Comunicación y Medios

Periodistas españoles: tened cuidado porque se acerca una avalancha de manipulación y mentira



El nuevo gobierno de Zapatero librará su batalla por el poder en los medios. A los periodistas españoles se les viene encima una avalancha de presiones y manipulaciones.
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Dice Zapatero que su nuevo gobierno es político, pero la verdad es que es mediático. Ha reclutado a sus ministros entre los que mejor comunican para otorgar más vigor a los argumentos y tesis del desvencijado zapaterismo, para conseguir la ansiada resurrección con la ayuda de los medios de comunicación. Por eso ha nombrado capitán de la banda a Rubalcaba, un maestro del engaño, un encantador en la corta distancia cuyo primer objetivo será embaucar a los periodistas y convertir en cómplices a los editores, repartiéndoles dinero público en forma de publicidad y asegurándoles que el futuro de España pertenece por entero al socialismo.

El problema, para el gobierno es qué comunicar. Lógicamente, no comunicarán la verdad amarga de una España, moldeada por Zapatero, que tiene cinco millones de parados, que nada en la corrupción, que está endeudada hasta el límite, que ha perdido prestigio y peso en el mundo y que está llenando sus calles de pobres y desesperados. Lo que comunicarán, entonces, serán las maldades del PP y el esfuerzo se concentrará en dos frentes: en demostrar que el PP es peor que el PSOE y en ocultar, bajo el engaño y la confusión, el estercolero de país que ellos han construído.

Si yo fuera periodista (lo soy), tendría mucho cuidado ante la avalancha que se avecina. Desde ahora hasta el año 2012, la batalla por el poder se dará, principalmente, en las empresas de comunicación y en las redacciones. Para el desprestigiado Zapatero, no existe otro camino hacia la victoria que la propaganda. Es un camino peligroso en democracia, que incrementará las tensiones y que envenenará aun más la convivencia.

Para los editores y empresarios mediáticos habrá publicidad abundante, concesiones y otras ventajas ocultas, siempre a cambio de portadas y y de ausencia de críticas; para los periodistas independientes se elaborará un sofisticado cóctel de alta presión que combinará promesas, recompensas, intimidación, amenazas, mentiras atractivas y miedo; para los periodistas sometidos habrá premios, filtraciones, promoción, presencia en tertulias controladas y, con un poco de suerte, hasta dinero público.

Rubalcaba miente tanto o más que Zapatero, pero lo hacer mejor, de manera más convincente. Es partidario acérrimo de la teoría de que una mentira repetida cien veces se convierte en verdad. Además, comparte con el presidente la sucia convicción de que lo único importante es ganar las elecciones, como sea. Aunque parezca increíble, tiene menos frenos morales que el presidente y todavía parecen importarle menos las desigualdades, las agresiones a la constitución y el drama que representan los cinco millones de parados para España. Un tipo que ha convivido, sin pestañear, con el terrorismo de Estado en el último gobierno de Felipe González, que ha amparado a policías vendidos, que ha pilotado, desde la seguridad del Estado, las oscuras y siniestras negociaciones de su gobierno con ETA y que está detrás de casi todas las tramas oscuras policiales de la democracia, no va a temblar a la hora de doblegar a la prensa española y ponerla al servicio del resurgir socialista.

Los periodistas que crean en la independencia y en el servicio a la verdad lo tienen crudo en España. Ya lo tenían difícil, pero ahora será peor. Las tertulias van a recibir presiones para que sean menos críticas, los periodistas agresivos serán discretamente advertidos y marginados, mientras los indiferentes serán persuadidos y algunos elementos claves van a ser comprados.

El diario El País, la cadena SER y los periodistas Ana Pastor, de Televisión Española, e Iñaki Gabilondo, son los modelos preferidos de Rubalcaba. La entrevista agresiva que Ana Pastor hizo recientemente a Esperanza Aguirre, acosándola y buscándole fallos y contradicciones, es el ejemplo de lo que quiere Rubalcaba: periodistas implacables con la oposición y corderos sometidos con el gobierno. Para los críticos solo existirán problemas y para los indiferentes, desprecio y amenazas más o menos sutiles.

Rubalcaba es plenamente consciente de que el prestigio y la imagen del socialismo y, sobre todo, de su actual líder, José Luis Rodríguez Zapatero, están por los suelos. Todos, incluso el presidente, han reconocido ya que la recuperación económica no llegará a tiempo para recuperar los votos perdidos. Eso significa que las próximas elecciones se celebrarán con un océano de parados y de pobres sueltos por las calles, todos acumulando deseos de venganza contra el gobierno. En consecuencia, no les queda otro camino para la victoria que la propaganda y la mentira, ni otro escenario que el de los medios de comunicación.

Ante la avalancha de presiones que se avecina, toda ella diseñada para ocultar bajo imágenes, titulares y textos el fracaso del gobierno, el avance estremecedor del desempleo y la pobreza y el hundimiento de los valores y de la esperanza en España, conviene recordar la culpabilidad enorme de los medios de comunicación en este desastre y el hecho indiscutible de que, si los periodistas españoles hubieran hecho sus deberes en los últimos años, España no sería hoy una cloaca.

Hay un párrafo en mi libro "Periodistas sometidos; que explica y prepara para lo que se le viene encima al periodismo español: "Miles de periodistas empotrados e incrustados en la cultura dominante ignoran voluntariamente que todas las grandes gestas del periodismo en la historia comparten el mismo rasgo: se apartan del poder dominante y se impregnan de insurrección. La rebeldía frente al poder es una condición indispensable para ser periodista."

Y otra: "No hay un solo caso de periodista esclavo que sea recordado por la Historia, del mismo modo que tampoco merecen el recuerdo los militares cobardes o los médicos al servicio de la muerte. Que quede claro que los periodistas sometidos al poder sólo pueden esperar poder y dinero, pero nunca reconocimiento, honor y respeto".

Así que, compañeros, mucha atención con lo que se avecina... Y recuerden aquella sentencia sabia, forjada hace un par de décadas en las Cortes Españolas: "¡Cuidado con Rubalcaba, que si puede te la clava!"

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Viernes, 22 de Octubre 2010
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