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Rechazo masivo a un Pedro Sánchez que huele a fracaso



Tiene en contra a más de media España, a toda la oposición de peso, cuyos votos suman millones más que los obtenidos por el socialismo, a grupos de intelectuales de izquierda, que le condenan en manifiestos, a las grandes empresas, a la Casa Real, a las redes sociales, que arden contra Sánchez y sus proyectos dañinos para España, y a una parte creciente de su propio partido, que fragua una rebelión como la que le costó ser defenestrado hace pocos años, pero Pedro Sánchez lo ignora todo porque es un narciso terco y cursi decidido a seguir adelante con su estigmatizado proyecto de gobierno con Unidas Podemos y la flor y nata del independentismo golpista y de los hijos del odio y la revancha.

¿Qué más necesita el dirigente socialista para asumir que ya ha fracasado y que su proyecto de gobierno con Unidas Podemos ha conseguido un rechazo tan clamoroso que lo convierte en inviable?

En ninguna democracia del planeta se puede gobernar contra la voluntad popular, ni contra las mayorías cualificadas, salvo en países podridos y de democracia degradada, como España. Pedro Sánchez, que además es un inculto, cree que la democracia consiste en gobernar para los suyos y está decidido a ignorar las protestas de la mayoría de los españoles y de los sectores de mayor peso e influencia en el país.
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Una de las decenas de miles de imágenes antisocialistas que circulan por las redes españolas
El rechazo a Pedro Sánchez se acrecienta por todas partes y ya pesa sobre su proyecto de gobierno con Pablo Iglesias como una losa de plomo. Alfonso Guerra lo califica de "drama" para España, mientras los inversores y las grandes fortunas avisan de que huirán de esa España que Sánchez pretende gobernar con comunistas y golpistas. Algunos fondos extranjeros ya paralizan compras proyectadas en España, mientras empresas y grandes fortunas miran hacia Portugal, donde gobierna una izquierda razonable, que aplica recetas liberales y que es menos suicida que la española. Hasta la fábrica de SEAT en Cataluña habla ya de trasladar su producción a otro país.

El escándalo provocado por la reciente sentencia en el juicio de los EREs ha funcionado como un torpedo en la linea de flotación del proyecto de gobierno de Sánchez y del PSOE, partido que sale de ese juicio altamente dañado, con dos ex presidentes nacionales y autonómicos condenados y con un nutrido grupo de consejeros y altos dirigentes socialistas condenados por corruptos.

La democracia no consiste en gobernar para los que te han votado, sino para todos. Y además hay que gobernar con prestigio y solvencia, despertando satisfacción en los administraos, algo que Sánchez está muy lejos de conseguir. En la verdadera democracia, las minorías tienen tanto peso y derechos como las mayorías. Se trata de verdades que Pedro Sánchez ni siquiera conoce o que ha decidido ignorar desde su alma tozuda de autoritario.

Existe rechazo al proyecto de Pedro Sánchez en todo el mundo, sobre todo en los organismos e instituciones del mundo libre: en la OTAN, en la OCDE, en la Unión Europea, en el FMI y en otros muchos estamentos del concierto mundial. En esos ámbitos, más que criticar abiertamente se presiona y se realizan chantajes sutiles.

El dinero tiene miedo, pero al comunismo le tiene pánico. Algunos organismos internacionales advierten a España que la amenaza fiscal ahuyenta a los inversores porque genera inseguridad y miedo al saqueo. El sector inmobiliario, que estaba despuntando, se sitúa en el epicentro de esta incertidumbre, temeroso de que la demanda se paralice por estupideces como la que proyecta Podemos, de introducir impuestos especiales, condenar a los propietarios de viviendas de inversión y regular por ley el precio de los alquileres, una intervención en el mercado que sólo es concebible en regímenes claramente comunistas.

La economía ha reaccionado mal al proyecto de gobierno de Sánchez. La bolsa baja y las inversiones se paralizan o huyen, mientras la creación de empleo se paraliza y los expertos opinan que una subida de impuestos como la que Sánchez e Iglesias proyectan es un suicidio en la actual situación de ralentización de la economía, que en muchos países del mundo está al borde de la recesión.

Los traspiés y errores garrafales de Sanchez están haciendo daño antes, incluso, de que su gobierno haya nacido. Estados Unidos se siente hostigado por detalles estúpidos como el apoyo de Sánchez a Venezuela y a la Cuba comunista e intervencionista de Castro, a donde el rey Felipe VI ha sido enviado por Sánchez a una visita imprudente y hostil a la democracia, que ha alentado el rechazo a España entre los demócratas de todo el mundo.

Si la alianza base con Unidas Podemos asusta al dinero y a los demócratas españoles, el necesario apoyo de los nacionalistas y golpistas vascos y catalanes llenos de odio a España, que esa alianza necesita para gobernar, genera pánico y fortalece la idea de escapar de la trampa española.

El protagonismo de Nadia Calviño, una mujer preparada y moderada a la que Sánchez ha prometido una vicepresidencia, pretende tranquilizar al dinero, pero ese paliativo queda neutralizado por el no menos destacado protagonismo de María Jesús Montero, una depredadora próxima al comunismo cuyo rechazo ha alcanzado limites inusuales por su adicción al saqueo fiscal y por su crueldad a la hora de aplicar impuestos tan abusivos y de dudosa constitucionalidad como el que grava las herencias en España, que gracias a la oposición popular ha desaparecido en varias autonomías, pero que la voraz Montero quiere restaurar en toda España, sin piedad ni consideración con unos herederos que rechazan el derecho del gobierno a que les roben sus herencias.

El futuro gobierno tiene en contra a Felipe Gonzáles, Alfonso Guerra y toda la vieja guardia del PSOE, que cada día capta más adhesiones de socialistas asustados ante la alianza con el comunismo y la barbarie nacionalista que su líder Sánchez proyecta.

Pero quizás la oposición más dura al proyecto suicida del sanchismo sea la que Nicolás Redondo y Joaquín Leguina han impulsado, con forma de manifiesto contra el Gobierno de PSOE, Podemos y ERC. Dirigido al centro e izquierda no nacionalista, ese alegato contra el suicidio proyectado por el PSOE oficial lo firman también el ex presidente socialista andaluz Rodríguez de la Borbolla, Manuel Valls, Francesc de Carreras y otros 300 intelectuales, políticos y profesionales.

Si se suman los rechazos a Sánchez y a Unidas Podemos, uno descubre que la masa crítica en contra hacen inviable su proyecto de gobierno y que si ese gobierno con el nacionalismo depredador y el comunismo rencoroso y vengativo llegara a fraguar, España entraría en un campo de minas que podría provocar reacciones muy dura entre los hostigados monárquicos, los militares, los grandes empresarios y la inteligencia española y la inversión extranjera con intereses en España, grupos de gran poder, capaces de liderar la opinión y el criterio en el país, todos ellos contrarios a lo que el niñato Sánchez proyecta sin tino ni sensatez.

Francisco Rubiales


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Viernes, 22 de Noviembre 2019
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