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Por qué un demócrata español debe castigar a los políticos en las urnas



Hay cientos de razones, todas solventes, para castigar con saña a la clase política española en las urnas. La principal razón es porque los políticos, en general, son culpables del desastre de España, un país endeudado, al borde de la ruina, lleno de desempleados y nuevos pobres, con su riqueza injustamente repartida, corrompido, sin una justicia igual para todo, con una democracia falsa que es un feo disfraz de dictadura de partidos políticos, sin respeto a los ciudadanos, sin valores y con una clase política desprestigiada, sin controles suficientes, despreciada y hasta odiada por millones de sus ciudadanos.
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Pero hay muchas razones más:

Una muy importante es que los ciudadanos, despojados de todo poder en un país diseñado para que la clase política y sus aliados lo controlen todo, gobiernen, dominen y, si lo desean, también saqueen, deben utilizar el único poder que le queda, el del voto, para castigar a sus malos dirigentes cuando se abran las urnas.

Pero la razón más destacada que empuja al castigo y a la lucha por desalojar del poder a esta clase política sin respeto a la democracia es el balance que los políticos ofrecen a los españoles desde que murió Franco.

La España que ellos han construido es un charco indecente y desigual donde únicamente los políticos y sus aliados pueden disfrutar. El resto de los ciudadanos están obligados a soportar escasa calidad en los servicios, una Justicia ineficaz y desigual, sueldos bajos, impuestos altos, inseguridad, baja calidad de la enseñanza, servicios sanitarios en declive, una inmigración incontrolada, corrupción desenfrenada, abuso de poder, un Estado hipertrofiado del que cobran cientos de miles de políticos inútiles, más de los que tienen cargos en los estados de Francia, Gran Bretaña y Alemania juntos.

Ser pobre y débil en España es una desgracia, pero también lo es ser autónomo o pequeño empresario. Los impuestos, la burocracia y el obstruccionismo de las administraciones convierten la vida productiva y la creación de empleo en un infierno.

Casi cuatro décadas han bastado a los políticos de la falsa democracia española para convertirse en los mas rechazados de toda Europa por su propio pueblo. Las encuestas reflejan que el rechazo crece y que se transforma, en muchos casos, en desprecio y odio a una "casta" que ha sido ineficaz y ha gobernado mal.

?Por qué votar, elegir como nuestros representantes y entregar el timón del país a semejante caterva de ineptos? El principal deber de un elector en democracia es votar por gente capacitada, decente y merecedora de ejercer el liderazgo, un tipo de personas imposible de encontrar en las listas que nos imponen los partidos.

Francisco Rubiales

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Jueves, 16 de Junio 2016
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