Información y Opinión

Políticos mentirosos, ambiguos y cobardes





En la presente precampaña, los políticos mienten y se tornan ambiguos para no perder votos. Han dejado der ser líderes y actuan como pobres diablos sin escrúpulos, obsesionados por el poder, capaces de mentir, esconder la verdad y confundir a los ciudadanos con tal de lograr la victoria en las urnas. Sin embargo, los españoles, como cualquier otro pueblo decente, nos merecemos un gobierno y una oposición sin mentiras ni ambigüedades.

Un par de ejemplos para descubrir la mentira y la ambigüedad que inundan esta lamentable campaña:

Mariano Rajoy, en un primer momento asegura que no modificará la ley del aborto. Después afirma que "yo estoy de acuerdo en que se pueda interrumpir el embarazo" (en cierto caso límite) . A continuación argumenta don Mariano: "yo estoy lógicamente a favor de la vida".

A ver, señor Rajoy, ¿en qué quedamos? Si mantiene la ley del aborto no está a favor de la vida. Si está de acuerdo en que se pueda interrumpir el embarazo no está a favor de la vida. Aclárese, buen hombre.

Zapatero, que no le va a la zaga, ha dicho que la democracia no puede admitir a los que se humillan y someten ante la violencia y las pistolas, pero ha olvidado añadir que en la democracia tampoco caben los que mienten, como él reconoció haberlo hecho, nada menos que en sede parlamentaria, cuando, después del atentado de la T4 en Barajas, aseguró que no negociaría más con ETA o cuando afirmó que nunca hablaría de política con los etarras.

Zapatero exhibe talante y sonrisas mientras reconoce que los socialistas necesitan tensión y dramatismo en la campaña.

Los mentirosos y los tibios son indignos de liderar a pueblos libres. Los españoles nos merecemos un gobierno y una oposición que hablen claro, que no mientan y que huyan de la ambigüedad y la mentira.


   
Sábado, 16 de Febrero 2008
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