Mahmud Abbas, presidente palestino y Sánchez
La jugada diabólica que prepara Sánchez es brillante, aunque sucia, miserable y dañina. El presidente sondea ser propuesto como próximo Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), un cargo clave que quedará vacante el 31 de diciembre de 2025.
Sánchez lleva tiempo buscando un “aterrizaje internacional” y, de prosperar esta maniobra, podría convocar elecciones generales a principios de 2026, dejando a su propio partido y a España en plena interinidad.
No existen pruebas definitivas para asegurar que esa jugada se está preparando, pero hay indicios suficientes para sospechar con solvencia que es el gran objetivo secreto del corrupto de la Moncloa.
Para garantizarse ese ansiado puesto internacional, Sánchez intentará traerse a España al menos a medio millón de gazatíes, lo que supondría la estocada final a nuestro país, de la que no nos podríamos recuperar ni en cien años.
Si consigue traerse a esos más de 500.000 palestinos de Gaza, ya tendrá un pie en ACNUR y los apoyos que necesita para el futuro.
Logrará el apoyo de Israel, donde estarán encantados con que alguien les libre de esa carga de gazatíes llenos de odio y preparados para el terrorismo y la venganza.
Tendrá el apoyo de Trump, que sin los gazatíes podrá construir sin problemas su gran resort en Gaza.
Tendrá también el apoyo del PP, que con la excusa de que al enemigo que huye puente de plata, lo justificará todo. Y es hasta posible que luego, con un PSOE sin Sánchez, haya ya un lugar para ese pacto PP-PSOE tan ansiado por grandes sectores del PP.
Todos salen ganando, menos los españoles, que veremos a nuestra nación invadida por cientos de miles de musulmanes, en su mayoría desquiciados por la guerra, radicalizados y saturados de odio y deseos de venganza.
Quien quedaría con el culo al aire sería VOX, cuando se enfrente al apoyo de Israel, de los USA y de buena parte de la comunidad internacional.
La gran victima de la jugada sanchista seria, de nuevo, España, un país maltratado decenas de veces por el PSOE, un partido que parece haber nacido para hundir a la nación española en la miseria y el caos.
Francisco Rubiales
Sánchez lleva tiempo buscando un “aterrizaje internacional” y, de prosperar esta maniobra, podría convocar elecciones generales a principios de 2026, dejando a su propio partido y a España en plena interinidad.
No existen pruebas definitivas para asegurar que esa jugada se está preparando, pero hay indicios suficientes para sospechar con solvencia que es el gran objetivo secreto del corrupto de la Moncloa.
Para garantizarse ese ansiado puesto internacional, Sánchez intentará traerse a España al menos a medio millón de gazatíes, lo que supondría la estocada final a nuestro país, de la que no nos podríamos recuperar ni en cien años.
Si consigue traerse a esos más de 500.000 palestinos de Gaza, ya tendrá un pie en ACNUR y los apoyos que necesita para el futuro.
Logrará el apoyo de Israel, donde estarán encantados con que alguien les libre de esa carga de gazatíes llenos de odio y preparados para el terrorismo y la venganza.
Tendrá el apoyo de Trump, que sin los gazatíes podrá construir sin problemas su gran resort en Gaza.
Tendrá también el apoyo del PP, que con la excusa de que al enemigo que huye puente de plata, lo justificará todo. Y es hasta posible que luego, con un PSOE sin Sánchez, haya ya un lugar para ese pacto PP-PSOE tan ansiado por grandes sectores del PP.
Todos salen ganando, menos los españoles, que veremos a nuestra nación invadida por cientos de miles de musulmanes, en su mayoría desquiciados por la guerra, radicalizados y saturados de odio y deseos de venganza.
Quien quedaría con el culo al aire sería VOX, cuando se enfrente al apoyo de Israel, de los USA y de buena parte de la comunidad internacional.
La gran victima de la jugada sanchista seria, de nuevo, España, un país maltratado decenas de veces por el PSOE, un partido que parece haber nacido para hundir a la nación española en la miseria y el caos.
Francisco Rubiales