Información y Opinión

MÁS DIFÍCIL QUE DECIR “EYJAFALLJÖKULL”





A los meses de agua diluvial que hemos tenido desde que comenzó el año 2010, ha seguido ahora una lluvia de ceniza. A eso no estábamos acostumbrado y nos ha parecido un acontecimiento apocalíptico. Precisamente, Juan, el Evangelista, nos dice en el libro del Apocalipsis (9,1-3): “Vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. Se le dio la llave del pozo del Abismo. Abrió el pozo y subió una humareda como la de un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron.” Algo similar a lo que hemos vivido durante la semana pasada con el volcán islandés.

Los periódicos se han apresurado a hablar de “lluvia volcánica”, “nube de barro volcánico”, “plaga de lava volcánica”... Pero nadie ha podido frenar el capricho del “Volcán islandés Eyjafjalljökull”, paralizando los vuelos aéreos de todo el planeta. Por cierto que el nombrecito del Volcán tiene guasa. En mis tiempos de estudiante, decía un compañero: “Más difícil que decir Massachusetts”. Pues ahora habrá que decir: “Más difícil que decir “Eyjafalljökull”.

Afortunadamente, los aeropuertos europeos han recuperando la normalidad con nuevas directrices comunitarias, ante la reducción de riesgo provocada por la nube de ceniza volcánica, permitiendo a las grandes flotas levantar el vuelo. A España le ha cabido la suerte de mantenerse al margen de la nube de ceniza, pero ha tenido que convertirse en refugio de muchos viajeros con destino a otras ciudades europeas.

¿Todo ha sido por casualidad? El tema es difícil. La filosofía clásica ha relativizado el azar porque no cree en él; todo tiene su causa. En el siglo XX, se ha dado fin a la creencia del determinismo estricto según el cual el universo es fruto del azar. Pero los filósofos dicen que el Universo es un orden y encadenamiento de causas y efectos, aunque no siempre podamos dar con las causas que originan los acontecimientos. Los filósofos, entonces, hablan de la contingencia del futuro. La misión de los científicos es dar con las causas que originan los efectos. A veces, la causa está tan escondida que es difícil dar con ella y, por añadidura, la mente tiene sus limitaciones. ¿Qué pasa ahora?

Concretamente, después de una semana de bloqueo y de crisis, la batalla política para determinar las razones y las causas de la mayor crisis del transporte aéreo, en tiempos de paz, ha comenzado. La Unión Europea, los gobiernos y las aerolíneas se acusan mutuamente de haber provocado una nueva crisis. A la Unión Europea se le acusa de falta de coordinación; a los gobiernos, de haberse precipitado en la prohibición de los vuelos; a las compañías aéreas, de sus ruinosas cuentas; y, a los partidos políticos, de haber entrado en batalla desautorizando las medidas de Bruselas.

Menos mal que, por azar, el Volcán ha perdido fuerza y ya no llega a las alturas. Además, un cambio en los vientos ha empujado la ceniza hacia el Ártico y la lluvia limpia las capas inferiores. No seamos mal pensados y aceptemos que todo ha sido por azar. Pero será más difícil enterarnos que decir Eyjafalljökull.

JUAN LEIVA


- -
Lunes, 26 de Abril 2010
Artículo leído 1073 veces

También en esta sección: