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¿Pensiones o parásitos?



Los políticos y sus cómplices periodistas, nos engañan a diario porque nos repiten que subir los impuestos es la única opción para asegurar el cobro de las pensiones y mantener los servicios básicos. Se trata de una mentira cargada de indignidad, casi un delito repugnante que pretende mantener viva la verdadera corrupción española, que es el binomio integrado por el abuso de poder y el despilfarro del poder político.

Hay un camino más racional y justo: eliminar los parásitos del Estado y con el ahorro que se consiga pagar las pensiones. Si se eliminaran los chiringuitos inútiles del poder, las subvenciones gratuitas que se dan a los amigos del poder y los políticos que sobran, habría dinero suficiente para asegurar las pensiones y financiar generosamente servicios tan vitales como la salud y la educación.
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¿Garantizar las pensiones o mantener a los parásitos?
España es el país de Europa campeón en políticos a sueldo del Estado y en subvenciones concedidas por el gobierno, dos vías de agua que pueden hundir la nave España, un navío que navegaría con solvencia deslumbrante y fortaleza envidiable si los gobiernos fueran más justos, decentes y austeros.

La lluvia de subvenciones es inasumible porque despilfarra miles de millones. Tan sólo las organizaciones feministas españolas han recibido casi 16.000 subvenciones entre 2014 y 2018, según un concienzudo estudio elaborado por el think tank del "Club de los Viernes". Esa inmensa ola de subvenciones, que practican por igual el PSOE y el PP, daña las finanzas públicas y es puramente clientelar y pretende, sobre todo, ganar votos para conservar el poder. Hay subvenciones que apenas se estudian y nunca se filtran para todo bicho viviente y la única condición real es que quien la solicita sea amigo del poder: subvenciones para la solidaridad, cooperativas, fundaciones, estudios, investigaciones, análisis, logotipos, campañas, viudas, desamparados, perseguidos, inmigrantes, niños, calidad, solteros, refugiados, coleccionistas, y un larguísimo etcétera que convierte a las subvenciones en el primer gasto del gobierno, después del pago de pensiones y sueldos públicos. Las concedidas a la mujer y a los colectivos LGTB son especialmente frecuentes y generosas, lo que demuestra que el feminismo y todas sus mareas y secuelas se ha convertido en una mina de votos y de apoyos políticos.

VOX es el único partido político que ha plantado cara al chiringuito feminista, el nuevo negocio político que nace y crece al calor del dinero público gracias a la extensión de la llamada "ideología de género" y que financiamos los españoles con nuestros impuestos. La formación de Santiago Abascal, que ya tiene representación política en el Parlamento de Andalucía, ha descubierto que el número de asociaciones y federaciones de mujeres subvencionadas ha subido como la espuma en los últimos años, hasta superar las 2.000.

Pero el fenómeno del feminismo en auge se extiende por toda España y brota con fuerza como gran nicho de mercado político que proporciona votos y fortalece el clientelismo.

Esa política de subvenciones generosas y casi infinitas dispara el gasto público y el déficit y exige a los gobiernos cobrar impuestos abusivos y confiscatorios para financiarla e incluso pone en peligro el sistema de pensiones.

Los políticos españoles, salvo muy escasas excepciones, prefieren arruinar el sistema de pensiones y servicios básicos como la salud y la educación antes que renunciar a regalar dinero público a cambio de adhesiones y votos.

Lo que impera en España es uno de los vicios políticos más repugnantes, que es el de anteponer los intereses de los partidos y los políticos al bien común.

Ante la incógnita "Pensiones o Parásitos", la respuesta de los últimos gobiernos ha sido siempre "Parásitos".

El número de subvenciones feministas ha pasado de apenas 208 subvenciones en 2014 a más de 6.000 en 2018, de modo que se han multiplicado por 30 en los últimos cinco años.

Pero este es sólo un ejemplo porque el despilfarro tiene capítulos igualmente injustos y miserables que España tiene que suprimir si no quiere hundirse en la quiebra. Uno de ellos es que España es el país con mas políticos a sueldo del Estado en toda Europa. Son tantos que hay más que en Alemania, Francia e Inglaterra juntos, casi medio millón, 350.000 más de los necesarios. Acabar con esas legiones de parásitos inútiles es una opción más digna, decente, Justa y más sana para la economía que tener que sufrir el expolio del gobierno, vía impuestos.

Un ejemplo de gran fuerza: la multinacional Apple, uno de los gigantes del planeta, tiene 123.000 empleados y la riqueza que genera contribuye poderosamente a hacer de Estados Unidos el país más fuerte del mundo y uno de los más prósperos, mientras que la Junta de Andalucía, tiene 270.000 empleados, que no producen nada, pero cuestan tanto dinero que impiden que Andalucía despegue, abandone el furgón de cola europeo del atraso y avance hacia la prosperidad y la modernidad.

La única respuesta lógica y decente a la pregunta ¿Pensiones o parásitos? tiene que ser "Pensiones", del mismo modo que España tiene que preferir la decencia y la regeneración a mantener a los actuales partidos abusando del poder y arrasando la nación.

Francisco Rubiales


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Sábado, 9 de Marzo 2019
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