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'Sucedaneos' de democracia en Andalucía y Cataluña





Alfonso Lazo, que fue factotum del socialismo sevillano (secretario general) en los años ochenta y que después se recicló en la Universidad, donde hoy es un prestigioso profesor, ha sumado su nombre a la ya larga lista de pensadores y expertos que creen que Andalucía padece un gobierno escasamente democrático.

Lazo va más lejos que muchos de sus colegas críticos al afirmar que el gobierno andaluz ejerce un totalitarismo "de nuevo cuño", una especie de dictadura de partido cuyo funcionamiento es más sofisticado y eficiente que el de los viejos totalitarismos comunistas, ya derrotados.

Lo repite en muchas de sus conversaciones y debates y lo explica en un artículo publicado el 16 de marzo en "El Mundo" de Andalucía, titulado "Sucedáneos", duro y bien armado de argumentos.

Afirma Lazo que en países del Tercer mundo como Venezuela, Bolivia y otros "están apareciendo sucedáneos más peligrosos que los antiguos totalitarismos, pues han cambiado la brutalidad a cara descubierta, contra la que resultaba honorable combatir, por la opresión del voto mayoritario, fácil de justificar a golpe de demagogia".

Aunque Lazo sostiene que la existencia de la Unión Europea dificulta que florezcan esos nuevos estilos de totalitarismo en los países miembros, sí se están produciendo en comunidades autónomas de España, citando a Cataluña y Andalucía como ejemplos.

"Fenómenos como el de Cataluña, donde el nacionalismo omnipresente deriva hacia ramalazos totalitarios, o como el de Andalucía, en el que el escaso desarrollo económico, educativo y cultural ha propiciado la desaparición de la alternancia política y la emergencia de un sistema en extremo conservador, sin otro objetivo que conservarse a sí mismo, obligan a establecer ciertas comparaciones", sostiene el profesor Lazo.

Y continúa: "Los gobiernos comunistas de partido único se legitimaban por el supuesto derecho de una clase sobre las otras (dictadura del proletariado) o por el triunfo de la revolución. Los sucedáneos de hoy invocan las mayorías absolutas: las mayorías siempre tienen razón y puede privar de cualquier derecho a los disconformes".

Sigue explicando que en las dictaduras del pasado "todos los ciudadanos eran vigilados por la KGB o por la Stasi", mientras que hoy "todos están subvencionados". El resultado, según Lazo, viene a ser igual: con la tiranía terminabas entre rejas; hoy te pueden retirar la subvención. Los despotismos antiguos requerían amplios aparatos policiales y complejos mecanismos de censura; los sucedáneos actuales no necesitan nada de eso. El director de un periódico sabe de antemano lo que puede o no puede publicar, y lo mismo un locutor de radio o quien presenta las noticias de televisión. Prebendas y ayudas mas o menos encubiertas sustituyen con ventaja el lápiz rojo de los censores. Bajo una dictadura, ir a la cárcel daba prestigio y timbre de gloria en espera de la democracia; ninguna gloria hay en dejar de recibir obsequios".

Cree Lazo que en Cataluña y Andalucía, lo mismo que en Venezuela y en Bolivia, las libertades están en fase de extinción.

Los dirigentes de esos nuevos totalitarismos, según Lazo, concentran gran parte de su esfuerzo en demostrar que quien está frente al partido es un enemigo de la democracia y de las instituciones y en hacer ver a todos que "fuera del partido no hay salvación y solamente queda el infierno de la derecha extrema".

Concluye afirmando que en esos regímenes de nuevo diseño reina "la mediocridad silenciosa" , tipica de todos los regímenes de partido único.

   
Domingo, 8 de Abril 2007
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