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Pedro Sánchez ha asesinado al PSOE



La entrevista de Yolanda Díaz, vicepresidenta del gobierno de España, con el delincuente prófugo Puigdemont, ordenada por el propio Pedro Sánchez, es el más claro ejemplo visto hasta hoy de que el PSOE es ya más una asociación peligrosa de enemigos de España que un partido político al servicio de los españoles.

Esa entrevista, imposible en cualquier otra democracia europea, confirma que el sanchismo ha convertido a España en la puta de Europa y en el país más desprestigiado, antidemocrático y sucio de la Unión.

Los socialistas de verdad se alejan cada día más del sanchismo, pero se niegan a reconocer que el PSOE ya no existe porque Pedro Sánchez lo ha asesinado. También se niegan a reconocer que ellos ya no pintan nada en el PSOE, un partido que se ha arrojado masivamente en brazos de Pedro Sánchez, a pesar de que los lleva lejos de la democracia, al suicidio o a una confrontación civil.

El viejo PSOE de Felipe González nunca habría podido pactar con partidos que odian a España y que no respetan la Constitución, como hace Sánchez, después de haber liquidado hasta las últimas gotas de patriotismo y democracia en el socialismo español, al que ha convertido en un contubernio de déspotas, vividores, tiranos y sedientos de poder sin otra ideología que el disfrute del poder y el reparto del botín del Estado.

Lo acaba de confirmar el propio Felipe González, cuyos criterios, antes respetados, hoy son despreciados por el socialismo pervertido sanchista: ni la amnistía, ni el referéndum que exige Puigdemont caben en la Constitución".

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, tiene un plus como comunicadora porque sabe expresar las ideas con pocas palabras claras y contundentes. Sobre el PSOE ha dicho que es "otro partido" distinto al que conocíamos.
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El PSOE e Pedro Sánchez nada tiene que ver con el Felipe González y ni siquiera se parece al de Zapatero, a pesar de que aquel inicio la ruta de la deslealtad y ya tenía vicios sorprendentes.

El deterioro sustancial del PSOE tuvo lugar cuando el partido acepto como Secretario General a un Pedro Sánchez que había sido expulsado de la dirección del partido por realizar trampa con una urna ilegal.

Cuando un partido acepta como jefe a un chorizo corrupto, es porque está dispuesto a seguir sus pasos y a transformarse en una asociación corrompida. El sanchismo, que no era una enfermedad sino un nuevo ADN, se incrustó poco a poco en el PSOE hasta transformarlo en un contubernio de aprovechados y déspotas sin otra ideología que el poder eterno y el reparo del botín del Estado.

Los pactos con ex etarras y con golpistas, el indulto a los delincuentes catalanes que se rebelaron contra España, la eliminación del delito de sedición, la rebaja del delito de malversación, la liberación de pederastas, la bajada de condenas a más de un millar de violadores y pervertidos sexuales, el despilfarro, el trato preferente a los desleales, el saqueo fiscal, el acoso a las empresas y a los autónomos, la compra de medios y periodistas, el uso de la mentira desde el corazón del Estado y la mafiosa distribución de los recursos públicos, entre otras barbaridades, terminaron de destruir el viejo PSOE y a crearon uno nuevo, distinto, nada democrático y más corrupto, inmoral, indecente y peligroso.

La degeneración ha sido imparable porque ningún socialista con poder se ha opuesto al desastre. Todos, prácticamente sin excepciones, salvo unos pocos lobos solitarios sin dientes, han aprobado el asesinato de los viejos valores socialistas.

Hasta han renunciado el patriotismo y se han entregado al peor globalismo, siguiendo con una fidelidad perruna las consignas y órdenes del poder en las sombras que quiere transformar el mundo en una enorme y única tiranía.

"The Washington Post" resume con claridad y precisión lo que ocurre en la España bajo Sánchez: "España es rehén de una facción de extremistas regionales separatistas. Las exigencias de Puigdemont no son aceptables. España es una democracia. una democracia. Los intereses de unas minorías no pueden pasar por encima de los de la mayoría".

Más claro el agua porque lo que el gran diario norteamericano ha dicho de forma elegante es que Sánchez no es un demócrata y que no puede gobernar pactando con la chusma independentista y golpista que el grueso de España rechaza.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 6 de Septiembre 2023
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