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Sarkozy da en el clavo: la culpa de la crisis es de los políticos





El presidente de la República de Francia, Nicolás Sarkozy, ha dado en el clavo y ha demostrado su solvencia al señalar a los políticos como los principales culpables de la crisis que está amenazando la prosperidad mundial. Sostiene que en todos los países hay mecanismos reguladores, que son responsabilidad del gobierno, los cuales deberían haber controlado a los bancos y a los mercados financieros, pero esos controles han fallado.

Sarkozy rechaza la tesis oportunista de que lo que ha fallado ha sido el capitalismo y el mercado porque lo que ha fallado realmente es el control ético y riguroso que los gobiernos deberían haber ejercido sobre unos responsables del sistema financiero que han ido demasiado lejos y que deben ser "sancionados financieramente" porque "la impunidad sería inmoral".

Tras reclamar una reforma del podrido sistema financiero mundial, al igual que hizo Bretton Woods tras la Segunda Guerra Mundial, Sarkozy, en el momento cumbre de su discurso, reconoció que "Hemos financiado al especulador en lugar del empresario", cuando debió haberse hecho lo contrario. Esta crisis financiera "marca el fin de un mundo", afirmó.

La tesis de "Sarko", la primera de un alto dirigente político que se atreve a culpar también a los gobiernos, es certera, equilibrada, honrada y justa, ya que, sin dejar de admitir que los financieros han fallado, reconoce que también ha fallado el poder político.

Hasta ahora, la mayoría de los políticos, sobre todo desde la izquierda, como ha hecho el español Zapatero, han sido parciales y oportunistas al culpar del desastre al mercado y al capitalismo, sin reconocer culpa alguna por parte de ellos, cuando en realidad los gobiernos son los que tienen la responsabilidad de regular y reprimir los abusos y errores.

Los gobiernos han permitido que los financieros que operaban en los mercados traficaran con basura y que los banqueros se llenaran los bolsillos con primas y premios que se aplicaban sobre beneficias ficticios. Todos conocían los abusos y trampas, pero nadie actuó.

La consecuencia es que ahora serán los ciudadanos, por culpa de la ineptitud de los políticos y de la mala gestión del poder, los que tengan que pagar la crisis con su dinero.

La crisis de 2008 pasará a la historia, probablemente, como la mayor de la era moderna, pero su principal enseñanza es que los políticos, a los que los ciudadanos hemos entregado poder y privilegios a cambio de que gobiernen con equidad y pericia, fallaron estrepitosamente, lo mismo que han fallado a la hora de solucionar los grandes problemas de la Humanidad: la violencia, el crimen, el hambre, la desigualdad, la miseria, la inseguridad, la justicia y otros muchos.

   
Viernes, 26 de Septiembre 2008
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