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Última vejación a la democracia y a la ciudadanía en España: El PP incumplirá su pacto anticorrupción



Por el incumplimiento de sus promesas, por sus traiciones a los ideales de la derecha tradicional y por sus engaños y falsedades, Mariano Rajoy corre el riesgo de pasar a la Historia como uno de los peores gobernantes de la era moderna, en clara competencia con Zapatero, Negrín, Fernando VII y otros mandatarios de triste memoria.
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Mientras que parte de la prensa europea resalta que España, a pesar de las apariencias, sigue avanzando hacia su ruina, sobre todo por el impresionante nivel de su endeudamiento público, y que muchas de las cuentas que España presente a la Unión Europea están tan falseadas como las griegas, dentro de España, el país avanza con firmeza en su peregrinaje hacia el deterioro político y moral. El último capítulo de la ignominia española es haber conocido que el PP no tiene intención alguna de cumplir con el pacto anticorrupción que firmó con Ciudadanos, pero en esta España acostumbrada a soportar la desvergüenza no ocurre nada.

Ni la destitución de los altos cargos que sean imputados, ni el final de los aforamientos, ni la limitación del mandato presidencial, ni el rechazo frontal a la corrupción, ni otros muchos pasos para acabar con esa corrupción "made in Spain" que provoca una mezcla de risas y asco en todo el mundo y hace de España un país señalado por la cobardía de sus ciudadanos, que lo admiten todo, y por la suciedad y bajeza moral de sus políticos, que tienen el mismo respeto por la democracia que por un caracol o una hormiga.

Lo que firmaron no era para cumplirlo, sino para conseguir que Rajoy fuera presidente. Y lo dicen sin que se les caiga la cara de vergüenza y sin que los españoles dejen de votarlos porque, a pesar de esas mentiras, abusos y suciedades, si hoy hubiera elecciones, volverían a ganar, como reflejan con nitidez las encuestas.

Pero todos tranquilos porque los españoles estamos tan acostumbrados a ser vejados y engañados por los políticos que ya no reaccionamos ante la ignominia y la bajeza.

En el PP dicen que firmaron aquel pacto anticorrupción que permitió a Rajoy ser investido "porque eran lentejas, que o las tomas o las dejas" ¿Quieren decir con eso de las "lentejas" que lo aceptaron sin voluntad de cumplirlo y sólo porque era la única manera de lograr el gobierno? ¿Quiere eso decir que si Ciudadanos le hubiera pedido, a cambio del voto de investidura, que el PP se declarara culpable del asesinato de Kennedy también lo hubieran firmado? Probablemente "sí", lo que constituye una suciedad descarada e intolerable en democracia, pero, como muchos otros abusos, arbitrariedades, escándalos y brutalidades del poder, sin consecuencia alguna en esta sociedad española que lo soporta todo, bañada en cobardía e indignidad.

La situación española es vergonzante y conduce a una conclusión devastadora: la sociedad española, por su cobardía, permisividad y falta de ética, es la que requiere con más urgencia una regeneración, mucho más que una clase política que al fin y al cabo sólo hace lo que les permiten hacer los ciudadanos.

El PP incumplirá su acuerdos contra la corrupción con Ciudadanos no sólo en la forma -el plazo de tres meses para ponerlos en marcha ya ha expirado-, sino también en el fondo. De las seis reformas recogidas en ese pacto previo, sólo se han cumplido dos: se ha creado una subcomisión para la reforma de la Ley Electoral y se ha aceptado la tramitación de una proposición de ley del PSOE que modifica la Ley de Reglas para el ejercicio de la Gracia de Indulto, de 1870, para prohibir que esta medida se conceda a políticos condenados por corrupción y a delitos relacionados con la violencia de género.

El resto, precisamente la parte más esperanzadora, a la basura, sin que Ciudadanos parezca enfadado por esa "traición".

Lo que nadie dice de ese incumplimiento es que constituye también una vejación a la democracia y un engaño a la ciudadanía, que votó a Rajoy creyendo que caminaría hacia la regeneración y una vez más fue engañada. La democracia, la otra gran víctima, exige verdad y transparencia, pero en esta España le dan mentiras, engaños y opacidad casi absoluta.

Francisco Rubiales


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Jueves, 2 de Marzo 2017
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