Mariano Rajoy, en un gesto inesperado por su contundencia y trascendencia, ha decidido lanzar una intensa campaña de limpieza democrática cuyo objetivo es liberar a España de los numerosos corruptos y delincuentes instalados en la política. Tras haber informado al rey de su decisión, Rajoy, flanqueado por su flamante ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, se ha reunido con los máximos representantes del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional para expresarles su intención de limpiar España de indeseables y encargarles que preparen juntos la estrategia jurídica y procesal pertinentes.
La decisión de Rajoy, que ha sido comunicada a Voto en Blanco por fuentes solventes, hoy, 28 de diciembre, ha sido ampliamente debatida con la Fiscalía General del Estado, que tendrá un papel importante en la limpieza del país como parte acusadora, La decisión constituye un paso de gran importancia hacia la democracia y la regeneración, esperado por millones de españoles que votaron al Partido Popular en las recientes elecciones, y una medida profiláctica que ha sido insistentemente recomendada por algunos gobiernos amigos de España, entre los que sobresalen los de Estados Unidos, Alemania y Francia, conscientes de que España nunca podría salir de la actual crisis sin limpiar antes la intensa corrupción que desprestigia y debilita su liderazgo y su capacidad de gestionar.
La estrategia de demolición de la corrupción comenzará a ser efectiva en el mes de enero y se iniciará con acusaciones frontales y de suma gravedad contra los máximos responsables del endeudamiento alocado de España en los últimos meses del gobierno de Zapatero, que superó el ritmo de los 500 millones de euros cada día, contra los responsables de los EREs fraudulentos de Andalucía, contra los directivos y políticos que desvalijaron y arruinaron a numerosas cajas de ahorro españolas y contra algunos altos cargos gubernamentales bajo sospecha de cohecho, malversación y corrupción de distintos tipos.
Los procesos en preparación afectarán a políticos de varios partidos, incluyendo también a correligionarios de Mariano Rajoy. Las fuentes de Voto en Blanco aseguran que la limpieza se realizará a fondo y afectará no sólo a los altos cargos manchados de corrupción, sino que también descenderá hasta los niveles de directivos de empresas públicas, alcaldes, concejales, funcionarios y empresarios.
La noticia está sorprendiendo a muchos ciudadanos españoles, que ya había perdido la esperanza de que el nuevo gobierno cumpliera con su deber democrático de limpiar a España de indeseables y corruptos.
Desde Voto en Blanco, un medio que ha denunciado la corrupción de manera incansable durante los últimos ocho años, saludamos la noticia y confiamos en que los años próximos sean años de limpieza y regeneración en esta España que, para salir de la crisis y ser un país de prosperidad, prestigio y solvencia internacional, necesita antes limpiar sus podridas estructuras y encarcelar a los miles de delincuentes que se han instalado en el poder.
Transcurridas unas horas desde la publicación de esta noticia, debo aclarar que, por desgracia, se trata de una información falsa, redactada como inocentada. Si hubiera sido cierta, ahora nos sentiríamos orgullosos de ser españoles y no abrumados por pertenecer a un país gravemente enfermo de corrupción política.
F. Rubiales
La decisión de Rajoy, que ha sido comunicada a Voto en Blanco por fuentes solventes, hoy, 28 de diciembre, ha sido ampliamente debatida con la Fiscalía General del Estado, que tendrá un papel importante en la limpieza del país como parte acusadora, La decisión constituye un paso de gran importancia hacia la democracia y la regeneración, esperado por millones de españoles que votaron al Partido Popular en las recientes elecciones, y una medida profiláctica que ha sido insistentemente recomendada por algunos gobiernos amigos de España, entre los que sobresalen los de Estados Unidos, Alemania y Francia, conscientes de que España nunca podría salir de la actual crisis sin limpiar antes la intensa corrupción que desprestigia y debilita su liderazgo y su capacidad de gestionar.
La estrategia de demolición de la corrupción comenzará a ser efectiva en el mes de enero y se iniciará con acusaciones frontales y de suma gravedad contra los máximos responsables del endeudamiento alocado de España en los últimos meses del gobierno de Zapatero, que superó el ritmo de los 500 millones de euros cada día, contra los responsables de los EREs fraudulentos de Andalucía, contra los directivos y políticos que desvalijaron y arruinaron a numerosas cajas de ahorro españolas y contra algunos altos cargos gubernamentales bajo sospecha de cohecho, malversación y corrupción de distintos tipos.
Los procesos en preparación afectarán a políticos de varios partidos, incluyendo también a correligionarios de Mariano Rajoy. Las fuentes de Voto en Blanco aseguran que la limpieza se realizará a fondo y afectará no sólo a los altos cargos manchados de corrupción, sino que también descenderá hasta los niveles de directivos de empresas públicas, alcaldes, concejales, funcionarios y empresarios.
La noticia está sorprendiendo a muchos ciudadanos españoles, que ya había perdido la esperanza de que el nuevo gobierno cumpliera con su deber democrático de limpiar a España de indeseables y corruptos.
Desde Voto en Blanco, un medio que ha denunciado la corrupción de manera incansable durante los últimos ocho años, saludamos la noticia y confiamos en que los años próximos sean años de limpieza y regeneración en esta España que, para salir de la crisis y ser un país de prosperidad, prestigio y solvencia internacional, necesita antes limpiar sus podridas estructuras y encarcelar a los miles de delincuentes que se han instalado en el poder.
Transcurridas unas horas desde la publicación de esta noticia, debo aclarar que, por desgracia, se trata de una información falsa, redactada como inocentada. Si hubiera sido cierta, ahora nos sentiríamos orgullosos de ser españoles y no abrumados por pertenecer a un país gravemente enfermo de corrupción política.
F. Rubiales