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Se están jugando España



Mas de media España siente asco y abomina de la situación política actual, en la que todos parecen competir por destrozar la patria común. La clase política se está jugando España en una mesa de poker. El destino de los españoles está en entredicho, mientras el prestigio y el peso de España en el mundo cae por los suelos. Parte del gobierno bendice el terrorismo de Hamás, sorprendiendo a un mundo occidental y democrático que condena a esos extremistas sanguinarios.

Con Sánchez en el poder, las clases poderosas, los partidos, los altos funcionarios, los militares, los jueces, el periodismo y las grandes instituciones se han desnudado ante el pueblo exhibiendo su arrogancia, maldad y desprecio a la libertad, la ciudadanía y la democracia.

La imagen que ilustra el artículo de hoy, titulada “Se están jugando España”, muestra con sorprendente claridad la bajeza de los dirigentes de esta nación, que están destrozando entre todos.
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Los poderosos se juegan España en una mesa de poker. Imagen magistral que retrata la realidad española, creada por la Resistencia al abuso y la iniquidad.
Tenemos la sensación de que el horrendo declive de España empezó con Pedro Sánchez o quizás con Zapatero, pero es mentira porque empezó mucho antes, antes, incluso, de la muerte de Franco. La actual pocilga española empezó a construirse con el atentado que mató a Carrero Blanco, destinado a construir en España una democracia falsa, al servicio exclusivo de los partidos políticos y las élites internacionales, viciada, bastarda y completamente ajena al pueblo, al que se le reservó el papel de espectador o de esclavo del sistema y de los políticos.

De aquellos polvos estos lodos. España empezó a hundirse cada día más, perdiendo autonomía, dignidad, valores y peso en el mundo. Hasta abandonamos la construcción en marcha de la bomba atómica española, que nos habría situado en la élite mundial, sucumbiendo a la presión de los yankis y los ingleses, los dos pueblos que más nos odian en el planeta.

Los políticos españoles, acostumbrados a patear a los ciudadanos con impunidad, a escupir sobre la democracia, a enriquecerse y a atiborrarse de poder y privilegios, han perdido el miedo a la furia del pueblo y se sienten tan seguros que destrozan España cada día sin que les ocurra nada, cuando su deber es cuidarla y defenderla. La clase dirigente española es un fraude, una traición y un fracaso porque han hecho con el poder lo peor que pueda imaginarse.

Miles de españoles con poder, altos cargos, funcionarios, militares, periodistas, catedráticos, etc., en especial aquellos que están al frente de instituciones y grandes corporaciones, sentirán pronto vergüenza y asco de ellos mismos por no haber hecho nada para echar a Sánchez y por haber impedido el destrozo de nuestra nación durante décadas de ignominia.

Además de esa mesa de poker donde se juegan con frivolidad el destino de España, hay otra imagen que retrata la terrible España del presente: en las calles se reparten miles de silbatos para que el traidor Sánchez escuche a España y en las redes de Internet cientos de miles de acusaciones, imágenes y denuncias para que el tirano Sánchez y su banda de seguidores sientan vergüenza y miedo saludable a la furia del pueblo.

La pocilga española se empezó a construir con Franco ya en declive. Se entregó a Marruecos el Sahara, nos dejamos influir por la inteligencia de Estados Unidos, los alemanes consiguieron meter miedo en el franquismo y convencerlos de que el futuro tendría que ser una democracia prostituida. Y a la hora de redactar la Constitución, lo que se aprobó fue un manual de uso y explotación de España y de su pueblo para beneficio exclusivo de los políticos y de las élites.

Y a partir de ahi empezo el festival de la política degenerada y miserable: desindustrializaron España, desarbolaron la sociedad civil, crearon partidos políticos que parecían ejércitos de blindados que lo ocupaban todo, desde las universidades a las asociaciones, la educación y hasta las religiones. Hicieron una ley electoral envenenada, donde los nacionalismos desleales de Cataluña y el País Vasco tenía más poder que el que les correspondía, violaron el principio de que los votos valen lo mismo en una región que en otra, abrieron de par en par las puertas de la corrupción, aceptaron que España fuera en el futuro un país de camareros y agricultores y mientras tanto desmontaban la educación, quitaban todo el poder al pueblo y lo acumulaban en partidos políticos, organizados como mafias.

Y empezaron las traiciones y pactos miserables con los separatistas corruptos: Felipe González transigió con Arzallus y el clan mafioso de Pujol. Aznar no quiso ser menos, se encamó con catalanes y vascos y llegó a decir aquel indecente "Hablo catalán en privado". Zapatero degolló a España con una política de imbécil y aceleró las concesiones a los enemigos con su famoso "todo es cuestionable". Rajoy fue un cobarde integral que no cambió nada cuando el pueblo le dió poder suficiente para cambiarlo todo. Y por fin llegó el verdugo Sánchez y con él las cuchilladas a España y la muerte de la decencia, dando alas al delito y al nacionalismo agresivo para que nos aplaste.

Mira la imagen que ilustra el artículo y verás la realidad de España: una mesa de juego donde los oligarcas y autócratas del poder, con arrogancia e indignidad, se están jugando España.

Francisco Rubiales

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Lunes, 16 de Octubre 2023
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