Información y Opinión

Los "otros" son los "mismos"



Si grabásemos a fuego, en nuestras almas, la sentencia "los otros son los mismos", España empezaría a cambiar, recuperaría la esperanza y los sinvergüenzas incrustados en el Estado empezarían a temblar. Se trata de un pensamiento clave en nuestra política.
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La democracia española es una inmensa y nauseabunda mentira, pero también es sorprendentemente eficaz, tan bien diseñada que será estudiada como modelo de estafa política en todas las universidades y escuelas de negocios del planeta. Conseguir que tus víctimas, apaleadas y empobrecidas, te aclamen y voten por ti sin obtener nada a cambio, es un éxito sin precedentes en el universo de la política.

El sistema está tan bien hecho que los políticos no sólo son inatacables y prácticamente impunes sino que, además, la gente está feliz con ellos. La gran estafa no está en que los políticos roben, sino en conseguir que la gente vote a los otros con la esperanza de que lleguen la regeneración y el cambio, pero todo sigue igual o peor porque los otros son los "mismos".

Pero donde el sistema alcanza su máxima perversión y eficacia es cuando consigue dividir a los ciudadanos en derechas e izquierdas, en nacionalistas y centralistas, en demócratas y antisistemas, falsedades impulsadas por los partidos para fortalecer su poder, siguiendo el principio de "divide y vencerás". La única división real es "ellos" y "nosotros" o, dicho de otro modo, "explotadores" y "explotados".

La izquierda y la derecha son dos inventos para distinguir a los que son iguales, dos pinturas superficiales y dos disfraces para lograr el engaño de ver como diferentes a los que están unidos y siempre votan juntos en los grandes momentos y a la hora de decidir los grandes temas: la impunidad y los privilegios de la casta política, la defensa a ultranza del sistema financiero, la impunidad de los ladrones políticos y grandes empresarios aliados del poder, el control de la ciudadanía, la vigencia de la mentira....

Las campañas electorales y los programas de gobierno son puros escenarios falsos, hechos con cartón piedra y plástico, que se destruyen y olvidan cuando el pueblo ya ha votado. Al sistema no le importa demasiado que unos ganen y otros pierdan porque lo importante es que tanto los que ganan como los que pierden viven majestuosamente, a cargo del erario público. Los que ganan gobiernan y controlan todos los recursos del gobierno, mientras que los que pierden son mantenidos en la oposición, en espera de que les toque gobernar, donde también hay infinidad de privilegios y de dinero abundante, puestos en los consejos, etc.

Existe entre ellos un pacto de no agresión no escrito pero férreo que todos cumplen a rajatabla. Ese pacto impide que la mayoría de los delitos de corrupción y abuso de poder sean investigados y castigados o que cambie el favorable y ventajoso status de la clase política, intocable en sus ventajas y privilegios.

Lo mas importante para el sistema es que los imbéciles de los ciudadanos sigamos creyendo en lo que ellos llaman democracia, que no es otra cosa que un gran montaje para engañar a incautos, un engaño con apariencia igualitaria y con falso protagonismo ciudadano que oculta la dura verdad de que los ciudadanos están marginados, desprotegidos y engañados, mientras las castas poderosas del país gobiernan siempre, son dueñas de los recursos importantes y valiosos y poseen permiso para esquilmar, aplastar y sojuzgar.


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Martes, 15 de Enero 2013
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