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Un Zapatero patético intenta capitalizar el éxito del fútbol español





El desprestigiado y declinante presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyos fracasos económicos han llevado a España hasta el borde de la quiebra, hasta el punto de haber tenido que ser "intervenida" por potencias extranjeras como Alemania, Francia y Estados Unidos, pretende ahora capitalizar el éxito de la selección española de fútbol, que se encuentra ya en las semifinales del Mundial de Sadáfrica, ocultando que el triunfo del fútbol español se debe, precisamente, a valores y comportamientos que su gobierno y la España por él forjada desconocen, como la cohesión, la disciplina, la esperanza, el esfuerzo colectivo, la excelencia, la ilusión, la humildad y la confianza.

Es evidente que Zapatero, marcado por el fracaso y el rechazo de sus conciudadanos y de los principales líderes internacionales, necesita "agarrarse" a los éxitos de España en un intento desesperado por ganar imagen, pero hacerlo a costa del fútbol encierra más injusticia y desfachatez que oportunismo.

Con el fin de capitalizar el éxito futbolístico de España, Zapatero ha trivializado sobre la crisis económica y ha dicho: "Creo que el miércoles vamos a superar el diferencial con Alemania". La "broma" es de mal gusto, no sólo porque se rie de los peores dramas que pueden azotar a un país moderno, el endeudamiento temerario y el hundimiento en los mercados, sino porque ignora también el sufrimiento de millones de españoles, condenados por la errónea política de Zapatero al desempleo, a la pobreza y a contemplar el futuro con pánico y sin esperanza.

El "diferencial" del que se burla Zapatero marca la diferencia entre el precio en los mercados del bono alemán y el de la deuda española, devaluada por los mercados precisamente por culpa de la política económica de Zapatero, que ha conducido a España hacia la ruina con mano inepta y tozudez casi demente. Ese diferencial es hoy de nada menos que 200 puntos básicos, lo que significa que España tiene que pagar por su deuda intereses mucho más altos que Alemania y los países de economía sana.

Si Zapatero, como "entrenador" electo de este país llamado España hubiera dado ejemplo e inculcado los valores que practica la selección española de fútbol, sobre todo la cohesión, el esfuerzo, la disciplina y la confianza, España no sería hoy un país prácticamente arruinado, desprestigiado y con su futuro comprometido. A España le ha fallado, sobre todo, el entrenador, un mequetrefe que le ha enseñado a practicar la corrupción, el despilfarro, el endeudamiento, el clientelismo, la desigualdad y la mentira. Ahora, con descaro indescriptible, ese entrenador fracasado quiere apropiarse de un mérito que no conoce ni merece.

Zapatero, cuyos errores económicos y fracasos políticos le han hecho merecedor del rechazo de la mayoría de los españoles, es hoy un dirigente sin prestigio e internacionalmente aislado que se aferra al poder, degrada la democracia española y se niega a convocar elecciones anticipadas, como desea la inmensa mayoría de sus conciudadanos.


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Martes, 6 de Julio 2010
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