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NOS VOLVIMOS INDOLENTES Y PERMITIMOS QUE MEDIOCRES CORRUPTOS NOS GOBERNARAN



La violencia se apodera de las calles de España, donde miles de jóvenes furiosos lo destrozan todo. Conscientes de que la libertad del rapero Hasél es sólo una excusa, millones de españoles se preguntan el por qué de esa locura y que motor empuja esas manifestaciones. La respuesta es sencilla: nuestros políticos, con su torpeza, errores, corrupciones e injusticias, nos han llevado hasta el borde del abismo y han creado una España herida que se arrastra víctima de la mala educación, la ruina económica, la desilusión, la desesperación, el desempleo y la más atroz decadencia de los valores.

Nos volvimos indolentes, cobardes y cómodos y hasta permitimos que los más mediocres y corruptos se apoderaran del Estado y nos gobernaran. Hoy, esa gente sin valor está atrincherada en las instituciones y resulta muy difícil expulsarlos de un poder que les permite vivir en el privilegios y la abundancia, mientras la nación se revuelca en el fango. Están tan a gusto que son capaces de cualquier barbaridad con tal de mantener su dominio y sus lujos de sátrapas.

Hoy publicamos como artículo de portada basado en un lúcido comentario de Vanlop, que hemos retocado para actualizarlo. El comentario pretende describir los fundamentos de mundo apocalíptico que nos envuelve, lleno de mediocridad, rarezas y acontecimientos incomprensibles que explican bien el poder alcanzado por los peores, que son los que nos gobiernan desde los palacios y ministerios.

Los mediocres corrompidos y sin valores dominan el mundo.
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La torpeza y la imbecilidad del poder político está detrás de la violencia que infecta las ciudades
El poder mundial oculto apoya a los mediocres porque son fáciles de controlar, si a cambio les das dinero y poder, que es lo que apetecen. Las víctimas de esa mediocridad gobernante, que son los pueblos y las naciones, no cuentan y son con frecuencia aplastadas y saqueadas por la chusma.

Tienen que apoyar a los mediocres, porque los inteligentes no necesitan a nadie para alcanzar el reconocimiento. Y por supuesto, los mediocres, si quieren triunfar, tienen que tener mala leche o dicho en plan más académico, tienen que ser psicópatas. Y entre ellos se reconocen como tales y se ayudan, siempre que no se interfieran.

Esta chusma tuvo todas las facilidades porque nos volvimos indolentes. El Estado nos proveía de todas las necesidades y las que faltaban, ya llegarían, porque el país crecía a un ritmo envidiable y se veía la mejora del nivel de vida. Habían desaparecido los proletarios y había una clase media creciente. No había que preocuparse por nada. Y cuando llegó la transición seguimos creyendo que el gobierno miraba por nosotros y seguimos con la indolencia, cuando comprendimos que la cosa iba de arruinarnos, ya era tarde.

En la transición se nos dijo que la solución eran los partidos, que se ocuparían de llevar a la democracia a todo su esplendor y como no había internet, nos creímos lo que decía la TV, acostumbrados, como digo, a que el gobierno se preocupara de nosotros y no nos mintiera.

Los mediocres que mandan son, además, malvados, pues no reconocen su mediocridad. La persona normal, es mediocre, pero lo reconoce y tiene una actividad acorde a sus capacidades. La casta no, la casta ignora sus limitaciones y por tanto mete la pata constantemente y como no lo reconoce, sigue aumentando el desastre para ir tapando los males que provoca. Es como una pandemia de imbéciles que no para de crecer y contra la que nadie ha encontrado una vacuna.

Ha mencionado algunos de la casta mundial, pero también son mediocres, Macron, el británico, que no sabe como salir del lío, Biden y en general todos ellos, con alguna excepción. Si la economía va bien, no importa lo tonto que sea el líder, si va mal, se descubren sus carencias, pero los partidos cierran filas y se apoyan entre ellos, por aquello de la alternancia.

Y en efecto, no hay líderes ni en las religiones. ¡Mediocres al poder! Es el lema que hay en este siglo, porque entre unas cosas y otras, pasará la mayor parte del siglo antes que los mediocres se vayan.

Ayer leí algo al respecto del lanar. No deja de ser una idea, que tendrá algo o mucho de verdad. La idea es que uno sigue unas ideas, que se demuestran falsas, pero como ha sido su vida durante mucho tiempo su cerebro no quiere reconocer que su mundo de valores se ha roto, porque reconstruir otro mundo de valores le supone un esfuerzo enorme y no olvidemos que le cerebro está diseñado para el ahorro. Por tanto, el lanar sigue aferrado a las ideas que, en el fondo, sabe que son falsas, pero para evitarse el esfuerzo de elaborar unas nuevas, que además no sabe si funcionarán, sigue con las viejas y falsas, que además son las de la mayoría.

Por eso, seguramente, los medios insisten en dar muchos votos a partidos que sabemos nos llevan al desastre, para evitar que el lanar haga el esfuerzo de pensar.

En cuanto al valor, es relativo. Cuando uno llega a su casa por la noche y se encuentra a una mujer y unos hijos hambrientos y no lleva nada porque no ha encontrado trabajo, no le importa ir a una manifa violenta por si tiene la suerte que le den un mal golpe y así dejar de ver a su familia hambrienta. Pero cuando llegas a casa y el problema es que lo que hay de cena no gusta y elige cada uno una cosa, te lo piensas mucho antes de ir a una "manifa" por si pillas un mal golpe y se te acaba eso.

Observen el desarrollo de la Pandemia. Ahora nos dicen que los jóvenes hacen fiestas salvajes y el lanar culpará de los presuntos contagios a los jóvenes, a los viejos, y a quien les digan los medios, pero no al gobierno que es incapaz o no quiere dar una solución al problema.

En Bielorrusia, horrible dictadura, según nos dicen, las cosas están bastante bien, no hubo encierros y la economía funciona normalmente con un número de contagios aceptable. Pero eso no lo dicen los medios. En la horrible Rusia, donde Putin mata a varios miles cada día, las cosas no deben estar mal, porque los medios no dicen nada de nada.

Respecto a África, el silencio es total y cierto que es difícil que haya contagios en aldeas perdidas, pero hay ciudades donde la gente se hacina y deberían morir como moscas, pero tampoco dicen nada.

Todo muy raro. Todo es consecuencia del inepto y desgraciado poder de los mediocres.

Vanlop

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Domingo, 21 de Febrero 2021
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