajoy un gobernante fracasado. Acaba de decirle que el terrible endeudamiento que él ha provocado, que ya supera el cien por cien del PIB español, es una locura que causará a España gravísimos perjuicios y daños.

Rajoy, que no es ni un estadista, ni un gobernante, ni siquiera un buen político, es incapaz de decirle a los españoles la verdad, que él ha esquilmado la caja de reserva y que las futuras pensiones están en peligro por culpa de su despilfarro desolador y de su incompetencia como gobernante.

Es un cobarde que teme perder las elecciones y que es incapaz de decirle a la sociedad española la verdad, que no hay dinero para seguir pagando las cuantías actuales porque él, de manera irresponsable, en lugar de adelgazar el Estado y abandonar el despilfarro suicida, se ha dedicado a sacar dinero de la “hucha” de las pensiones futuras, y el que venga detrás, que arree.

Nadie sabe el dinero exacto que queda en la caja porque, además de despilfarrador y cobarde, el gobierno de Rajoy ha sido mentiroso y opaco. Algunos expertos creen que no hay más de 30.000 millones de euros, rebañando en todos los cajones posibles, casi un tercio de los mas de 80.000 millones que la caja llegó a tener hace menos de una década. Durante los años 2012, 2013 y 2014 Rajoy y su gobierno han sacado 43.000 millones de euros. Y en los años siguientes siguieron sacando más dinero. También ha dejado en la ruina al Fondo de Prevención y Rehabilitación de las Mutuas, del que se han extraído 5.350 millones de euros más.

Zapatero ya metió la mano y compró bonos españoles con esos fondos, pero ha sido Rajoy el que ha entrado a saco y ha destrozado el fondo de reserva de manera impune, provocando que muchos españoles se pregunten si comportamientos tan irresponsables y dañinos deberían ser tipificados como delito.

¿A este tipo vamos a votar? Algunos dirán que Rajoy no es el peor y que Sánchez o el neototalitario Pablo Iglesias son amenazas todavía peores, no sólo para las finanzas, sino también para la misma libertad y la unidad de la nación, pero eso no es un consuelo. Conformarse con un mediocre que ha demostrado sus tendencias a mentir, despilfarrar y convivir con la corrupción como si ésta fuera su novia adolescente, es siempre un suicidio para cualquier pueblo. Elegir al zorro sólo es imaginable cuando las gallinas han perdido el juicio.

Si los únicos defectos de Rajoy fueran el despilfarro y su convivencia enamorada con la corrupción, tal vez alguien podría cerrar los ojos y votarle, pero hay más, mucho más: mentiras, engaños, manipulación e intervencionismo en la Justicia, falta de respeto a la democracia, desprecio al ciudadano, engaños en las cuentas, protección de los ladrones y saqueadores de su propio partido, inoperancia, indolencia y una incapacidad manifiesta para afrontar los problemas de España, sobre todo el del independentismo, sin mencionar su negativa íntima a asumir que España debe regenerarse y que la persistencia de un sistema político tan indecente como el actual, con partidos políticos que merecen ser precintados por la Justicia, es un auténtico suicidio.

Muchos españoles, aterrorizados ante el desolador peligro que representan otras opciones como las de izquierda, se sentirán tentados de taparse la nariz y votar al zorro, pero no deberían hacerlo porque el zorro ya ha demostrado que mata a las gallinas y votarle es suicidarse.

Antes que elegir a un desastre o de dignificar con nuestro voto un sistema que no es democrático ni decente, hay otras opciones: la abstención, el voto en blanco y el voto a partidos pequeños, que todavía no han demostrado su maldad y sus vínculos con la corrupción y el abuso de poder. Conformarse con lo malo por miedo a caer en algo peor no es prudencia sino imbecilidad. Mejor que elegir a un zorro depredador es mejor votar al mochuelo, a la ardilla o al conejo, aunque parezcan insignificantes.

Francisco Rubiales


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Lunes, 23 de Mayo 2016
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