Comunicación y Medios

Prensa: la fórmula para derrotar al gratuíto





Ahora, cuando más de tres millones de diarios gratuítos invaden las calles de las principales ciudades españolas y la prensa tradicional siente ese acoso en su nómina de lectores y, lo que es más grave, en su cuenta de resultados, conviene decirlo sin tapujos: la única manera de derrotar al gratuíto es convertirse también en gratuíto.

La fórmula no es original y ha sido estudiada hasta la saciedad por muchas empresas periodísticas, que hasta la ven económicamente factible, pero nadie se atreve a dar el paso porque se considera una ruptura con la historia y una insoportable bajada de pantalones. A cambio, se emprende una absurda huída hacia delante que se traduce en nuevas "promociones" que transforman a los periódicos en bazares, en más presiones para obtener publicidad, en rebajas publicitarias ocultas, en nuevos "pactos" con los poderes, en injustificadas subidas de los precios de venta de los periódicos y en más dosis de soberbia.

Algunos grupos editoriales propietarios de grandes cabeceras tradicionales se han sumado a la corriente publicando sus propios gratuítos, una decisión tan errónea como suicida porque significa más competencia para su propia prensa tradicional.

Por ahora, los gratuítos son periódicos pequeños que siguen files a la fórmula original de entragar a los lectores, a primera hora, un periódico liviano que satisfaga las necesidades informativas mínimas y pueda leerse rápidamente, mientras se desplazan al trabajo. Pero ¿qué ocurrirá cuando esos gratuítos incrementen sus páginas y ofrezcan a sus lectores, gratis total, análisis, crónicas y hasta suplementos especializados? Entonces se habrá producido una "fusión" de la que, sin duda, el perdedor será quien cobre por la información que ofrece.

Muchos expertos han puesto ya fecha fija a la muerte de la prensa escrita tradicional: entre los años 2025 y 2040.

El acceso gratuíto a la información, ya consagrado también en la radio, la televisión e Internet, comienza a ser considerado como un "derecho" por los ciudadanos, que cada día entienden menos el tener que pagar por una prensa plagada de anuncios, del mismo modo que tampoco aceptan pagar un "canon" por ver una televisión pública entregada a la publicidad.

Les guste o no a las empresas editoras, el viento de la historia sopla en esa dirección y algún día los periódicos, al menos los periódicos que subsistan, serán gratuítos.

El primero de los grandes que de ese paso hacia el futuro se convertirá, por muchos años, en el medio predominante.


Franky  
Viernes, 20 de Octubre 2006
Artículo leído 2374 veces

También en esta sección: