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Macrón, el "hombre milagro" que ha retrasado en Francia la inevitable llegada al poder de la derecha



Si no hubiera existido un milagro como Macrón, la nueva derecha habría triunfado en Francia. Pero el hombre milagro existe en Francia y su existencia ha impedido, por el momento, el triunfo de una derecha que encarna la frustración de los europeos, el desencanto frente a los políticos y la decepción ante una democracia que ha sido prostituida y convertida en basura.

Francia ha anticipado, una vez más, el futuro de Europa, donde ya no tienen sitio las viejas izquierdas y derechas, como socialistas, comunistas y republicanos, que han desaparecido castigadas por unos ciudadanos hartos de ser engañados, expoliados con impuestos abusivos y obligados a soportar a mediocres y corruptos al frente del Estado.

Lo ocurrido en Francia ocurrirá pronto en el resto de Europa y probablemente, también en el resto del mundo: la nueva derecha, a la que llaman "extrema derecha" para demonizarla, crecerá como la espuma y aglutinará a esa inmensa masa de decepcionados que se siente asqueada de los políticos, de sus privilegios excesivos, de su corrupción y de su incapacidad para gobernar con justicia, decencia y eficacia.

Frente a esa nueva derecha que surge como un torbellino, sólo podrán alzarse fuerzas nuevas porque las viejas perecerán y sólo personas como Macrón, capaces de aglutinar en torno a si mismo los viejos valores y conceptos de libertad y progreso, podrán resistir al avance de lo nuevo.
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Los resultados de Francia, donde Macron será presidente por cinco años mas, tras haber obtenido el 58% de votos, frente al 41% de la ultraderechista, con una abstención del 28.8%, la mayor en 50 años, anticipan un mundo nuevo que está llamando ya a las puertas.

"Se que muchos franceses me han votado para bloquear el avance de la extrema derecha y eso es una obligación para mi", ha dicho Macrón, que ha realizado una lectura correcta de la nueva realidad francesa al prometer "una nueva era" en la política que sea capaz de transformarse en alternativa al imparable avance del descontento y le regeneración que trae consigo la nueva derecha de Le Pen.

La nueva "Revolución Francesa" se ha llevado por delante a los viejos partidos y ha configurado una Francia sin medias tintas ni partidos de centro, donde sólo compiten la fuerza ascendente de la nueva derecha y los que resisten, apiñados en torno a la figura de un Macron salvador de lo que queda de la vieja república.

Si extrapolamos a España lo ocurrido en Francia, como es previsible que ocurra, el PSOE y el PP desaparecerán, el comunismo se estancará o retrocederá y la extrema derecha avanzará hacia el triunfo, salvo que surja en España un personaje tan atractivo como Macrón, capaz de aglutinar a las viejas fuerzas en declive.

La nueva realidad quedará plasmada dentro de dos meses, cuando Francia elija a sus legisladores y a su nuevo parlamento. Entonces se verá toda la fuerza de la nueva derecha y la consistencia de la resistencia de Macrón, que corre el riesgo de tener que gobernar con un parlamento hostil, lo que mermaría enormemente su poder.

El mundo cambia y en Francia cambia más velozmente que en el resto del mundo.

Los demás fantoches de la política actual, esos que viven de los privilegios y que no resuelven nada, tienen una última oportunidad para detener el desastre que les amenaza. O cambian radicalmente, o perecerán. Y para cambiar tienen que imitar a lo que ellos llaman "extrema derecha", es decir, ser más decentes, mas patriotas, menos corruptos, mas eficaces, mas austeros, mas justos y menos sinvergüenzas, recuperando los viejos valores y garantizando paz, progreso y justicia, justo lo contrario de lo que hasta ahora han hecho al gobernar como miserables.

Francisco Rubiales

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Lunes, 25 de Abril 2022
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